04/06/2018

Las guerras agreden, sobre todo, a los niños y las niñas

Las estimaciones más recientes suponen que alrededor de 250 millones de niños viven en países o zonas donde se desarrollan conflictos armados. El cálculo viene a cuento del Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión, que se conmemora anualmente cada 4 de junio. Según la ONU, “se necesita hacer más para proteger” a ese conjunto de niños y niñas “incluyendo su protección contra los ataques de extremistas violentos”. Lamentablemente, hubo noticias hace poco sobre el asunto.

La conmemoración data de 1982 y hay que decir que, casi 35 años después, goza de absoluta actualidad. Solo basta con echar una ojeada sobre la sección Internacionales para ver con qué facilidad mueren niños en Siria, Afganistán, Pakistán, Irak, Sudán, Palestina o Libia, por citar algunos ejemplos. En tanto, los sucesos de hace unos días en Manchester pueden inscribirse en la temática, dadas las características del público que asistía al concierto que hizo de blanco.

La Asamblea General de la ONU aprobó la conmemoración en el marco de una de las periódicas arremetidas militares de Israel contra sus vecinos. Corría agosto de 1982 cuando, ante la agresión que perpetraban las tropas israelíes, el cuerpo deliberante de la ONU sesionaba de manera extraordinaria y con carácter de emergencia en relación con la cuestión del pueblo palestino.

Entonces, adoptó su determinación “consternada ante el gran número de niños palestinos y libaneses que han sido víctimas inocentes de los actos de agresión de Israel”. Como resultado, decidió conmemorar, el 4 de junio de cada año, el Día Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de la Agresión. En tanto, en 1997, la Asamblea General aprobó la Resolución 51/77 sobre los Derechos del Niño, que marcó un hito en los esfuerzos por mejorar la protección de los niños en situaciones de conflicto.

La última de las determinaciones se adoptó después del informe innovador de Graça Machel, destacada activista mozambiqueña, que llamó la atención mundial sobre el impacto devastador de tienen las guerras en los niños. La Resolución en cuestión supuso el inicio de un nuevo consenso entre los Estados sobre la necesidad de dedicar atención, promoción y esfuerzos coordinados por parte de la comunidad internacional, para abordar las vulnerabilidades y las violaciones que enfrentan los menores en situaciones de conflicto armado.

Como antecedentes, pueden considerarse los esfuerzos de la Asamblea General de la ONU para proteger los derechos de los niños, en particular, mediante la Convención sobre los Derechos del Niño y su Protocolo Facultativo.

También hay que mencionar las resoluciones anuales sobre los Derechos del Niño. El cuerpo también estableció el mandato de un representante especial del secretario general para la temática.

Además de hacer más para proteger a los niños y las niñas que, involuntariamente, suelen ver su sueño turbado ante el estallido de las bombas, “es necesario promover el derecho internacional humanitario y los derechos humanos y garantizar la rendición de cuentas”, consideró la ONU a propósito de la jornada. La Agenda para el Desarrollo Sostenible de 2030 proporciona un “plan maestro universal” para asegurar un mejor futuro para los niños.

De manera diaria, alrededor de cinco mil niños, en alguna parte del planeta, sufren las alternativas de beligerancia contemporánea. Si bien son muchos los que tienen chance de escapar de la violencia junto a sus familias, un número creciente corre la suerte de encontrarse en soledad ante una situación amenazante. En algunas de las zonas en conflicto, se acostumbra a reclutarlos por parte de grupos armados.

En los últimos años, se generalizaron prácticas por las cuales niños, e incluso grupos de niños o niñas, fueron secuestrados por algunas de las facciones en pugna, separados a la fuerza de sus familias. Otros tuvieron la necesidad de alejarse de los suyos como consecuencia de la exclusión social o de la desintegración familiar, después de asistir como testigos a atrocidades inverosímiles.

La ONG Health and Human Rights dio a conocer que “tanto las niñas como los niños menores de 15 años son cínicamente incluidos y usados como una herramienta barata de guerra y muchísimos de ellos están expuestos al abuso sexual y, también, a la explotación, todo esto en el contexto de los grupos armados”. En las dos primeras décadas del siglo XXI, “hemos visto incrementarse el número de niños soldados”, advirtió.

Como “las armas portátiles y las armas ligeras se hacen más accesibles, fácilmente se arma a los niños, quienes forman así parte de los conflictos violentos continuos en los -con frecuencia- olvidados rincones del mundo. A pesar del fuerte enfoque internacional en la prevención y detención de la participación activa de los niños en la guerra, aún hay un largo camino por recorrer”. La magnitud de la tragedia es inconcebible.

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