DEFENSORÍA DEL PUEBLO

| 11/05/2021

Los concejales, entre el papelón y la necesidad del consenso

Los concejales, entre el papelón y la necesidad del consenso

Este viernes vence el mandato de la actual defensora del Pueblo y los concejales municipales a más de dos meses de haberse iniciado el proceso y a más de 40 días de haberse desarrollado la audiencia pública, no lograron ponerse de acuerdo, en quién ocupará ese puesto por los próximos cuatro años.

¿Por qué? Básicamente porque no le han dado la importancia que el cargo merece. Algunos dicen por lo bajo, que no les interesa y otros han priorizado temas de agenda diaria (ninguno trascendental), para postergar la elección del nuevo defensor o defensora.

¿Qué está en juego? Un espacio que actualmente tiene 15 personas contratadas políticas, por afuera de la planta permanente y un presupuesto de 20 millones anuales. A saber: el defensor cobra un salario equivalente al de un edil municipal, aunque con una responsabilidad menor.

Recordando que el puesto requiere de ocho votos para ser ungido, hay que mencionar que los concejales oficialistas, que son quienes tienen la mayoría (cinco votos), no tomaron con la responsabilidad que amerita el caso. Es decir, recién en las últimas dos semanas, comenzaron a hablar informalmente con los otros bloques, sabiendo que sea cual sea la decisión, hay que buscar el consenso.

En principio, porque daban por hecho la continuidad de la actual defensora Beatriz Oñate, producto de un acuerdo partidario con el bloque del PUL, que es el sector político al cual pertenece la funcionaria. Luego, cuando surgieron conflictos internos, donde varios de los propios ediles de Juntos no estaban de acuerdo con esa moción y tenían otros nombres, en vez de buscar una solución, patearon el tema para adelante.

De hecho, los propios ediles de Juntos cuestionaron la exposición de Oñate en la audiencia pública y en el informe anual. Tampoco tienen un buen concepto sobre su desempeño e inclusive, cuestionaron hasta la falta de mantenimiento y del aspecto exterior de la sede de la Defensoría. Y se ofuscaron por las críticas que ésta hizo, en la audiencia, a la gestión provincial por el tema del suministro del agua y porque entendían que sus argumentos para ser reelegida, no estuvieron, ni por asomo, por encima de otros candidatos.

En cuanto al bloque del Frente de Todos, mantuvieron desde el inicio una postura firme por una de las aspirantes, la cual resultaba hasta lógica por cuestiones de pertenencia partidaria e ideológica, pero se quedaron esperando a que el oficialismo mueva el tablero.  

Mientras que los tres bloques unipersonales se mostraron a la espera de los mayoritarios, a diferencia del PUL, que siempre apostó a la continuidad de Oñate. Eso sí, cada uno de ellos conoce la importancia que su voto puede tener en la búsqueda de la mayoría especial requerida.

Con la fecha encima, recién el viernes pasado hubo un encuentro informal donde los bloques expusieron sus intenciones. El oficialismo seguía dividido y el peronismo mostró que podría deponer sus intenciones iniciales, si llegaba a haber un consenso. Pero no hubo acuerdo.

Este lunes, se realizó la primera reunión seria y formal para definir el tema. Sí, este lunes, cuando el puesto debería estar definido de antemano, para que el área no se encuentre con una sorpresa respecto de quién la va a conducir.

Sin embargo, hay concejales que le restan importancia a la elección y que incluso, no descartan que el puesto quede acéfalo hasta que ellos se pongan de acuerdo. Ante este escenario, barajaron que el proceso podría extenderse varias semanas o meses, y en ese tiempo, Oñate debería abandonar su cargo y la Defensoría continuar trabajando sin un titular. Polémico.

Y aunque parezca curiosa, hay concejales que defienden esta moción, señalando que la Defensoría del Pueblo de Nación, desde hace muchos años que no tiene un responsable y que funciona de igual forma. O sea, pretenden copiar un mal ejemplo. Nivelar para abajo.

Esta alternativa no solo es polémica, sino que también resulta inviable para la vida institucional del área. Más aún, considerando que la asesora letrada de la Defensoría (la segunda en importancia dentro del organismo) renunció hace un par de semanas y ahora ocupa un puesto político en otro espacio.

Es decir, si los concejales se inclinan por la acefalía temporal, la Defensoría del Pueblo no tendría ni defensor ni abogado, lo cual dificultaría la emisión de resoluciones, firmas, cheques y decisiones de toda índole.

Como si fuera poco, a esto se suma que la propietaria de la casa donde funciona el organismo está reclamando numerosos alquileres atrasados a Oñate, y esto ha generado un cortocircuito entre la actual defensora y el área de Hacienda de la Municipalidad.

Así las cosas, en la reunión del lunes, volvieron a ponerse nombres sobre la mesa y si bien Oñate se impone ante un escenario de incertidumbre, no tiene los votos necesarios para ser reelecta. Sin embargo, ella adentro del organismo, ya le manifestó a su personal que continuará a cargo del mismo.

Mientras tanto, hay otros 13 postulantes que siguen a la espera de una definición. Muchos de ellos hicieron un proyecto, prepararon un trabajo, una plataforma y una exposición para la audiencia pública, se tomaron el tiempo de reunirse con cada uno de los concejales para presentarse, darse a conocer y expresar su iniciativa.

Todos ellos entienden que tienen la idoneidad y experiencia necesaria para ser elegidos, algunos más que otros, claro está. Pero lo que no toleran, es que en un proceso que ya lleva más de dos meses, no se les dé la relevancia que merecen y que, ante todo, prime “la rosca” política, en lugar de su conocimiento y labor. De hecho, trascendió que podrían presentar un escrito pidiendo definiciones. 

Y aunque esta semana se termine eligiendo a cualquiera de ellos en tiempo récord (el Concejo debe convocar a una sesión extraordinaria según lo marca la Carta Orgánica), la persona seleccionada deberá asumir el próximo lunes sin traspaso ni transición, ni tiempo previo para conocer al personal y el área.

La reunión del lunes tampoco logró consensos y se pidió “un cuarto intermedio” hasta este miércoles, porque como no había acuerdo, se estaban caldeando los ánimos. Por lo tanto, por estas horas se están produciendo negociaciones, que incluyen ofrecimientos de cargos políticos, puestos adentro de la Defensoría y algunas promesas más de cara al 2023. De idoneidad y capacidad, no se habla.

Lo más curioso de todo este proceso viciado es, que cuando se inició este año, nada hacía prever que algo podía superar el papelón del Concejo Deliberante anterior, el cual en 2017 había designado de antemano a una persona para ser la defensora del Pueblo y como se filtró a la prensa, tuvieron que cambiarla a último momento. En aquel entonces, hubo postulantes que hasta pidieron la nulidad del proceso. Ojalá que esta vez eso no suceda.

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