17/10/2018

Estrenan “Cuando la vida quema, cenizas quedan”

Estrenan “Cuando la vida quema, cenizas quedan”
Alex Benn y Mariano Beitía. Cuando la vida arde, más vale brindar.
Alex Benn y Mariano Beitía. Cuando la vida arde, más vale brindar.

Alex Benn adaptó un texto de Antón Chéjov y armó un elenco en el que se alistan Mariano Beitía, Mechi Solans, Horacio Renner y Andy Bahamonde, más él mismo. Primera función, el sábado a las 21 en la sala El Brote.

Ya se había hecho libro de fotografías, muestra de expresiones visuales y también canción. Pero la erupción del cordón Caulle - Puyehue todavía da que hablar. El sábado (20 de octubre) se producirá el estreno de “Cuando la vida quema, cenizas quedan”, obra de teatro que ideó Alex Benn a partir de una obra de Antón Chéjov. La primera de las funciones dará comienzo a las 21 en la sala El Brote (Beschtedt 568).

El dramaturgo -que también oficia de director y desarrolla uno de los personajes- anticipó pormenores en diálogo con El Cordillerano. “Es una versión o adaptación del Tío Vania, de Antón Chéjov, un gran clásico universal de principios del siglo pasado, en Rusia. Transcurre en un campo con personajes que están varados en una estancia y me pareció lindo apropiarme de esa historia y traerla a Bariloche o sus alrededores en la época que explotó el Puyehue, con todas las cenizas volcánicas en la estepa o del otro lado del lago, animales muertos por todos lados, poca agua y todo bastante apocalíptico”.

Para Benn, 2011 fue clave. “Justo fue el año en el que llegué a Bariloche y la verdad, (la erupción) me impactó muchísimo. Es más, el día de las cenizas estaba por estrenar en la Biblioteca (Sarmiento) mi primera obra y no sabía qué pasaba (risas). Se postergó el estreno y como todo barilochense, anduve paleando cenizas por la ciudad y dando una mano donde se necesitaba. Fue una experiencia muy fuerte”, resaltó.

Como actor, “el personaje que interpreto es un médico. Está en el original de Chéjov y basado en su persona, porque él era médico rural. Yo lo transformé en veterinario para que tuviera más que ver con lo que pasaba acá. Un veterinario del campo que también ayuda a la gente a dar a luz en esa época de las cenizas, cuando todo tenía que ver más con el amor a la profesión que con las posibilidades de cobrar”, recordó el teatrero.

“Cuando la vida quema…” es en definitiva, “una obra muy reflexiva, para gente que más allá de la edad, ya le pasaron cosas”, sugirió Benn. “Es existencialista, se plantea el sentido de la vida, los sueños no cumplidos, los amores no correspondidos… El tiempo va pasando, se te va la vida y bueno, cuando yo sea viejito, quiero mirar para atrás y decir: lo hice… Con las cartas que recibí en esa mano, hice lo mejor que pude”, proclamó.

Entretenimiento e instinto

El elenco se conforma con “Mariano Beitía, Mechi Solans, Horacio Renner, Andy Bahamonde y yo, que también actúo, o sea, estoy cumpliendo el rol de escribir, de dirigir y de actuar (risas). No es la primera vez lo que lo hago, sarna con gusto no pica porque me entretiene y ya tengo un proceso armado, que se fue haciendo a lo largo de muchos años. También trabajo sin asistente, voy muy por instinto”, describió.

En su método, “hay una etapa en la que me preocupo mucho por los otros, por la macro-actuación, que sería como un bosquejo y después, me voy metiendo en lo más fino hasta llegar al día del estreno. Con mi personaje voy medio de costado, hasta que me ocupo de mí mismo en algún ensayo y suelto un poco a los demás. La cuestión no es matemática, es una inteligencia emocional y funciona”, señaló.

Esa dinámica también se explica porque “nuestra realidad barilochense es el arte de combinar horarios, energías, acomodar niños o que se queden solos mientras papá va a ensayar, llevar muebles de acá para allá en cada función, rezar que no llueva o nieve porque igual hay que llevarlos y que venga la gente”, resumió Benn, con ironía y humor. Al grupo “lo fui eligiendo, pero en algún que otro caso, también escuché propuestas”.

Hubo especificidades que resolver. “Hay un personaje mayor que hace Horacio Renner porque no hay tanta gente de 65 o 70 años y los que hay, estaban con otros proyectos. En la versión original, ese personaje es un crítico de arte que está casado con una actriz joven pero acá, es un director de teatro que intenta hacer buen teatro a esa edad y en Bariloche. Alguien que es bueno y que quiere hacer cosas sanamente ambiciosas, pero con las características de Bariloche y vivir de eso. Me parecía piola reflexionar sobre esas cosas”.

Por otro lado, “de tío Vania hace Mariano y su sobrina es Andy, son los que viven en la estancia ahora cubierta de cenizas. Y bueno, tienen dos mil hectáreas que no producen nada y al mismo tiempo, el otro se está muriendo de hambre en Bariloche. Entonces, ¿por qué no vender? Eso es de la familia y hace 40 años que está ahí… Se destapan un montón de diferentes crisis en cada personaje porque cada uno a su manera está insatisfecho con la vida.

Después se llega a eso de que el trabajo dignifica, que es muy de Chéjov, es decir, que vale la pena insistir porque todo va a mejorar, vale la pena levantarse a paliar cenizas, a escribir o a intentar algo”, describió Benn. Cuando la vida quema, mejor que se consuma de esa manera.

Crisis y replanteos

Tanto en la realidad como en la ficción, aquella manifestación volcánica puso sobre la superficie lo mejor y lo peor de la sociedad, de las familias y los individuos. “Todos esos replanteos se hacen en la historia, a diferentes edades”, sumó Alex Benn, director, autor de la adaptación y actor. “La verdad, a mí me interesa mucho esta obra, que también tiene que ver con mi edad. Ya pasé los 50 y estoy pensando algunas cosas, la había leído hace muchos años, pero capaz no era su momento, la volví a releer y me pareció justo traerla y adaptarla. Hay mucho de Antón Chéjov en la estructura de los personajes”, destacó.

En la trama, “también hay cosas de humor. En la versión original, al tío Vania le da un ataque de locura, busca un arma y tira unos tiros hacia su cuñado. Acá lo cambié por un balde de cenizas por la cabeza, porque me pareció más teatral también. Le dice: ¡ahora vas a ver lo que es trabajar la tierra! Se va afuera, vuelve y le tira un balde de cenizas. Las fui a buscar a Bahía Los Troncos, que todavía está llena de piedras pómez chiquitas. Es muy teatral porque a veces, adaptando aparecen algunas cosas mejores al original, aunque otras, son insuperables”, señaló.

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