Dos hombres volvían felices a sus casas, luego de una jornada de caza exitosa. No esperaban encontrarse con la Policía de Río Negro y un inspector de Ganadería de la provincia de Río Negro, quien secuestró la carne que había sido obtenida sin autorización.

Los dos hombres, de 28 y 31 años, fueron detenidos en un control que dispuso la Brigada Rural de la Policía de Río Negro y los efectivos se dieron cuenta de que llevaban un arma y varias bolsas que contenían carne.

En el primer requerimiento de los efectivos, los dos sujetos respondieron con seguridad, ya que el arma de fuego que utilizaban estaba en regla y contaban con la documentación correspondiente.

Sin embargo, tuvieron que reconocer que habían cazado un ciervo y una oveja en un campo cercano al Cañadón de las Bayas, de manera furtiva y sin ningún permiso.

De inmediato, los efectivos procedieron a revisar los ejemplares y detectaron que trasladaban 130 kilos de carne de un ciervo colorado que había sido despostado en cuartos, paletas, costillas y espinazo.

Además, tenían 35 kilos de carne ovina de un animal que también fue faenado sin permiso.

A pesar de que contaban con la documentación del arma, producto de la infracción anterior y por disposición del fiscal Inti Isla, la misma fue secuestrada.

De acuerdo a la información que aportaron fuentes policiales, el arma contaba con mira telescópica, tenía 13 cartuchos completos y siete vainas servidas.