No olvidar las tareas de prevención ante el hantavirus

Desde fines de 1996 a la actualidad distintas zonas patagónicas se consideran zona endémica de hantavirus con una distribución de riesgo que abarca precordillera y cordillera.

El tipo de virus hanta identificado como autóctono es el virus Andes y su principal reservorio es el ratón Oligoryzomys longicaudatum, popularmente conocido como colilargo. El virus se encuentra en la orina, la saliva y la excreta de este roedor.

Un factor importante en la transmisión de hantavirus a humanos, es la abundancia del reservorio. El ratón colilargo es un roedor granívoro cuya abundancia poblacional estaría regulada fuertemente por la disponibilidad de alimento.

Esto explicaría la característica irruptiva que presenta ante los incrementos abruptos de alimento (por ejemplo, durante el florecimiento y semillazón de la caña colihue), produciendo las “ratadas” o explosiones demográficas.

Se transmite a los seres humanos por: 1) Inhalación, es la vía más frecuente, al respirar el aire contaminado por el virus que eliminó el roedor, en lugares abiertos o cerrados (huertas, pastizales, galpones, etcétera). 2) Contacto directo al tocar roedores vivos, muertos, y sus heces u orina. 3) Mordedura de un roedor.

Están más expuestos a este virus los pobladores rurales, cazadores, pescadores, personas que realizan tareas de desmalezamiento y acampantes.

Dentro de las medidas de prevención se debe tener en cuenta: 1) Mantener la vivienda limpia para evitar la presencia de roedores (lavar los platos después del uso, limpiar mesadas y suelos). 2) Colocar agua y alimentos a los animales domésticos lejos de la vivienda durante la noche. 3) Almacenar la comida en lugares cerrados y mantener la basura en recipientes con tapa herméticos. 4) Evitar que los roedores entren o hagan nidos en las casas (tapar orificios en puertas, paredes, ventanas y cañerías). 5) Colocar huerta y leñeros lejos del hogar. 6) Cortar pastos y malezas hasta un radio de 30 metros de la vivienda.