Luego de los anuncios del presidente Alberto Fernández por las medidas ante el nuevo brote de COVID-19, el móvil de El Cordillerano Radio, decidió recopilar los testimonios de la gente en la calle, acerca de las nuevas posibles restricciones. No hubo una voz unánime de aceptación o rechazo, pues los rubros fueron variados y todos tienen una realidad diferente.

Un taxista, mientras esperaba pasajeros en calle Onelli, indicó que las medidas "bajan mucho el trabajo" y que la gente que no tiene para comer vive una situación "peor" con las restricciones. "A nosotros nos perjudicó la pandemia. Veremos qué se puede hacer con esto ahora", agregó. 

Por otro lado un transeúnte indicaba que "deberían haber más restricciones", mientras que un hombre mayor que barría la vereda agradeció estar vacunado, y  contó que pasó la enfermedad con mucha fiebre. "Hay que cuidarse" sintetizó. 

El encargado de un kiosco comentaba que no estaba de acuerdo ya que "en Bariloche vivimos del turismo" y eso "impacta en la economía", al prohibir los viajes de egresados. "Está difícil porque este es un emprendimiento nuevo, necesitamos el empujón de todo Bariloche. Cuando no hay turismo los clientes vienen menos" manifestó.

En el recorrido por Onelli el móvil entrevistó al exconcejal de Dina Huapi y referente del MPDH, Alejandro Corbatta, que caminaba por la zona. "Tendrá repercusión en el turismo y en quienes están con los viajes de egresados. Seguramente el gremio gastronómico protestará porque se puede abrir hasta las 23. Son medidas que nos afectan muchísimo y que se pueden regular un poco. Hay que prever la situación" consideró. 

Fuera del banco, Elena, una vendedora ambulante de barbijos, sostuvo que "la vacuna no llega y hay que cuidarse". La vecina está en ese nuevo emprendimiento desde que comenzó la pandemia. "Es necesario y barato. Ayudo y la gente me ayuda a mí" sintetizó.

Elena contó que previamente confeccionaba bolsas de compra de tela. "El virus existe y hay que seguir cuidándose. Primero está la salud y después el dinero" resumió.

La dueña de un local gastronómico del centro indicó que "sabían" que las restricciones iban a llegar. "A algunos les afecta más que a otros. Si se decide cerrar a las 23 horas sería un golpe para el sector. Habrá que poner el pecho y darle para adelante" auguró.

Según opinó la posibilidad de trabajar hasta las 24 sería un "horario más prudente" para los locales gastronómicos. "Se puede terminar de dar un servicio y que la gente se le pase por la cabeza ir a comer" explicó.

Además contó que al igual que otros locales están endeudados con AFIP, Rentas y el municipio. "Es lo que nos tocó" indicó la joven dueña de la pizzería La Andina y el local Citrino de Shopping Patagonia, quien tiene a su cargo 12 empleados, y antes de la pandemia debió cerrar el restaurant Costello, ubicado en Quaglia y Costanera. 

Por último, una comerciante de ropa se mostraba conforme con las restricciones hasta las 23. "No le cortan el trabajo a la gente" manifestó. Además indicó que comenzaron a hacer horario cortado a partir de enero con 8 horas diarias, y que si bien en las fiestas "se trabajó bien" después hubo "pocas ventas".