“La gente que no muere de hanta puede morir de hambre”, dijo una vecina de Epuyén

Bárbara, vecina de Epuyén, cuenta la difícil situación social y económica que se vive en el pueblo y los parajes aledaños. Junto a otras mujeres, lleva adelante una gran colecta llamada #JuntosSomosMás en la que recolectan barbijos, lavandina, alcohol en gel y demás elementos de higiene para repartir a los pobladores y generar conciencia.

Bárbara es una vecina de Epuyén que está realizando junto a otros vecinos de la zona una ardua campaña para que todos cuenten con los insumos necesarios que les permitan frenar el contagio del hantavirus. De esta manera, tal como cuenta Bárbara, lo que comenzó siendo una pequeña iniciativa ahora ha llegado lejos y continúa creciendo: “hoy somos más de diez mujeres en representación de cada paraje y que con muchas ni nos conocíamos.

Como di mi palabra desde el comienzo, llevamos registro de todo lo que entra y a quien se le entregó”, señaló en diálogo con este medio.

Así, las vecinas llevan con minucioso detalle la contabilidad de todo lo recibido y entregado en planillas de Excel que contienen los nombres de aportantes y receptores de las donaciones. Hasta el momento lograron llegar a un total de 118 familias y han entregado 467 barbijos. También, entregaron lavandinas, alcohol en gel, alimentos y juguetes. “Llegamos a 118 familias con insumos de primera necesidad, lo que nos permite prevenir y frenar el virus. También llegaron juguetes que los entregamos a los aislados. Los barbijos que no son los indicados para la situación y guantes los donamos al hospital”.

Por todo esto, agradeció a todos los vecinos de Bariloche y distintas localidades del país que colaboran, pero también expresó: “a los vecinos y funcionarios que desestiman nuestra campaña les decimos que no somos una institución, somos vecinos que no estamos de campaña electoral ni perseguimos ningún tipo de interés, y que sin ser nadie logramos responder a la comunidad de manera eficiente y eficaz siendo prolijos, equitativos y transparentes. Todo lo entregado fue requerido y solicitado por las familias, no entregamos nada por obligación ni por un voto; y cabe destacar que al momento ni el Estado ni ninguna institución ha entregado los elementos de primera necesidad, salvo a los aislados que gracias a Dios cada día son menos”.

Una situación “desoladora”

De esta forma definió Bárbara el estado en el que viven los pobladores de la zona, y afirmó que “la cadena de producción está quebrada” ya que no solo afecta a los productores y a quienes se dedican al turismo, sino que “al que hacía jardinería y a las mujeres que limpiaban las cabañas o casas ya no se los toma, o la doña que hacía torta fritas para vender ya no tiene dónde. El que no muere de hanta puede morir de hambre”.

“Nuestro pueblo está muy dolido por las pérdidas irreparables de vidas y también atravesando un estadio de incertidumbre socioeconómica. Muchos vivimos de la economía social y de subsistencia, por eso es importante que nos sigan acompañando”, indicó.

Contó además que junto a los vecinos buscarán una manera para definir una “cadena de responsabilidades, se desestimó el brote y no se suspendieron las clases ni se prohibieron fiestas o reuniones, fue una negligencia de las autoridades porque esto empezó en noviembre”.

Todavía se puede colaborar

El teléfono para ayudar y donar elementos es +54 9 2945695137. Se reciben lavandinas, alcohol en gel, barbijos Nº 95 (los adecuados para la situación), así como alimentos y juguetes.

Martina Paz González