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Diez escritores, entre ellos el barilochense Luis Cattenazzi, dan vida a una publicación que evoca con su estética gráfica y su temática, la literatura de cowboys, cazarrecompensas, diligencias y buscadores de oro.

Hasta las publicidades están cuidadísimas e invocan nostalgias que muy probablemente, encuentran anclaje en las vivencias concretas de las y los lectores. Obviamente, no intentan vender nada porque promocionan “nuevos fonógrafos que cantan y hablan tan alto como la voz humana”, al módico precio de 20 pesos moneda nacional. O “pastillas del doctor Moeller para el estómago y sus enfermedades. Usadlas y haréis una buena digestión. De venta en todas las farmacias”.

Inclusive esos detalles cuidaron los editores de “Salvaje Sur. Western”, una revista tan insólita como entrañable. Mientras las hegemonías comunicacionales y artísticas corren por cuenta de redes sociales, aplicaciones, grupos de WhatsApp y otras yerbas tecnológicas de dudosa cuantía, Castro & Sahilices Editores apostaron por revivir estéticas de otras épocas, tanto desde la perspectiva gráfica como literaria.

Para cumplir su cometido, Matías Castro Sahilices convocó desde San Martín de los Andes a otras destacadas nueve plumas de diferentes condados, para redondear una publicación llamada a hacer historia. La temática está clara desde su denominación y desde la ilustración de portada: un hombre con gesto adusto, espera emboscado a dos jinetes, Colt en la mano derecha y vestimenta llamativamente elegante.

A título de presentación, pero también como declaración de principios, se anticipa en la página 3: “Salvaje Sur es una revista para lectores particularmente exigentes que buscan una experiencia ligada a la nostalgia. Por ello, se ha cuidado con esmero la edición de este número, con la clara intención de imitar aquellas revistas dedicadas al western. Sin embargo, ciertos relatos no solo tuercen las leyes del género, sino que se han mezclado con otros, como el weird o el sci-fi”.

“Weird” significa literalmente extraño, pero en términos literarios, alude a la así llamada ficción extraña o macabra. En tanto, “sci-fi” es la abreviatura en inglés de ciencia ficción. Como muchas de las películas que cincuentones o sesentones vieron en blanco y negro durante su niñez, “Salvaje Sur” aclara que “es una revista de ficción. Los personajes nombrados y los incidentes descritos no hacen referencia a personas o eventos reales; cualquiera coincidencia será territorio del azar”.

Como buena revista de westerns, la que felizmente llegó a manos de este cronista, cuenta con ilustraciones. Algunas pueden resultar familiares porque “pertenecen a diferentes ediciones que nunca renovaron su licencia de copyright -como demandan las leyes de Estados Unidos para revistas publicadas entre 1923 y 1963-, por lo que han pasado al dominio público. El resto, son autoría del editor”.

En “Salvaje Sur” hay participación barilochense: con el seudónimo de Dolores Abernathy, aportó un cuento Luis Cattenazzi, cuyo nombre está sonando mucho últimamente en el ambiente literario rionegrino y patagónico. También puede leerse “Leyenda del cerro Pratt”, un relato que lleva la firma de Diego Rodríguez Reis (mejor dicho, de Dylan Roderick Rex). Todos los autores y la única autora (Melina Pariente), adoptaron otra identidad para concretar su incursión en el subgénero.

Unas pocas de las publicidades que incluye la revista son reales. Entre ellas, la que promociona a Mythos Libros, sita en Villegas 658 de San Martín de los Andes. Otra, destaca que puede escribirse a la misma dirección, pero a nombre de Castro & Sahilices para encargar una “edición oro” de “Salvaje Sur”. En Bariloche, puede conseguirse en La Barca Libros o contactando a Cattenazzi vía Facebook. Una joyita con resplandores, no solo de antaño.

Adrián Moyano