SÍNTESIS DE CULTURA Y ESPECTÁCULOS DURANTE ESTE 2018

| 29/12/2018

El invierno resultó ser la estación más cálida

El invierno resultó ser la estación más cálida
“Enemigo de papel”, un gran logro.
“Enemigo de papel”, un gran logro.

Se presentaron multitud de discos, se estrenaron obras teatrales y las inauguraciones desafiaron las nevadas. Un período espléndido.

Sus autores la llamaron simplemente, Guía de Aves. Podría decirse que es el resultado de un trabajo interdisciplinario, pero Hernán Pirato Mazza y Carla Pozzi no tienen tantas pretensiones. Fotógrafo y diseñador el primero, bióloga la segunda, aunaron sus respectivos “campos” para, después de un año de trabajo, echar a circular un trabajo de divulgación que pensaron para Villa Los Coihues pero que será de interés para todos aquellos que sientan fascinación por la naturaleza.

“El material surgió y desde nuestras especialidades”, arrancaba la bióloga en charla con El Cordillerano. “Vimos una oportunidad de combinar toda la parte de fotografía e imagen con los textos más específicos por cada especie y así poder construir un material concreto, que pudiera vincular a las personas que viven acá, en Los Coihues, con su entorno”. Sumaba Pirato que “acá, en el barrio, hace varios años está la Comisión de Hábitat, que viene trabajando en estos temas. Desde ahí, surgió la primera convocatoria para quienes estuvieran registrando aves. Yo me acerqué y surgió la idea de armar una guía o un catálogo de bolsillo para el barrio”. Fue lo que hicieron.

Si bien el primer disco de Cardomanso estaba disponible en las plataformas digitales desde fines de 2016, la concreción de su formato físico a través del INAMU hizo que Martín Caracoche lo presentara a mediados del sexto mes. “Cardomanso” el disco “es una reseña de siete años de composiciones mías. Tiene algunos temas de 2008 y lo grabamos a principios de 2015, o sea que es un poco una comunión de todas esas canciones que fui produciendo en ese tiempo y que a mi criterio, tenían nivel de disco”, decía el músico.

El de Cardomanso “es un sonido cercano al rock y al pop, son canciones por ahí relacionadas con el viejo rock nacional. En las letras, tiene bastante de una propuesta naturalista, tengo varios temas que tienen mucha relación con la descripción de la naturaleza y con los ciclos y esos ciclos, adaptados a los míos (risas). O sensaciones, pensamientos… Algunas canciones describen momentos o situaciones, es bastante amplio. De carácter reflexivo, sobre todo, las letras”, ilustraba Caracoche.

Dasso

Más o menos el mismo ritmo siguió “Equis”, disco solista de Gustavo Dasso. Si bien el músico había emprendido su grabación dos años atrás, el formato físico llegó sobre mediados de 2018. No siguió las rutas habituales: primero estuvo en las plataformas digitales y no hubo concierto presentación porque su autor estaba más abocado a la agenda de Lejos Neptuno. Sin embargo, en su concepción es una suerte de puntapié inicial. Un ajuste de cuentas consigo mismo.

“Es un disco que grabé hace un año y medio o dos”, concedía Dasso. “Lo tenía ahí, en ‘stand by’ por una serie de razones, sobre todo, porque no lo podía terminar. Lo hice caseramente, en casa, con un programa de sonido y una computadora, lo más profesional que pude, pero faltaba un toque para llegar a un estándar de sonido como el que yo quería. Después conocí a un productor que está acá, Santiago Cantaluppi, con quien estamos tocando en una banda”. Y la cosa decantó.

El 2018 marcó el retorno a los escenarios de Flavia Montello. Su definición fue categórica: abrió su agenda de docente universitaria “a codazos” para volver a la actuación, después de cinco años de ausencia. El resultado de esas ganas fue “Porquería”, tremendo trabajo. La puesta se basa en “Orejas caídas y hocico casi cilíndrico. Ese es el título original de la obra de Marcelo Bertuccio y, con anuencia suya, le pusimos Porquería”, aclaraba la actriz. “La escribió en 2000 y cuando me encontré con el texto, me gustó mucho. Es muy impactante a nivel textual, como trabaja con la repetición de palabras y musicalidad en las frases. A mí, que me interesa mucho el trabajo con la voz, me gustó enseguida”, insistía. Fue monumental el regreso de Montello.

