SE PRESENTARÁ EL DOMINGO EN PAICO

| 11/12/2018

Eliana Navarro da a conocer nuevo libro

Eliana Navarro da a  conocer nuevo libro
Eliana Navarro, poesía y alquimia.
Eliana Navarro, poesía y alquimia.

Lleva como título “Weisse Elster. El río que no existe”. Hace referencia al curso de agua alemán donde el gran Roberto decidió terminar con su vida, en la lejana Alemania. Poesía como forma de comprender y sanar.

Eliana Navarro corrige amigable la pronunciación del cronista, cuando éste pregunta qué hay en las páginas de “Weisse Elster. El río que no existe”. La poeta habla en voz baja, cerca del susurro: “es un libro de poemas que escribí hace unos cuantos años, a partir de la experiencia de la pérdida de mi papá”, dispara. Como a Bariloche llega gente todo el tiempo, quizás haga falta recordar que la escritora es la hija de Roberto, el enorme músico barilochense que decidió poner fin a sus días en las lejanías de Europa.

Desde el vamos, “fue una circunstancia bastante particular pero para mí, la poesía funciona también como una forma de comprender las experiencias que uno va teniendo. Y sanando… Es una forma de sanar. Traté de volcar toda esa experiencia y transformarla en otra cosa, más allá de la historia personal: tratar de convertirlo en algo y de alguna manera, soltarlo”. En ese plan, el flamante libro se presentará el próximo domingo desde las 19 en Paico – Casa de Arte. En la ocasión, estará acompañada por Abril Meier en piano y Guillermo Viegas Navarro, con las animaciones.

Como objeto, la publicación se concretó con mucho cuidado. “En el camino me encontré con Natalia Buch, que es amiga… A partir de una circunstancia fortuita, cuando escuchó uno de los textos, se sintió tocada y eso es lo maravilloso: cuando (la poesía) trasciende tu historia personal y puede tocar a otros. De eso se trata… Ella estaba trabajando con imágenes, hace montajes y fotografía y me propuso: esta es una imagen para tus poemas… A partir de ese encuentro, buenísimo y mágico, empezamos a trabajar. Nos llevó prácticamente un año y fuimos dialogando entre imágenes y textos, correcciones y pensar juntas, también a partir de una experiencia de duelo suya”. Por su parte, la autora de las imágenes es hija de Tomás Buch. “Ese fue también un punto en común y bueno, el resultado es lo que se edita con (Espacio) Hudson”.

El título del trabajo tiene un férreo fundamento. “Weisser Elster es un río que cruza Alemania, es el río adonde mi papá se arrojó en Leipzig, al momento de morir. Un río que existe en realidad, pero mi construcción, si bien no es una especie de negación, es convertirlo en otra cosa: el río que no existe… La experiencia fue muy profunda y también muy extraña: esa muerte en Alemania, en otro idioma, recibir las condolencias en ese idioma, el paisaje… Fue en Leipzig, la ciudad de Bach, ese río es hermosísimo y mi papá era fanático de Bach”, confió Navarro. “De alguna manera, todo era muy literario y yo iba anotando cosas en mi cuadernito, esa cosa inevitable que uno tiene… Cosas que tienen que ver con el lenguaje también, con mi experiencia de estar ahí, esperando, buscando una explicación, compartir esos días con su viuda…”. El libro “tiene que ver con esos días y mi experiencia de su muerte”.

Cosa alquímica

Circunstancias que hacen de la recién salida de imprenta, una publicación muy especial en la vida de la poeta. “Es un libro personal, que busca exorcizar, transformar y buscar alguna cosa alquímica para salir de ese dolor y transformarlo en otra cosa. Es mi manera, otros hallarán otras formas de hacer el duelo pero para mí, fue eso: convertir en otra cosas eso que me había pasado… Hace seis años que tengo este material, en 2015 había publicado Blanco, libro que ya tenía escrito desde mi experiencia en Brasil, porque yo vivía en Brasil cuando mi papá murió”.

