15/06/2018

Tomar conciencia sobre el maltrato a la vejez

Para el período que media entre 2015 y 2030, se espera que en todos los países aumente sustancialmente el número de ancianos, crecimiento que será especialmente rápido en las regiones en “vías de desarrollo”. Si crece el número de personas mayores, se espera también que aumenten los abusos de los que son víctimas. Todavía es un tema tabú, pero el maltrato a los ancianos comenzó a ganar visibilidad a escala global.

Como aún es uno de los tipos de violencia que menos se trata en los estudios que se llevan a cabo, menos se aborda en los planes de acción. El maltrato hacia las personas mayores es un problema social mundial que afecta a la salud y a los derechos humanos de millones de personas mayores, situación que merece la atención de la comunidad internacional. Al tanto de la situación, la Asamblea General de la ONU designó al 15 de junio como Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez.

Según cálculos de la ONU, la población que se conforma con personas mayores de 60 años se duplicará entre 1995 y 2025 en términos globales. En efecto, pasará de 542 millones a 1.200 millones aproximadamente. Por otro lado, consigna la entidad internacional que según estimaciones, entre el 4 por ciento y el 6 por ciento de las personas mayores sufrió alguna forma de abuso y maltrato.

Las prácticas pueden conducir a graves lesiones físicas y tener consecuencias psicológicas de largo plazo. En la jornada de hoy, la idea es que en todos los países se exprese oposición contra los abusos y los sufrimientos que reciben nuestras generaciones mayores. Los flagelos que se combaten pueden definirse como “un acto único o repetido que causa daño o sufrimiento a una persona de edad, o la falta de medidas apropiadas para evitarlo, que se produce en una relación basada en la confianza”.

Puede adoptar diversas formas, como el maltrato físico, psíquico, emocional o sexual, y el abuso de confianza en cuestiones económicas. También puede ser el resultado de la negligencia, sea intencional o no. En muchas regiones del mundo, el maltrato de los ancianos pasa casi inadvertido. Hasta hace poco, el grave problema social se ocultaba a la vista del público y se consideraba como un asunto esencialmente privado.

Sin embargo, cada día hay más indicios de que es un importante problema de salud pública y que atañe al conjunto de la sociedad. Un estudio que se realizó en 2017 se basó en la evidencia disponible a partir de 52 investigaciones en 28 países de diversas regiones, entre ellos, 12 países de ingresos bajos y medianos. El trabajo estimó que durante el año pasado, cerca del 16 por ciento de las personas de 60 años o más fue sometido a alguna forma de abuso.

Según la ONU, probablemente la cifra esté subestimada, puesto que solo se notifica 1 de cada 24 casos. La omisión se debe a que los afectados suelen tener miedo de denunciar a sus familiares o amigos ante las autoridades.

En consecuencia, es probable que todas las tasas de prevalencia estén subestimadas. Entonces, si bien los datos rigurosos son escasos, el estudio aportó estimaciones sobre la prevalencia de los tipos más frecuentes de abuso.

El detalle es el siguiente: maltrato psicológico 11,6 por ciento; abuso económico 6,8 por ciento; desatención 4,2 por ciento; maltrato físico 2,6 por ciento y abuso sexual 0,9 por ciento. En el ámbito mundial, se prevé que el número de casos de maltrato de personas mayores aumente, ya que es una realidad el rápido envejecimiento de la población en muchos países. Otro tanto sucede con la posibilidad de que sus necesidades no puedan atenderse plenamente por falta de recursos. Se calcula que para 2050, la población mundial de mayores de 60 años se habrá duplicado con creces, de 900 millones en 2015 a unos 2.000 millones, con la gran mayoría de ancianos en países de bajos y medianos ingresos. Si la proporción de víctimas de abuso de ancianos permanece constante, el número de víctimas aumentará rápidamente a raíz del envejecimiento de la población: llegará a 320 millones de víctimas para 2050.

El problema existe tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados. Por lo general no se notifica en grado suficiente. Solo en unos pocos países hay tasas de prevalencia o estimaciones, que se sitúan entre un 1 por ciento y un 10 por ciento. Aunque la magnitud del maltrato de los ancianos se desconoce, su importancia social y moral salta a la vista. En tal virtud, exige una respuesta transversal que se centre en la protección de los derechos de las personas de edad. Obviamente, en la Argentina también.

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