En días de nevada, Irina Taretto y Susana Baur revitalizaron el rincón de exposiciones en la Usina Cultural del Cívico (Biblioteca Sarmiento). La propuesta formó parte del ciclo Vital – El corazón del alma, que idearon las expositoras. “En mi caso, los trabajos son obras realizadas con materiales reciclados: metal, madera, vidrio y herramientas viejas. Todo reciclado”, le decía Baur a El Cordillerano. Y su compañera explicaba: “recojo pétalos que están caídos, no voy arrancando flores (risas). Como Susana, veo formas en las flores y las armo junto a rostros. Antes las hacía muy pequeñitas y ahora me abrí a retratos más completos, de caras y figura”.

Las que estuvieron en exposición representaban cabelleras “pero, a veces, también son vestidos. Tengo otros (cuadros) donde son más parte de la persona”, aclaraba Taretto. Sorprendió la variedad y cantidad de objetos que pueden encontrarse en las playas patagónicas y que fungen como materia prima para Baur. “Hay mucho más. Esto es apenas lo que yo puedo cargar, voy juntando en bolsitas porque mi marido no me deja (risas) ¡Basta de traer cosas! Pero sí, hay mucho, mucho”, lamentaba.

Pepa y el agua

El ámbito discográfico no dio respiros. Pepa Díaz sumó su aporte con “Ciclo del agua”, que también estuvo disponible digitalmente antes que en formato físico. Antes de recalar en Bariloche, residió 12 años en Valparaíso y, entonces, su mudanza llamaba la atención. A priori, el puerto chileno tiene bastante más que ofrecer que Bariloche a quienes trajinan arte. Pero ella está encantadísima y dio a conocer al EP que grabó “carta de presentación en la Argentina”. En el ambiente de la música, ya se había hecho de un nombre, de tan intensa su actividad.

“Vine de visita en 2016 y me llamó la atención que para ser tan pequeña, hubiera tanta movida cultural”, razonaba la cantautora. “Tanto arte por todos lados y mucha gente con ganas de hacer arte… Para mí, era raro para una ciudad tan chiquita porque allá, en Chile, ese fenómeno ocurre en las ciudades más grandes: Santiago, Concepción o Valparaíso y muy aislado en las ciudades que no llegan a esos tamaños tan grandes. Pero acá había mucho y me llamó la atención, tuve la posibilidad de venirme, no lo pensé mucho y me vine nomás”.

Por el lado de Marcos Radicella, no hubo presentación pero sí lanzamiento: “Viaje a donde estoy”. Hombre del ámbito de la comunicación y la publicidad, sus más recientes incursiones musicales tenían y tienen que ver con pianos y teclados en Banda Sonora de Películas que No Existen. Pero además, tiene una faceta solista conmovedora e inclasificable. Deezer rotuló a su CD como “jazz de vanguardia” pero no hay que creerle: su planteo es de música clásica aunque, claro, pueden adivinarse las objeciones de los especialistas.

Radicella explicaba: “es un proyecto personal donde laburaron varios músicos: Adrián Bascary en chelo, su hermano Arturo en viola y Pedro Zanca en violín. Después, en algún tema toca piano mi hijo Theo, un oboísta (Aldo López) que sumó su parte desde Asunción (Paraguay) y, bueno, como músico principal en dirección y arreglos, Germán Lema, que es un capo”. Decía el creador: “la música es un vehículo para estar más centrado, más en el lugar en el que uno está. Ese es el concepto del disco y también está atravesado por lo espacial”. Gran trabajo.

Volvió Belén

Los fríos invernales también propiciaron otro retorno: el de Belén Álvarez. El paréntesis se había extendido por dos años. “No pasó nada extraño, hay gente que piensa que estuve en una especie de retiro cósmico (risas). No me enfermé ni nada. Fue decisión personal parar un poco la moto y dedicarme más de lleno a la familia”, explicaba la cantante, al volver al ruedo. Fue en el Camping Musical y con el título de “Herencia”.

“Tuve mucha necesidad de honrar la historia de mi familia. No es una historia que uno diga huaaaa (risas), pero justamente por eso… Porque hay un montón de historias que por ahí, consideramos anónimas, simples o normales pero, en un punto, ninguna familia es normal ni todo es tan simple. Y la historia de mi familia no es nada simple. El objetivo no sería honrar las complicaciones sino la valentía que tuvieron mis abuelos cuando tomaron decisiones”. Y siempre hubo música en esos momentos complejos.

