El partido tuvo tantas emociones, historias en la previa, y el sabor eterno de la vieja rivalidad que cuando sucedió el final, la alegría impulsó a los hinchas de Boca a saltar a las veredas de la ciudad para celebrar con banderas. 

Rápidamente eligieron el Centro Cívico, como marca la tradición, pese a que las medidas sanitarias actuales para prevenir contagios de COVID-19 prohíben las reuniones de muchas personas, aunque sean al aire libre.

El partido tuvo un generoso puñado de condimentos. El equipo de Marcelo Gallardo llegó con un equipo debilitado por los 15 casos detectados de COVID-19 en las últimas horas. Y Boca cargó con la presión de aprovechar la particular circunstancia. 

El partido fue vibrante, se generaron serias oportunidades para ambos. A los 10 minutos, Carlos Tévez abrió el marcador. El gol confirmaba las especulaciones sobre las dificultades de su rival. Pero el desarrollo fue parejo y le costó al equipo de Miguel Ángel Russo generar dominio. 

Recién a los 23 minutos del segundo tiempo llegó el empate, en la cabeza de Julián Alvarez. El resto fue suspenso, emoción e incertidumbre.

El traje de distinguido protagonista se lo puso el arquero Rossi en tiempos de penales. Atajó dos y celebró. Fue 4 a 2 para el pase de Boca Juniors a la siguiente instancia de la Copa. Anotaron Tévez, Villa, Izquierdoz y Buffarini. Montiel y Alvarez para River.