SE COMPLETÓ LA CUARTA ETAPA EN LA LADERA SUR

| 21/06/2021

Cómo es el inmenso desafío de reforestar en el cerro Otto

Cómo es el inmenso desafío de reforestar en el cerro Otto

Una cálida tarde de otoño acompañó una nueva plantación de árboles en el marco del proyecto de Restauración de la Ladera Sur del cerro Otto impulsado por INTA y la provincia de Río Negro, que comenzó en 2018 luego de los incendios de 1995 y 2003. 

Mario Pastorino es investigador del área forestal del INTA Bariloche, y se muestra siempre muy entusiasmado con el proceso que aglutina muchas voluntades sensibles con el medio ambiente. “La restauración ecológica no es una tarea individual, sino colectiva”, definió convencido en el programa GPS de El Cordillerano Radio. 

En las tres intervenciones anteriores plantaron unos 10.000 plantines de lenga, ciprés, coihue, ñire y maitén sobre una superficie de alrededor de 20 hectáreas. Este año la ONG ambientalista Circuito Verde se sumó al trabajo y plantaron en mayo 1.500 lengas en el área incendiada en 1995. “Son jóvenes con mucha pasión”, los describió Mario. En septiembre u octubre se puede plantar nuevamente. 


Mario destacó que uno de los aspectos más relevantes del proyecto es la producción de las plantas. “Es un cuello de botella porque no existen viveros en la zona que tengan una capacidad tan grande de abastecer de plantas nativos”, comentó. Por eso, el primer paso es la cosecha de semillas en el bosque natural para producir las plantas. “No están en el supermercado”, aclaró con una sonrisa. 

Cerca de 70 personas participaron este año del trabajo de plantación. “Fue muy motivante. La tarea comunitaria me motiva mucho”, admitió. El trabajo estuvo atravesado por las medidas de cuidado por la pandemia de COVID-19. Dijo que dudaron de hacerlo, no querían provocar con esta actividad más contagios. Luego de meditarlo y conversarlo entre los participantes, decidieron llevarlo adelante. Se organizaron en grupos de cinco personas que  se distribuyeron en burbujas, respetaron la distancia y utilizaron barbijos. “Funcionó muy bien”, dijo. 

Mario está convencido que la iniciativa debe involucrar a toda la sociedad. Por eso trabajaron con alumnos y alumnas de las escuelas primarias -cuarto y quinto grado- de los barrios El Frutillar y Unión, que están al pie del cerro. Aprovecharon el encuentro para “transmitir el cuidado ambiental y la preocupación por la restauración cuando los bosques ya están degradados”. 

El bosque no se resume en los árboles. Es todo un ecosistema, acotó el ingeniero ambiental. Arbustos, pájaros, microorganismos, bichos. “En este plan de restauración activa vamos a recomponer el componente que está faltando en el ecosistema y es clave, la lenga”, señaló. 

Y agregó que esperan que a medida que vayan creciendo las plantas se recomponga el bosque y la naturaleza haga su parte, “trayendo de forma espontánea todos los otros componentes que son necesarios y útiles”. Por ejemplo, el pájaro carpintero. Es emblemático, asegura Mario porque además de su belleza, es indicador biológico de la salud del bosque de lengas.

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