Brillante concierto de la orquesta Punto de Encuentro

El hall del Hospital Ramón Carrillo, este martes por la mañana, se llenó de notas musicales a través de un brillante concierto que brindaron niños, niñas y adolescentes de la orquesta Punto de Encuentro, que dirige el licenciado Joel Ini, disfrutaron de la presentación, pacientes e integrantes de Camino Abierto.

Joel Ini dirige la orquesta Punto de Encuentro y explicó el motivo de este segundo concierto: “es una orquesta que, con niños y niñas de distintos barrios -y porque existe la brecha que tiene Bariloche-, busca a través de la música, lograr el encuentro de los distintos barrios y escuelas”. Los músicos interpretan temas folclóricos y de la denominada música clásica.

Las Tunas, fundación de Buenos Aires, es quien promueve estos conciertos, contó Ini y agregó, “como ejemplo surgió de una chelista que antes era bailarina y ante una enfermedad, el año pasado realizamos un concierto en el sector de paliativos, porque llevamos la música del alma que calma los sufrimientos y, con la gente de ese sector, decidimos realizar este concierto en el hall del hospital”, expresó.

La respuesta de la gente en el lugar, como dijo Joel, fue primero de sorpresa, luego de disfrute e incluso, emoción. Al respecto dijo Ini, “la música es el lenguaje del alma, trasciende las palabras y llega a tocar fibras íntimas que, a veces verbalmente no logramos hacerlo”.

Acerca de poder fusionar a través de Punto de Encuentro, la brecha de Bariloche, el director dijo “no somos utópicos ni ingenuos, amamos lo que conocemos, para amarlo hay que conocerlo, nuestro fin no es la música sino el trabajo en equipo, en conjunto; que puedan compartir un atril chicos que no se conocían, por ello es que ensayamos un día en el Don Bosco y otro día en el Ceferino Namuncurá de El Frutillar, entonces los chicos del Alto bajan al centro y estos al Alto. Tenemos chicos de todas las zonas, como Los Coihues, Melipal, 34 Hectáreas, ese intercambio genera en ellos mayor predisposición a trabajar y conocerse, es un primer paso del encuentro”.

La orquesta de cuerdas cuenta con 20 violines, seis violas, cuatro chelos y cuatro contrabajos, con un repertorio variado, desde chacareras, tango, hasta música clásica, el más chiquito tiene 7 años y el más grande, 24 años. Son de escuelas primarias, secundarias y universidades.

Daniela e Indiana

Daniela, una de las niñas, le dijo a El Cordillerano “hace seis años que estoy con la viola, empecé a los trece y vivo en el barrio 400 Viviendas”, sobre el motivo de elegir ese instrumento, la adolescente dijo “me gustó el sonido que es más grave que el violín”. Y afirmó que “me gusta más la música clásica y especialmente Mozart”.

En tanto que Indiana de 9 años, está en la orquesta hace dos años, toca el violín y es del barrio El Frutillar.