Los fríos de Bariloche también abrigaron al 8vo Encuentro Juvenil de Música de Cámara, entusiasta acontecimiento que impulsan y organizan la Fundación Cofradía y el Camping Musical Bariloche. La sucesión de acontecimientos constó de clases, ensayos, otras actividades de formación y conciertos abiertos para el disfrute de todo el público. Diego Díaz, uno de los sostenes de Cofradía, recordaba que como fundamento, el Encuentro reconoce “que justamente jóvenes, se encuentren haciendo y compartiendo música. Ese es el foco principal y en detalle, hay un entorno de actividades pautadas: clases, charlas, ensayos, ensayos guiados, máster clases de instrumentos, talleres de actividades, audiciones y conciertos para que además de escuchar, (los y las participantes) puedan tocar en público”.

Como la mayoría de los jóvenes músicos barilochenses que alguna vez migró para continuar su formación, Jeaninne Martin siempre volvió pero, en esta oportunidad, el retorno tuvo que ver con reafincarse en la ciudad de la que se había despedido en 2003. El reencuentro se afirmó sobre el escenario, cuando en compañía de Tatiana Catelani puso a consideración “Vivas”. Un concierto, sí… Pero bastante más también.

La música explicaba las razones artísticas de la vuelta. “Me encanta la idea de volver a Bariloche. Veo que la escena cultural está mucho más activa que cuando me fui en 2003, a mis 18 años. Era otra cosa y ahora, se está moviendo bastante fuerte. Me dijeron que, en mayo y junio, no pasaba nada pero todos los días pasó alguna cosa. Eso me alegra mucho y, bueno, venir a seguir desarrollando lo que estaba haciendo en La Plata siempre es una apuesta. Volver al lugar de uno y devolver algo de lo que uno es, pero un poco más madura”, justificaba.

Nevadas Teatrales

Como en los cuatro inviernos previos, en 2018 también se produjeron las Nevadas Internacionales de Teatro, quinta edición del acontecimiento que reúne, en Bariloche, a elencos de la Argentina, Chile y otras proveniencias. El capítulo local funciona como extensión de los Temporales Internacionales de Teatro de Puerto Montt, que engalanan la ciudad trasandina hace 24 años. La versión 2018 reunió varias particularidades, entre ellas, el estreno de “Enemigo de papel”, la coproducción argentino chilena de cuyos avances diera cuenta El Cordillerano. Su gestación se inició precisamente en ediciones anteriores de las Nevadas...

Tanto el proceso como el estreno fueron memorables: “las mentes genocidas de Santiago y Buenos Aires planificaban la mayor guerra fraticida de nuestra historia, cuatro almas humildes y solitarias quedan varadas en una frontera ardiente de balas y odio castrense”. La ambiciosa propuesta contó con la dirección de Arístides Vargas, maestro argentino que se exiliara años atrás en Ecuador y que goza de gran prestigio en el ambiente dramático. Sobre el escenario, se desempeñaron las puertomontinas Macarena González y Natalia Alfaro, el barilochense Juan Alari y el reginense Garza Bima.

Aunque con director mendocino, el teatro barilochense aportó un estreno a las V Nevadas Invernales de Teatro. Un elenco que combina juventud con experiencia puso en escena “Salomé de granja”, a partir de un texto del consagrado Mauricio Kartun. En diálogo con El Cordillerano, adelantaron pormenores de la obra Julio Benítez y el jovencísimo Lucas Gasparini Traversa, los dos actores del asunto. El primero aportó que el curioso título “salió de un juego de palabras de esos a los que nos tiene acostumbrados Mauricio Kartun como dramaturgo. Un día iba por la ruta con su familia y vio un cartel que decía Salame de chacra… Lo asoció a Salomé, tomó el mito y lo instaló en la pampa argentina”. Y en 2018, se reprodujo en versión barilochense.

