12/10/2018

Más policías dicen haber visto gente armada entre los manifestantes  

Más policías dicen haber visto gente armada entre los manifestantes   
El comisario Flores, del BORA, también dio hoy su testimonio.
El comisario Flores, del BORA, también dio hoy su testimonio.

En el desarrollo de la quinta jornada de juicio oral y público que se sigue contra jefes y empleados policiales, se escucharon más testimonios de miembros de la fuerza rionegrina. Más uniformados dijeron haber visto gente armada entre los manifestantes. El por entonces jefe del Cuerpo Especial Bora dijo que su grupo “Nunca usa cartuchos de plomo bajo ninguna circunstancia”.

El primer testigo en presentar su testimonio fue Darío Romano, quien es ese momento trabajaba en la Comisaría de Dina Huapi y ante los jueces declaró que intentó llevar refuerzos hacia la zona de la Comisaría 28, lugar donde ocurrieron los hechos. “Se me vino la gente encima tirando piedras. Eché marcha atrás y salí”, sostuvo al relatar que realizó dos viajes con personal y en ninguna de las dos ocasiones pudo llegar hasta la Comisaría 28. “No vi uniformados, sólo civiles”. El primer viaje llegó a La Paz y Beschtedt. El segundo dejo personal en Onelli y Hermite”.

Por su Parte, José Luis Flores, quien estaba a cargo del BORA, dijo haber recibido la orden de resguardar la Comisaría 28 y “estuvo todo el día ahí, moviéndose según necesidades por calle Onelli”.

Confirmó que recibió refuerzos durante la jornada y totalizó un grupo de veinte miembros del grupo especial y “buscaron contener y hacer retroceder a los manifestantes.  Por protocolo no vamos directamente al choque. Trabajamos a distancia con formaciones que producen un factor psicológico”. Además, confió que llevaban sólo cartuchos antitumulto y diversos tipos de granadas de gases.

También contó que “pasando el mediodía se puso más complicado” y que “siempre se dispara con rebote y a distancia mayor de 30 metros. Si no puede ser letal”.

“Pude ver a dos personas, uno de ellos con un arma y tiró. Mandé a dos empleados a buscar las armas reglamentarias”. En otro momento, relató que “Vino Andreola, un subordinado mío y me dijo mire lo que me entregaron. Eran cartuchos PG (postas de plomo). Nosotros no usamos PG bajo ningún punto de vista en circunstancias como estas”, continuó.

Flores consideró que el grupo especial Bora pudo haber controlado la situación ocurrida ese día y los posteriores, si contaba con la cantidad de personal suficiente y de su testimonio se desprendió además que la organización de los uniformados que no pertenecían al grupo Bora, no fue la correcta. “Se los veía desorganizados”, concluyó.

Luego, fue el turno de la declaración de Ruben Urzagasti, quien ocupaba el cargo de tercer jefe de la Comisaría 28º. Sostuvo que luego del homicidio de Bonnefoi “hubo una reunión con jefatura y sabíamos que iba a originarse un conflicto mayor”. Por este motivo trasladaron al grupo BORA hasta la dependencia policial.

Urzagasti contó que todo comenzó apenas terminó el partido de la Selección Argentina –aquella mañana jugaba un partido por el campeonato mundial de Sudáfrica- y que en un momento del día, por la tarde, “nos distendimos, creímos que ya había pasado todo”, pero los manifestantes volvieron y “había un caos muy grande y un montón de llamadas telefónicas pidiendo presencia policial en distintos puntos de la jurisdicción. Nosotros no nos podíamos mover”, remarcó.

Siguió en la ronda de testimonios José Galli, miembro del grupo especial Bora. Dijo que vio “un manifestante armado que efectuó 3 o 4 disparos con un arma” y que le pareció un revólver calibre 22. Actuó como escopetero y también como jefe de grupo cuando en algunos momentos de la jornada el grupo se dividió en dos.

De ese grupo especial preparado para situaciones como la del 17 de junio de 2010, declaró también Darío Gómez, que era escudero, por lo que sólo permaneció en primera fila, protegiendo a los escopeteros y lanza gases que se forman detrás. Con el correr de las horas recibió un piedrazo en una pierna y sufrió un desgarro intramuscular, por lo que fue retirado del lugar y no volvió a intervenir. Dijo haber observado a policías que no pertenecían al Bora, utilizando el equipamiento del grupo especial y además que en un momento determinado le dieron la orden de buscar su pistola 9 milímetros y repeler una agresión armada de un manifestante, pero no llegó a disparar porque esa persona ya no estaba cuando tuvo su arma en su poder. Relató que además vio a una persona manipulando lo que pareció ser un arma de fabricación casera “tumbera”.

La querella le insistió con una fotografía que le habían mostrado durante la instrucción de la causa en la que había sido categórico al señalar que por el fogonazo el disparo se trataba de una munición de propósitos generales (plomo) y que además por el ángulo de la escopeta al realizar el disparo, el mismo no se había realizado con rebote, como lo aconsejan los protocolos. Este viernes, durante el juicio, dijo que ha sumado experiencia y hoy no podía aseverar lo mismo.

Finalmente, declaró Walter Muñóz, un miembro del Gabinete de Criminalística que trabajó durante el 17 de junio en el marco de la causa iniciada por la muerte de Diego Bonnefoi y que por la noche de ese día fue convocado por el Médico Forense Leonardo Sacomano, quien le exhibió postas de plomo, pero no recordó si habían sido extraídas del cuerpo de los fallecidos o de algún herido. “Yo le informé de inmediato a mi superior, Argentino Hermosa y él se sorprendió: "'¿Estás seguro?', me preguntó y le dije, 'sí, son postas de plomo'”.

Luego en función de su formación profesional y la trayectoria dentro de la fuerza brindó explicaciones sobre las diferencias entre los cartuchos de propósitos generales (plomo) y antitumultos (goma), de las diferentes características según la marca que los haya fabricado y otras consideraciones respecto a las armas utilizadas. “Las postas de propósitos generales son para enfrentamientos armados, son munición de guerra”, indicó al ratificar su declaración durante la instrucción del caso.

Cufré con permiso especial

El exsecretario de Seguridad de la provincia, Víctor Cufré, insistió este viernes a través de su defensor Sebastián Arrondo, con obtener un permiso especial que le permita ausentarse de las audiencias para acompañar a su esposa, afectada por una serie de patologías médicas.

Tras la oposición de la parte querellante, el tribunal consideró que con carácter excepcional, se autorizaría a Cufré a permanecer ausente de todas las audiencias de la semana próxima, para permanecer en General Roca acompañando a su mujer.

Como era de esperar no cayó bien la decisión del tribunal entre los familiares de las víctimas. Mucho menos, después de que Karina Riquelme, estallara de bronca al escuchar como Cufré bromeaba con el asado que iba a comer durante su ausencia. Más allá de algunos reproches, la sesión del juicio ya estaba levantada y se reanudará el próximo martes con más testimonios y sin la presencia de Cufré.

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