EL VIERNES EN LA BIBLIOTECA SARMIENTO

| 07/08/2018

Octøpodo echa a rodar su “pelota sonora”

Octøpodo echa a rodar su “pelota sonora”
La pelota de ocho miembros en acción.
La pelota de ocho miembros en acción.

El dúo de “ocho miembros” que conforman Germán Lema y Diego Pérez Beveraggi retornará a escena después de un breve paréntesis, a raíz de la coexistencia con otros proyectos. “Todo concierto es único”, prometió el baterista.

De tanta intensidad, el proyecto parecería más longevo. Pero “hará más o menos un año y medio que empezamos a tocar con Germán”, puntualizó Diego Pérez Beveraggi, baterista y algo más en Octøpodo. Germán es Lema, pianista y prestidigitador del órgano Hammond, que por cuestiones laborales no pudo ser de la partida en la charla con El Cordillerano. Pero juntos estarán sobre el escenario de la Usina Cultural del Cívico (Biblioteca Sarmiento) el viernes desde las 21, en otra fecha más del ciclo “De este lado del río”.

A partir de la trayectoria de sus integrantes, resultaría fácil emparentarlo con el jazz pero “al proyecto no lo podría definir en ningún género y eso es interesante”, apuntó Pérez Beveraggi. “Nosotros lo pensamos como si fuera una especie de monstruo de ocho patas, una pelota sonora, para decirlo de alguna manera… No me gusta encasillarlo en un género porque no podría. Tenemos elementos de jazz, de rock, de pop, de funk y todo eso junto, hace a esta especie de masa extraña que se llama Octøpodo”.

La denominación de la criatura tiene su lógica: “el nombre viene de que somos dos miembros que usamos los cuatro miembros de cada uno: Germán usa manos y pies y yo con la batería, también. Eso genera una imagen y a mí me gusta mucho jugar con las imágenes y las texturas. Eso nos define: no pensarlo como un grupo de jazz ni de rock, sino como una pelota sonora”, insistió. Con ocho tentáculos, agregamos nosotros.

Diseñador además de músico, “yo tengo una visión muy desde lo gráfico y me gusta mucho jugar con imágenes sonoras, con texturas”, señaló el baterista. “En nuestra parte gráfica se ve: el sonido va más por una cuestión de texturas que por una cuestión limpia. Desde lo compositivo hay cosas muy interesantes porque no es que Germán compone algo, me lo trae y listo. Generalmente, yo se lo replanteo, entonces la construcción es colectiva y la forma de ejecutar la música también. Estamos de una forma horizontal: nadie sostiene a nadie. Lo que sostiene es la misma trama que generamos”, explicó.

Cuatro más cuatro

El Octøpodo funciona así: “Germán toca órgano Hammond: con los pies toca los bajos y con las manos las armonías o lo que fuera… Conecta vía midi con una computadora, entonces puede meter sintes también, combina un poquito de Hammond con piano o sintetizador de los 70, de sonido espacial. Por otro lado, yo con la batería juego mucho con los sonidos para no ser estándar: no tocar un platillo normal, sino agregarles accesorios o ensuciar los tambores apoyándoles cosas. También tengo una Tablet, entonces disparo sonidos para dar otras texturas. La búsqueda va por ahí, es interesante desde lo sonoro”, describió Pérez Beveraggi.

El show en el Centro Cívico coincidirá con un momento plácido de la formación. “El hecho de haber tocado tanto tiempo jazz o cosas estructuradas, nos puso en un lugar de relax y eso está bueno. Estamos viendo de grabar un disco, pero para ir grabando de a un tema por vez, en lugar de ir a una sesión y grabar todo junto. Estamos pensando en producir un tema, me refiero a ensayarlo hasta el punto en que lo tengamos relajado y suelto, no desde los arreglos, sino desde la fluidez”.

Entonces, “cuando estamos en un lugar de comodidad y relax, vamos al estudio y lo planteamos. Eso es lo que venimos haciendo: grabamos ese tema y así, la toma de sonido es especial para ese tema. Las tomas de la batería y del teclado también. El productor (Gabriel Pirato Mazza) de antemano, ya lo conoce y sabe qué tiene que hacer para que suene. Más allá de tener una visión global del disco, así trabajamos para un tema en particular. Cuando tocás un tema que es más rockero y pasás a otro que es más balada, los seteos cambian y la idea es enfocarse en un concepto particular, porque también nos gusta mucho trabajar con conceptos. Como no hay un solo género, a cada canción su tratamiento”, proclamó.

Con esa metodología, “tenemos un par de temas grabados. Hicimos un montón de presentaciones en vivo, metimos giras y varios shows en Bariloche, así que estamos agotando un poco los lugares donde tocar y el público también es limitado. Entonces, ¿qué podíamos hacer? Cada uno sigue con sus cosas pero confluimos en Octøpodo y para fin de año o cuando sea, vamos a largar un disco con estos temas que vamos a ir grabando. Eso también permite ir haciendo lanzamientos particulares: grabamos un tema, hacemos un video y lo largamos en Internet. Después, sacaremos un compilado de lo que fuimos grabando a lo largo del año”. Parte de la síntesis ya se puede paladear en Youtube o en Facebook.

Experimento y juego

De cara al show de este viernes (10/8), “los conciertos siempre son únicos”, prometió Diego Pérez Beveraggi. “Sentimos mucho cariño por este proyecto, los dos lo vemos como algo en lo que ponemos mucha energía. Para mí, es el proyecto principal, no es una bandita donde nos juntamos… Hay mucho amor de parte de los dos, algo que se arma que es muy interesante, mucho diálogo”, describió.

De todas maneras, “también nos decimos de todo (risas) pero eso está buenísimo. Que exista un lugar donde poder decirle a alguien: mirá, esa corchea no va, está buenísimo… A la vez, es experimento y juego. Esos momentos no hay que desaprovecharlos. Con respecto al show del viernes, como hace un par de meses que no tocamos, tenemos muchas ganas. Germán estuvo girando (con Marcelo Saccomanno) y yo estuve haciendo cosas de jazz o con Pablo (Rassetto), así que nos vamos a reencontrar”, señaló el baterista.

Otro concepto: “nuestra idea es presentar siempre el mismo show y trabajarlo para que tome cada vez más fuerza. No variedad, si no fuerza… Que vaya mejorando, ir puliendo detalles, jugar con las texturas, pero lo tenemos en la cabeza como una especie de continuidad, como un relato. Nos gusta mucho contar una historia. A veces, nos juntamos a ensayar directamente el show y eso es interesante”, consideró Pérez Beveraggi.
Claro que en ese relato “no hay nada explícito, pero hay conceptos que dan vuelta. A mí me gusta plantear eso desde la gráfica: jugamos con lo submarino o con imágenes de buzos, escafandras y esos mecanismos ocultos...

Por ejemplo, la intro tiene un fragmento de un documental de Jacques Cousteau, donde presenta precisamente a un octópodo y así, nos mete en ese mundo. Es pensar un relato. Nadie está hablando pero las texturas y la curva del show tiene que ver con ese relato”, insistió.

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