Los ritmos del mundillo editorial hicieron que Cristina Rafanelli realizara la presentación inaugural de su novela en Comodoro Rivadavia, en el marco de la Feria del Libro de la ciudad petrolera. La periodista y hasta ahora ensayista, publicó “Malén Cuyén” en agosto por cuenta de Espacio Hudson, el sello que sostiene hace más de 10 años el poeta Cristian Aliaga. “La vengo escribiendo hace mucho, pasó por muchas etapas e, incluso, había mandado unas hojas al Fondo Nacional de las Artes y la trabajé en el Taller de Narrativa que dio (Vicente) Battista”, reconstruía Rafanelli. “Todos los hechos históricos son reales pero el hilo conductor es un nombre que, durante varias generaciones, no se pudo utilizar. Malén Cuyén es un nombre… Es el nombre de la protagonista, muy jovencita y adolescente en la época de la Campaña del Desierto que pasa a ser prisionera en los fortines, después a una estancia en Río Gallegos, con todo lo que vive. Después, la novela transcurre en Río Colorado, donde ya se vive el almacén de ramos generales y al avanzar, muestra cómo se vivió el nazismo en la Patagonia”, adelantaba.

Día del Blues

En Bariloche, tiene la misma antigüedad que en Nueva York porque apenas se instituyó, El Alambique recogió el guante. Entonces, en 2018, la banda más veterana de la zona concretó la sexta edición del Día Internacional del Blues. La cita se pactó el 4 de agosto en el SUM de Dina Huapi, con la participación de una legión de músicos y músicas que aportaron a la celebración del género.

Santiago Azar es en los hechos el líder de El Alambique y entusiasta impulsor de la jornada blusera. “Es la sexta edición a nivel mundial porque la fecha se oficializó en 2013 y, desde ese año, El Alambique siempre estuvo organizando en la zona, en Bariloche o, como en este caso, en Dina Huapi. El espíritu de esta reunión no está concebido como un festival de blues, sino como una celebración del estilo musical. Como el blues está presente en gran parte de los géneros musicales actuales, en especial, los derivados del rock y la música eléctrica, damos apertura a que vengan músicos de otros géneros a compartir el escenario, no estrictamente a tocar a blues. La idea es celebrar, no tienen porqué venir a tocar Muddy Waters”, avisaba entre risas.

De tanta intensidad, el proyecto parecía más longevo. Pero “hará más o menos un año y medio que empezamos a tocar con Germán”, puntualizaba Diego Pérez Beveraggi, baterista y algo más en Octøpodo. Germán es Lema, pianista y prestidigitador del órgano Hammond que, por cuestiones laborales, no pudo ser de la partida en la charla con El Cordillerano. Juntos estuvieron sobre el escenario de la Usina Cultural del Cívico (Biblioteca Sarmiento), en otra fecha más del ciclo “De este lado del río”.

A partir de la trayectoria de sus integrantes, resultaría fácil emparentarlo con el jazz pero “al proyecto no lo podría definir en ningún género y eso es interesante”, apuntó Pérez Beveraggi. “Nosotros lo pensamos como si fuera una especie de monstruo de ocho patas, una pelota sonora, para decirlo de alguna manera… No me gusta encasillarlo en un género porque no podría. Tenemos elementos de jazz, de rock, de pop, de funk y todo eso junto hace a esta especie de masa extraña que se llama Octøpodo”.

Siempre Corazón

Quienes gustan del folklore más bien romántico estuvieron de parabienes porque a fines de agosto retornó a escena Corazón Tempranero, formación que dio que hablar hasta 2010, aproximadamente. Después, por cuestiones más bien personales, el grupo que lideraban los hermanos Claudio y Sergio Yancamil abrió un prolongado paréntesis que, precisamente, se cerró. Puntapié inicial de una nueva etapa que incluirá, incluso, un nuevo disco.

Fue Claudio quien compartió pormenores con El Cordillerano. “Estamos de regreso. Empezamos a cantar juntos de muy chicos pero, hace unos ocho años más o menos, Sergio se fue a vivir a Las Grutas por cuestiones de familia. Acá había tenido unas malas experiencias, estaba por nacer su bebé y, entonces, se fue a probar allá, que es un lugar más tranquilo. Así que hacía ocho años que no cantábamos juntos, yo siempre seguí con la música pero con otros géneros y, hace un tiempito, Sergio volvió, entonces estamos retomando el dúo. Lo extrañábamos y nos gusta muchísimo. Corazón Tempranero nos marcó”.

Además, retornó a escena “No dejes de hablarme. Una obra sobre el después”, trabajo que se produjo a instancias de la Fundación Ideas Paliativas en Acción (IPA). La propuesta puso sobre el escenario a Guadalupe Colombo Paz y Braulio Pérez, quienes trabajan a las órdenes de Cecilia Meijide, responsable de la dramaturgia y también de la dirección. Arte dramático con mensaje específico.

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