Guatemala pasa por una nueva crisis con altos índices de pobreza y desnutrición. En la década del 80 tuvo lugar un genocidio cuya investigación se retrasó treinta años con un saldo extraoficial de 45 mil desaparecidos y 200 mil personas asesinadas, la mayoría pertenecientes a pueblos originarios. A pesar que al menos un 60% de la población tiene ascendencia indígena la estigmatización hacia las prácticas religiosas, la indumentaria y la visión del mundo está presente en todo momento.

Una nueva generación de líderes jóvenes quiere revertir eso. Entre ellos esta Lucía Ixchiu Hernández quien comenta que mucha gente le dice "Lucía Hernández" a secas para no pronunciar su apellido porque “siempre me dicen que es raro o feo, han sido capaces de decirme que si es un apellido de otro país, yo respondo: es K'iche”. Ella es una activista feminista, arquitecta, gestora cultural, periodista y cofundadora de “Mujeres en movimiento”. “Amo la música, especialmente el rock, amo el bosque, reconozco a los árboles como mis hermanes mayores, estoy viva, casi muero en la montaña, he sido una mujer de lucha y resistencia, he muerto múltiples veces, pero siempre, renacemos y florecemos”.

Ella promueve los medios de comunicación comunitarios frente a las grandes cadenas, donde los idiomas originarios se expresan con libertad, así como los festivales solidarios promocionando a artistas incipientes y con consignas antipatriarcales en contra de cualquier tipo de sometimiento. Reconoce a Guatemala como un Estado plurinacional y que merece medios que no estigmaticen ni promuevan el racismo.

En septiembre pasado, mientras realizaba un documental sobre la depredación de los bosques sufrió, junto a su hermana Andrea, amenazas por parte de un grupo de taladores. La defensa de la vida incluye a toda la vida y no hay machete que logre revertir esta lucha.