Conmoción tras conmoción: “fue un shock. Brasil-Berlín, Berlín-Bariloche y quedarme acá. En general, me tomo mis años para publicar, no es un afán que tengo todo el tiempo. Las cosas se van dando y bueno, acá coincidió todo: el encuentro con Natalia, el interés de Cristian Aliaga (editor de Espacio Hudson), la posibilidad de editar un objeto tan hermoso, de una calidad divina… Coincidió todo este año, tan complejo y difícil. La verdad, sacar un libro y este libro en particular, es guau, una ganancia”, resaltó Navarro.

En términos de concretar la escritura de tal o cual manera, “no lo pienso mucho, no es que lo estoy elaborando o una cuestión intelectual. Si bien hay trabajo intelectual, mi interés a partir de esta o de cualquier otra experiencia personal, es convertirla en algo que trascienda la tragedia o el dolor. Me parece que ahí reside la clave del arte: lograr con este libro o con estos poemas, empatía o comprensión en el lector, porque todos tenemos momentos de pérdida… Me interesa trascender la cuestión personal, la tragedia y el dolor personal, para convertirlos en una obra. Es parte del hecho artístico porque la cantera de uno son sus experiencias personales, su memoria… Más allá de que se escriba ficción o cualquier otra cosa, es imposible escapar de uno mismo. Entonces, trato de hacer honor a eso y de no mentir ni mentirme”, resumió.

Para la cita en el espacio cultural de El Frutillar, la autora pensó en una serie de acciones alejadas de las convenciones. “Hace unos 10 años, hicimos un encuentro muy lindo e interesante de diversas ramas artísticas y ahora se va a repetir. Invitamos a Flavia Montello, que es actriz y va a escenificar algunos poemas. También hicimos algunas grabaciones y trabajamos con sonoridades extrañas que producen ese extrañamiento, con Fabián Carabajal y Osvaldo Vázquez. Y vamos a estar proyectando las imágenes. Va a ser una obra, más o menos de media hora, nada convencional. Nadie va hablar del libro ni nada, simplemente es ir y dejarse llevar un ratito por este universo”.
Con “Weisser Elter. El río que no existe” en sus manos y a horas de comenzar con las presentaciones, la emoción de Navarro es comprensible. “La verdad, es conmocionante, porque no es cualquier libro. Para mí es muy importante pero también tenía la necesidad de sacarlo y de que termine y se cierre algo. También eso es una fantasía: pensar que con un libro, uno cierra una situación así… Pero algo hay. Como escritora, una siente que tiene que desocupar espacio, entonces con editar ya termina esta historia y uno puede ocupar ese espacio con otras cosas. Termina esta época, este momento: pasemos a otra cosa”.

Como siempre, sucede que entre la última corrección, el envío del libro a la editorial y la salida de imprenta, media un tiempo. A veces, bastante tiempo. Entonces, “a escribir (cosas nuevas) ya empecé por esa pulsión que tiene uno todo el tiempo. A partir de las experiencias y las ideas, pero es un tiempo difícil. Yo me siento atravesada por un montón de situaciones a nivel social y colectivo, entonces no me está resultando fácil desde dónde la palabra puede. Siento abatimiento en ese sentido pero sí necesito buscarle la vuelta por esa pulsión: esto es lo que nosotros hacemos. Escribir… Y capaz que es una función, porque quién hablará de estos días si no somos nosotros. No tengo nada definido, ningún proyecto, pero cosas hay”, adelantó Navarro. El río de su poesía sigue su curso.

Facetas que no dialogan

Además de escritora, Eliana Navarro coordina las tareas de la Editora Municipal Bariloche (EMB) desde su fundación, pero las dos tareas “casi no dialogan. A mi faceta como poeta la mantengo muy al margen de mi trabajo.

Como escritora, me interesaba mucho que tuviéramos posibilidades de edición a nivel estatal municipal. Capaz que era una fantasía, pero me parecía que todos los escritores lo queríamos. La llevo con mucho orgullo pero con muchas frustraciones también, porque no se puede hacer todo lo que uno quiere, sobre todo, en estos momentos”.

Ante las duras realidades, “trato de ser conciente y sé que mi función no tiene nada que ver con el hecho de ser poeta. Eso queda al margen y no me interesa ni mezclarlo. Ya te digo: soy de perfil bajo. No es que estoy interesada o queriendo publicar, sí me interesa contribuir al desarrollo y divulgación de la literatura local y regional. Desde ese lugar trabajo”, aseveró Navarro. Cada cosa en su lugar.

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