10/10/2018

Comenzó la ronda de testigos: dramáticos relatos de los familiares de las víctimas

Comenzó la ronda de testigos: dramáticos relatos de los familiares de las víctimas
Carmen Curaqueo, mamá de Nicolás Carrasco, fue la primera de los testigos en declarar.
Carmen Curaqueo, mamá de Nicolás Carrasco, fue la primera de los testigos en declarar.

Los relatos de Carmen Curaqueo -mamá de Nicolás Carrasco- y de Karina Riquelme –viuda de Sergio Cárdenas- provocaron lágrimas de dolor entre el público presente en la sala en que se enjuicia a jefes y empleados policiales por los crímenes ocurridos durante la sangrienta represión del 17 de junio de 2010. También declararon los comisarios Carlos Arias y Hugo Paillalef, por entonces jefes de las comisarías 2 y 27. La actividad se reanuda este jueves a las 9.

Este miércoles comenzó la ronda de testimonios que serán escuchados durante el juicio que preside el tribunal integrado por Marcelo Barrutia, Emilio Riat y Juan Lagomarsino. Las primeras en declarar fueron Carmen Curaqueo y Karina Riquelme, madre de Nicolás Carrasco y esposa de Sergio Cárdenas respectivamente. Las dos aportaron una visión amplia de lo ocurrido ese día y dieron detalles conmovedores de lo acontecido en esa jornada y las siguientes.

Curaqueo contó que “Hasta el día de hoy no entiendo qué pasó con mi hijo. Me dijo que se iba a la casa de la novia y le dije que no pase por ahí, los chicos estaban porfiados que querían ir a tirar piedras”.

En esas circunstancias y mientras ella se había encontrado con su hermana, relató que “Salió un grupo de policías que se sumó a otro por Onelli y Elordi, buscando encerrarlos. Comenzaron a disparar y escuché que hirieron a Nino. Yo corrí y le pegué una cachetada porque le había dicho que no se meta. Él se quejaba porque decía que se sentía mal y le faltaba el aire”, y siguió “Alguien me dijo ‘quédese tranquila señora, no pasa nada, están tirando postas de goma’”, y dio más detalles: “yo le levanté la campera y vi un pequeño orificio en la espalda, con un hilo de sangre”.

Mientras con desesperación todos los presentes pedían una ambulancia para trasladarlo, apareció un auto particular en el que lo cargaron y lo llevaron hasta el hospital. “Cuando llegué él ya estaba en quirófano, al principio no entendí”, dijo la mujer. Un médico se acercó más tarde y le explicó que “tenía cuatro balas, una dañó la arteria aorta, otra el riñón, otra bala ingresó por el estómago y otra le atravesó la pierna”. Su hijo adolescente no resistió.

Tenía 16 años, trabajaba con su papá y quería ser padre y construirse una casa en el mismo predio en el que vivía con su familia.

Con una profunda tristeza, Curaqueo señaló: “Nos sentimos incompletos, rotos. Hay cosas que no se hablan en la casa. No estamos vivos, estamos muertos con Nino. Seguimos porque hay que seguir, nos sentimos mal, tenemos bronca” y agregó “tardaron ocho años en llegar a esta instancia cuando estaba todo claro, había filmaciones y fotos, no hay policías heridos y chicos un montón”.

Además, explicó que después del trágico suceso su familia fue víctima de una persecución policial. “Quisieron ensuciar a mi familia”, explicó al contar que a otro de sus hijos intentaron vincularlo a cualquier ilícito que estaba sin resolver.

Cuando las partes no tuvieron más preguntas para formular, Carmen pidió permiso para hablarles a los acusados. El juez Barrutia no la autorizó y contestó que su testimonio había acabado, pero alguien del público gritó “decilo igual Carmen”, por lo que la mujer se convenció, se puso de pie frente a los acusados y les espetó “Esto es lo que me dejaron de mi hijo, una foto, manga de asesinos”. En un mar de abrazos y lágrimas, la madre de Nicolás Carrasco se ubicó en un asiento entre el público y siguió las declaraciones de otros testigos.

En segundo orden, prestó declaración Karina Riquelme, viuda de Sergio Cárdenas. “Ese día salí a buscar a mi hermana porque me llamó para decirme que el gas lacrimógeno estaba entrando a su casa. Sergio me acompañó, pero se quedó afuera junto al auto mirando lo que ocurría, mientras yo entré. De repente me avisan que se lo habían llevado al hospital. Mi hijo me preguntó ¿por qué se lo llevaron, hay una guerra?”.

“Después me contaron que caminó dos cuadras con un amigo y cuando quiso ayudar a un chico que cruzó por la calle en Sobral casi Elordi cayó automáticamente. La guardia del hospital era un caos. Me empecé a preocupar cuando vi que entraban chicos heridos y vi sangre. No había policías en la guardia, no vi ningún policía herido”, aseguró.

“Tres veces pregunté cómo estaba, hasta que los médicos, como en las películas, dijeron que no pudieron hacer nada, que llegó sin vida”, señaló Karina con la voz quebrada.

En cuanto al testimonio brindado por los efectivos policiales durante la audiencia del martes, Riquelme dijo que “escuché y leí las declaraciones de los acusados, que temían por sus vidas. ¿De qué hablamos? ¿Quién corría más riesgos? ¿El qué tiraba piedras o el que se defendía con armas?”, preguntó.

Su relato también provocó sollozos y lágrimas entre los presentes. “Estábamos haciendo un quincho que se terminó en esos días. Era su sueño, pero nunca lo pudo estrenar. A mí me tomó varios años poder sentarme ahí a comer un asado. Han sido años muy difíciles, de caer y levantar. Quiero poder decirles a mis hijos que se hizo justicia. Si no hay cárcel no hay justicia”, aseveró.

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