Los cinco delincuentes que irrumpieron durante la madrugada del martes en Cervecería Patagonia, se alzaron con un botín cercano al millón de pesos.

Los ladrones sorprendieron a un empleado de seguridad, lo golpearon y maniataron con precintos plásticos que llevaron para ese fin.

Los investigadores analizan los registros fílmicos que quedaron grabados gracias al sistema de seguridad, aunque por ahora no trascendieron avances en la identificación de los maleantes.

Desde la Policía de Río Negro intentaron ocultar el episodio y también los detalles del atraco. Incluso mencionaron que se trataba de un magro botín. No obstante, fuentes consultadas por El Cordillerano, cercanas a la empresa afectada, permitieron establecer que los delincuentes se llevaron cerca de un millón de pesos en efectivo.

El hecho ocurrió en jurisdicción de la subcomisaría 55, la dependencia policial ubicada en el extremo Oeste de la ciudad, de la que depende el destacamento de Llao Llao.

Vecinos de los barrios de la zona reclamaron a la Unidad Regional III por la jerarquización de esa dependencia policial, con el objetivo de incrementar el recurso humano y material para poder brindar cobertura en materia de seguridad a toda la zona. Por ahora, no tuvieron respuestas.

El robo a Cervecería Patagonia no es el único, ya que los vecinos narraron una serie de episodios delictivos ocurridos en la misma zona durante las últimas semanas, los cuales no trascendieron a los medios de prensa.

El caso de la cervecería podría estar relacionado a los otros hechos, que hoy están siendo investigados. El Cuerpo de Investigaciones Judiciales tiene la misión de tratar de ubicar a los autores del hecho.

Uno de los ladrones portaba un arma de fuego y los demás estaban armados con cuchillos y navajas.  

Una vez que estuvieron en el interior, repartieron sus tareas. Algunos se encargaron de hacerse del botín, mientras que otros buscaron las cámaras de seguridad para vulnerarlas y evitar el registro de las mismas.

El dinero estaba ubicado en la administración del predio que la cervecería tiene en Circuito Chico. Por la geografía de la zona se cree que los delincuentes se movilizaban en vehículos, aunque el tiempo que demoró el damnificado en liberarse y avisar a la empresa sobre el ilícito y la distancia que existe entre el lugar y la dependencia policial más cercana, facilitaron la fuga de los delincuentes.