CONCENTRACIONES EN VARIOS PUNTOS DE LA CIUDAD

| 27/11/2020

Mas que un reclamo, una exigencia: ¡qué vuelvan los colectivos!

Mas que un reclamo, una exigencia: ¡qué vuelvan los colectivos!
Fotos: Facundo Pardo (sur) y Fabio Hernández (oeste).
Fotos: Facundo Pardo (sur) y Fabio Hernández (oeste).

Algunos de los usuarios del transporte público de pasajeros dijeron ¡basta! y salieron a la calle a pedir que vuelvan los micros. Poco les importa si el o los subsidios llegan o no. Al único lugar que quieren llegar es a sus lugares de trabajo y regresar a sus hogares. Por eso exigieron que se restablezca, de una vez por todas, el servicio. Además, coincidieron en algo: “Que sea lo más parecido posible a como era antes de que se desate la pandemia, porque cuando empezó pusieron el organigrama de emergencia, no lo reforzaron nunca más y la ciudad fue abriendo sus actividades”.

Hastío, cansancio, bronca, impotencia, cualquiera sea el término que quiera utilizar le cabe bien a cómo se siente la gente ante la falta de transporte público. Las explicaciones de uno y otro lado son muchas, para los que las dan, hasta podría decirse que válidas, porque uno los escucha y lo dicen muy convencidos. Pero para los vecinos ya no alcanzan.

La falta de colectivos significa tener que pagar de más el traslado a los lugares de trabajo, a ver a un médico o para realizar las compras. Ya pasaron doce días y los micros continúan brillando por su ausencia y, lo peor de todo, es que si aparece el dichoso subsidio del Estado nacional servirá para completar los sueldos del mes de noviembre que ya está por terminar.

¿Y entonces? La respuesta se cae de madura, cuando llegue el quinto día hábil del último mes del año volveremos a empezar con las palabras, las negociaciones estancadas o en punto muerto y, lo más importante, ¡los usuarios otra vez perjudicados!

Es una rueda que parece que nunca va a tener fin -por lo menos en el corto plazo- y, así, los padecimientos de la gente van en aumento.

Y, a fuerza de ser sinceros, bastante paciencia tienen los barilochenses para bancarse semejante desatino. Pero este viernes (27/11) algunos vecinos se cansaron de tanto desprecio, de tanta desidia y salieron a las calles.

Convocados a través de las redes sociales se juntaron en diferentes puntos de la ciudad para demostrar el malestar que les provoca semejante destrato. La rotonda de Changomas en la zona Sur, el kilómetro 13 -frente a un supermercado- en el Oeste y el puente Ñireco en el Este fueron los lugares elegidos para hacer sonar sus bombos y tamboriles en algunos casos, mostrar sus banderas, pancartas y carteles cuestionando a la empresa Mi Bus y al Ejecutivo Municipal y señalándolos como los principales culpables de que tengan que movilizarse a pie, haciendo dedo (cosa compleja en tiempos de pandemia porque muchos automovilistas tienen miedo de llevar a un desconocido) o viajando en medios que por sus costos hacen “doler” el bolsillo.

No se cortaron la calles o rutas, aunque sí durante un corto tiempo la Juan Marcos Herman, pero los vecinos hicieron que el tránsito sea lento, casi a “vuelta de rueda”, aunque los automovilistas en muchos casos acompañaban con sus bocinas el reclamo.

Celia es una vecina del 645 Viviendas y, al ser consultada, al borde la indignación señaló: “¿Piensan que nosotros somos ricos? Yo tengo que ir a trabajar y por obligación muchas veces debo pagar un remís o un taxi. ¿Cuánto cree Gennuso que gano? A mí me importa poco el subsidio o no subsidio, yo quiero que haya colectivos”.

Unos metros atrás de ella, Luis, portando una pancarta donde se leía que exigía la vuelta del servicio, tampoco ocultaba su bronca. “Mirá, ya nos bancamos que con la excusa de la pandemia amplíen los horarios, haya menos colectivos en la calle y ahora esto. Quince días tenemos servicios y otros quince que el vecino se joda. ¡Basta viejo, de una vez por todas que piensen en la gente!”.

 

No fueron muy diferentes los argumentos en el otro extremo de la ciudad. A pesar de que un chaparrón amagó con calmar los ánimos, ni el agua o el viento pudieron hacerlo. Aplaudiendo, gritando, descargando toda la bronca acumulada, Francisco, vecino de Nueva Jamaica, no anduvo con vueltas: “Esto ya no se aguanta más. Estamos a más de trece kilómetros del centro y hubo un par de días que me tuve que ir caminando ¡y a mí no me gusta hacer ejercicio por obligación! Sin bondis, con los conductores de autos o camionetas que tienen miedo por el coronavirus y yo sin un mango, no me quedó otra que “patear” hasta mi lugar de trabajo porque esos días uno de mis compañeros, con el que nos ponemos de acuerdo para ir en auto, tuvo franco. ¡Estoy repodrido, lo único que pido es que anden los colectivos y si no que el intendente, los concejales o quien sea busquen una solución y si a la empresa no le conviene que se vaya!

Palabras más, palabras menos, todos coincidieron: “que hagan lo que tengan que hacer, pero que vuelvan los micros”.

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