Los veganos volvieron a la carga con nuevas demandas. La Vegan Society, entidad francesa que nuclea a partidarios de no comer carne, pidieron que se dejen de comercializar galletitas con formas de animales tanto porque promueven la crueldad con los animales como porque son ofensivas a la causa.

La asociación considera que el consumo de alimentos con forma de animales promueve un sentimiento de superioridad de los seres humanos sobre otros seres vivos y destaca que el mero hecho de comer una galletita con forma de león o dinosaurio genera comportamientos irrespetuosos la fauna y el medio ambiente.

La organización reclama que se prohíban las galletas con forma de animales, incluyendo las clasificadas como "veganas" y sin ingredientes de origen animal, ya que su sola forma hace que los niños, los más entusiastas con estos productos, se hagan la idea que comer carne es beneficioso y hasta divertido.

La profesora de Sociología en la Universidad de Monmouth del Reino Unido, Corey Lee Wrenn, afirmó que el consumo de galletitas de animales “reitera a los niños su acceso privilegiado al mundo natural”, y convertiría a todos los animales “en sus subordinados”.

Asimismo, explicó que al poder “recolectar animales, manipularlos y finalmente comerlos, se enfatizan las nociones de supremacía humana sobre otras especies”. La Vengan Society se basó en sus argumentos para iniciar una campaña en contra de estos productos alimentarios dirigidos a la infancia.

Al mismo tiempo se hicieron escuchar voces que cuestionan el reclamo y se preguntan: ¿para qué excluir las galletitas con forma de animal si no contienen ingredientes de origen animal? Según este razonamiento, la medida se terminaría aplicando a todos los alimentos con forma animal.

La petición está en línea con el pedido de PETA, que logró convencer a un conocido fabricante de galletas de animales para que eliminase de su embalaje unos dibujos que representaban a varios animales en jaulas. El antecedente favorece el pedido hecho por la Vegan Society.