El Staatsballett Berlin, fundado en el 2004, se posiciono en poco tiempo como uno de los ballets más prestigiosos del mundo. En el 2018 luego de una rigurosa selección contrataron a la bailarina clásica francesa Chloé Lopes Gomes, de 29 años, formada en la escuela del Bolshói. Tenía como antecedente trabajos en la Ópera de Niza y del Béjart Ballet de Lausana.

Cuando estaban ensayando una escena de “La Bayadera”, obra clásica del siglo XIX, la profesora a cargo distribuyo un velo blanco a todas las bailarinas menos a Chloé por ser negra. Para algunos fue una broma pero lo cierto es que no le dieron la vestimenta. Fueron muchas las ocasiones en las que se sintió discriminada, sea por tratos degradantes o por comentarios despectivos. Esto le genero estrés, luego se lesionó un pie y debió dejar de ensayar por 8 meses, sumando a esto el inicio un tratamiento antidepresivo.

Al regresar a los ensayos le pusieron como condición que se maquille de blanco. “Blanquear mi piel era como renunciar a mi identidad” comentó. Al enterarse del hecho la directora del Staatsballett solicito una investigación interna de inmediato. La compañía emplea a personas de 30 nacionalidades diferentes, una verdadera muestra de diversidad. Admiten que se confiaron en que nunca pasaría algo así. Las conclusiones señalaron a una de las profesoras como la responsable de la discriminación. Habría dicho entre varias otras cosas "una negra en una compañía de ballet, no es estético ni homogéneo". Aun no se sabe si le aplicaran medidas disciplinarias y cuales serían. La dirección no se ha pronunciado.

Romper el círculo “muy elitista y cerrado” del mundo del ballet es el propósito de la denuncia de Chloé quien ha recibido apoyo de parte de los bailarines la Ópera de París, del Royal Ballet de Londres y del Leipzig Ballet. "Estoy cansada de escuchar que no se puede contratar a negros porque no tienen los cuerpos para la danza clásica. Es sólo un pretexto", dijo Chloe a quien le anticiparon que no le renovaran el contrato que vence en julio.