El espectáculo se registró en la Biblioteca Popular Carilafquen (Villa Los Coihues) y quedó disponible en YouTube. Cuatro propuestas diferentes, unidas por la sutileza y el detalle.

Música sin vueltas. En la noche del lunes se estrenó Conciertos MUEBA en la Biblioteca Carilafquen, una iniciativa de la entidad que procura agrupar gremialmente a las “personas músicas” de Bariloche. Sonaron Valeria Giraudo junto a Demian Príncipe, Martín Caracoche, Marcelo Saccomanno con Mariano “Cuchi” Barrientos como invitado y para cerrar, Lou Hernández con Ernesto Chirulo. Una paleta de colores coherente y sutil.

Sin preámbulo de ninguna índole, tocó que abriera Giraudo, con “Piropo”, de Jaime Roos. La dupla comenzó a construir el clima más que íntimo, casi introspectivo que caracterizó a la breve velada. De movida empezó a destacarse la faceta visual del registro, responsabilidad de Lucía Barresi y Pol Lozano. Después de un año y monedas de pandemia, era hora que las transmisiones experimentales, los falsos vivos y las divergencias entre sonido e imagen quedaran atrás.

Como siempre sucede, la afluencia de espectadores fue de menor a mayor, a medida que avanzaba la propuesta. Después de las atmósferas montevideanas, Giraudo (voz) y Príncipe (guitarra) se pusieron telúricos, con “Por seguir”, de Raúl Carnota. Pulcritud en la cantante y precisión en la encordada. La primera finalizó su segmento enlazando con el siguiente: en dúo de voces con Martín Caracoche, para interpretar “Tonada de Luna llena”, de Simón Díaz.

Con el músico a cargo del segundo tramo, arrancó la sucesión de creaciones propias, que predominó durante el concierto. Primero sonó “Infinito”, poesía que habla de caminos y búsquedas personales con anclaje cordillerano, sobre una cadencia movediza. Siguió “Baraja”, otra pieza de autor de letra interpelante y ritmo contagioso. Para el último de sus aportes, Caracoche empuñó la guitarra eléctrica y compartió “Danza de aire”. Sin embargo, la electricidad no modificó en nada la atmósfera más bien apacible de todo el concierto.

Acto seguido, llegó el momento de Saccomanno, con el aporte de Barrientos en guitarra. El “Negro”, empezó con “La mente”, uno de los temas en los que hace gala de sus decires elaborados y sutilmente punzantes, mientras la canción se desenvuelve cómplice. A “Lapacho” la interpretó en soledad y sonriente, a pesar de emparentarse su inspiración con las feas consecuencias de la última dictadura: el exilio. El oriundo de Rosario se despidió también solo, con “Nace de amor”, otra delicadeza.

El cierre del que -esperemos- fue el primero de los Conciertos MUEBA quedó a cargo de Lou Hernández, quien principió su segmento con “Olas”. La joven cantautora se hizo acompañar con la trompeta de Chirulo, combinación que aportó una textura particular a su momento. Intimismo y quietud. Siguió “Blues de la Luna llena”, más poesía, precisamente en esa forma musical bien definida, solo del bronce incluido. La música cerró su segmento y el concierto todo con “Pez”, una apelación a la libertad, al juego y el amor.

La feliz iniciativa fue idea de Leopoldo Caracoche, Demián Príncipe y Juan Sisterna, quienes además se ocuparon de la coordinación. La escenografía y la ambientación corrió por cuenta de Andreina Poli y Lili D’Urzo. En el sonido trabajó el propio Sisterna y la seguramente trabajosa edición, fue obra de Pol Lozano. El concierto quedó disponible para volver a disfrutar en el canal que MUEBA abrió en YouTube.