01/11/2018

Señor Director

Señor Director

Yo, Samuel Pulgar, quiero expresar algunas vivencias de mi niñez. Nací en un Puesto de la Estancia San Ramón, Puente Limay, el 5 de enero de 1933, tengo 85 años, pero recuerdo que mi padre era puestero de la Estancia.

Mi madre se ocupaba de sembrar papa en un predio del campo. Recuerdo también allá por los años 36/39 se veía un gran cometa, nos contaba mi madre, aunque no recordaba en que años fue, pero yo lo vi de pequeño.

Mi padre dejó de trabajar en la Estancia y nos trajo a Bariloche en el año 41; en el año 48 nos llevó al Paraje Coihue, mi padre era maderero y alambrador, todos nosotros éramos ayudantes en distintos trabajos, allí no habían “derechos del niño”, todos a trabajar... escuela no había en esa zona, fui a la Escuela 16 y cursé tercer grado.

Tenía 14 años y tuve la oportunidad de conocer a la señora Fany T. de Newbery, la señora Fany tenía un capataz en el campo, se llamaba Justo Huynchaqueo, este señor tenía mucho conocimiento del predio y los alrededores de la vivienda de la señora Fany. Al fondo de la casa, había una cascada o un arroyo, yo hoy podría decir que era un Chenque, me acuerdo que era totalmente imposible entrar a ese lugar. Ahora ya mayor de edad y leyendo este libro del Parque Nacional, escrito por el señor Juan Martín Biedma, en donde escribe sobre el señor Newbery, quien aterrizó en el campo de la Estancia San Ramón en el año 21, ver la antigua foto de quien pudo ser el mayordomo junto a un auto antiguo y que fue tomada el 21 de enero del 32.

No recuerdo en qué año se hizo un gran homenaje en la Ruta 23, salió una gran comitiva que tuve la oportunidad de acompañar; leyeron y hablaron sobre la memoria, el aterrizaje y demás. Tuve la suerte de poder sacarme una foto junto a la piedra que pusieron en conmemoración, pudo haber sido a mis 75 años. Nunca más en estos últimos años lo han vuelto a recordar.

Al leer este libro, escrito por Juan M. Biedma, dice que el señor Jorge Newbery murió en el Nahuel Huapi en el año 1933. Digo, no dejo de pensar a mis 85 años, de que allí, donde nadie podía entrar, el señor Jorge Newbery haya encontrado su lugar de descanso. Era totalmente prohibida la entrada a ese lugar. Dentro de tres años, se cumplirá el centenario del aterrizaje.

Samuel Pulgar

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