03/11/2018

Bolsonaro y el fin de la democracia analógica

No es una columna política, aunque el tema a tratar nos afecta a todos, y mucho. La última campaña para presidenciales en Brasil confirmó algo que inició Barack Obama, continuó Trump y ya se ve en casi todas las campañas de todos los candidatos a presidente. Una implacable campaña digital modifica la realidad democrática de cualquier país.

En la campaña que llevó a Bolsonaro a imponerse en las dos instancias, no hubo plataformas políticas, no hubo propuestas y, tampoco hubo debates del candidato ganador. Únicamente desde una campaña digital de marketing se llegó a la presidencia de una de las economías más grandes del mundo.

Pero esto no es nuevo. Obama durante su campaña no cesaba de tuitear desde su blackberry. Aunque por ese entonces todo era más inocente. La campaña que llevó a Trump a la presidencia estuvo sesgada por el bombardeo de noticias falsas, que atacaban una y otra vez a sus contrincantes.

Sacando el foco de los Estados Unidos a comienzos de este año el informe del Oxford Internet Institute nos mostró claramente que la manipulación democrática era posible, y real. Como dicen en el informe, una cibertropa trabajó con éxito en Angola, Argentina, Armenia, Australia, Austria, Azerbaijan, Bahrain, Brazil, Camboya, China, Colombia, Cuba, República Checa, Ecuador, Egipto, Alemania, Hungría, India, Irán, Israel, Italia, Kenia, Kyrgyzstan, Malaysia, México, Myanmar, Holanda, Nigeria, North Korea, Pakistan, Philippines, Polonia, Rusia, Arabia Saudita, Serbia, Sudáfrica, Corea del sur, Siria, Taiwan, Tailandia, Turquía, Ucrania, Emiratos árabes UNidos, Inglaterra, Estados Unidos, Venezuela, Vietnam, y Zimbawe.

El escándalo del Brexit y de Cambridge Analítica demostró lo fácil que es manipular la voluntad de los electores. Para que el lector entienda como funciona eso le puedo decir que de acuerdo al análisis de la información obtenida de nuestros comportamientos sociales y principalmente de internet se sabe a quién votará cada persona y así reafirmar sus intenciones o, a través de información falsa cambiar su voto. Esto se llama hiperpersonalización y es la semilla del fin de las campañas masivas o del populismo como se conocía. Nace el ePopulismo.

Entonces, ya no son necesarias plataformas de campaña dirigidas a todos los votantes como masa. Puedo decirle a cada votante lo que quiere escuchar, y así convencerlo de su voto. Esa manipulación será directa cuando engañe sobre propias medidas de gobierno, y será indirecta cuando mienta sobre las medidas o información de los competidores.

Esta nueva democracia marca una diferencia enorme con la que conocíamos desde hace siglos. Como todo lo que es digital es hackeable, y podríamos decidir de manera equivocada.

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