Mauri Biava y Gustavo Dasso fijan “La vara”

El nombre del primero se asocia al humor y el del segundo a la música, pero coinciden en una obra que según anunciaron, se basa en varios lenguajes para aportar una reflexión sobre la realidad del hombre contemporáneo.

El sábado desde las 21 se producirá un nuevo estreno que engrosará la cartelera teatral de Bariloche. Se trata de “La vara”, una obra que encontrará en escena a Mauri Biava y Gustavo Dasso. El debut de la compañía Flawerpawer Vekembawer Teatro se producirá en la Usina Cultural del Cívico (Biblioteca Sarmiento). Si bien los dos actores tienen antecedentes en el ámbito del clown y el humor, habrá que prepararse para otra tónica.

“Nos conocemos hace años”, compartió Dasso, con quien El Cordillerano habla recurrentemente en su faceta de músico. “Habíamos compartido un taller de payasos y así nos conocimos: como payasos… Nos volvimos a encontrar mucho tiempo después, con el plan de generar algún proyecto, algo nuevo e independiente. Lo hablé con Mauri, coincidimos y arrancamos hace unos dos años. Prácticamente escribimos la obra pero después, dejamos de vernos casi medio año, volvimos a juntarnos y recién este año, la encausamos y le dimos un poco más de regularidad”, resumió.

Su compañero no reparó en discreciones. “Lo que quiere decirte él es que nos juntamos, empezamos a improvisar y a pensar en la obra, nos peleamos, nos mandamos al carajo, estuvimos seis meses peleados, nos encontramos en una cancha de fútbol y nos arreglamos (risas). Después, volvimos a tener una pelea matrimonial y más tarde, dijimos: vamos a hacerla hasta el fin… Tenemos un contrato firmado para no pelearnos hasta no tener 10 funciones, por lo menos (más risas)”.

En definitiva, “La vara” es “una obra que mezcla distintas estéticas, esa es la verdad. Nosotros nos conocimos como payasos, entonces invariablemente surge el clown cuando empezamos a generar cosas, es un lenguaje que manejamos y tenemos habitualidad. Pero no es un espectáculo del clown, también hay elementos de naturalismo y de absurdo. Para mí, particularmente, es una obra que gira en torno al absurdo, una sátira”, apuntó Dasso.

En este caso, Biava coincidió. “Esa es la palabra: es una sátira sobre la vida misma, sobre las cosas por las que pasa el hombre contemporáneo”. Añadió su colega que “originalmente, el subtítulo de la obra era: Vicisitudes complejidades incertidumbres e interrogantes del hombre contemporáneo en su intrincado tránsito histórico como simple eslabón en la voraz cadena de la evolución humana. Así se iba a llamar… O, Bajame la vara, Estela (risas). Era una humorada pero ese subtítulo dice mucho. Dice mucho y no termina más, imaginate que en la gráfica no iba a entrar (risas). Entonces, todo eso se redujo a La vara”.

Siempre queda alta

Esa misma que establece el buen medir o alturas relativas. “La palabra vara tiene que ver con eso: la vara que se nos pone todo el tiempo para llegar a lugares inalcanzables. El hombre del presente nunca está satisfecho, siempre busca algo que no sabe qué es y a lo que nunca llega”, reflexionó el actor y músico. “Se siente solo, se siente abatido y quiere otra cosa”, sumó Biava. “Hay algo de eso, de disconformidad”, completó Dasso.

A pesar de la complejidad de la reflexión que se propone, “hay mucho humor, al mirarse a sí mismo como un ridículo”, añadió el integrante de Impro Acción. “Tiene mucho de eso, pero logramos una estética y una densidad en algunas escenas que van a decir otra cosa, que van a transmitir otra cosa”, sumó. Como el público tiende a referenciar a Biava con las risas y la desfachatez, “mi plan era sacarlo de ese lugar porque recurrentemente, caemos fácil ahí, en el humor, en el payaso, en el clown”, compartió su compañero. “La idea era utilizar eso pero no quedarnos ahí, desafiarnos y poder hacer algo que trascendiera ese lenguaje”.

Hasta su propia dramaturgia idearon los actores: “hay texto y largo”, introdujo Dasso. “Extensísimo, fue creado desde cero… Terminamos de tomar un té y empezamos improvisando. Dijimos: depende de lo que vaya quedando, vemos qué onda”, describió el otro Flawerpawer. “Las improvisaciones que iban quedando, las reiterábamos para ver si generaban el efecto que nos había cautivado y entonces, lo bajábamos al papel”. En efecto, “así surgió la idea primigenia, después fue tomando forma y fuimos puliendo. Es una obra: no son pequeños sketch, no son gags, no son situaciones. Tiene una linealidad, una historia, un final, un comienzo. No quiero revelar mucho más”, se limitó Dasso.

Una vez más, su compañero superó la discreción. “Somos A y B, básicamente. La obra está en el marco de un estudio de una universidad, es como una tesis... Es algo raro con lo que se va a encontrar la gente cuando se siente, pero tiene un dinamismo que te va a llevar de un lugar a otro. Es como pasar por un montón de habitaciones y ver cada vez un fragmento, que después se ve cómo se hilan. Tiene un cuidado estético y un laburo en cada una de las escenas, que tienen que ir a verla”. La invitación está formulada.

Obra de teatro

En el caso de Gustavo Dasso, su experiencia teatral anterior tuvo que ver con “Payasos en Flor, de hecho ahí nos conocimos”, señaló. “Pero mi relación con el teatro es vieja: hace más de 30 años que hago teatro, lo que pasa que en los 10 años que llevo en Bariloche, no es mucho lo que hice, me dediqué más a la música pero siempre tuve ese afán y deseo de hacer algo teatral. En un momento hicimos un dúo que se llamaba Choiques Brothers, que era musical y teatral. Pero esta es una obra de teatro”, insistió.

Lejos Neptuno y sus demás proyectos musicales no alcanzaron a marginar la actividad dramática en el quehacer de Dasso. “Simultáneamente, una vez por año viajo a Salta porque mi mujer es de allá y tengo un grupo. Nos juntamos, armamos algo para la ocasión y ponemos en escena una obrita corta. Hice más teatro en las vacaciones en Salta que acá, donde vivo hace 10 años”, compartió.