23/04/2018

Me siento un fracaso total…

¿Alguna vez te sentiste de esta manera? Muchas veces cuando las cosas no van como quisiéramos en nuestra vida, nos sentimos un “fracaso total”.

Doctor Bernardo Stamateas
Me siento un fracaso total…

Todos podemos tener un bajón anímico, pero para no caer en un estado depresivo del que nos resulte muy difícil salir, necesitamos aprender a darnos valor y a descubrir todo aquello que portamos en nuestro interior y nos permite alcanzar nuestros más grandes sueños.

Lo cierto es que todos nos equivocamos, a veces de modo consciente y a veces sin querer. ¡Nadie es perfecto! Por eso, aprender a convertir un fracaso en un logro y obtener algún beneficio de éste, elevará nuestra estima y, sobre todo, el lugar que consideramos que ocuparemos en el mundo.

El primer paso es decidirnos a actuar y no quedar paralizados, porque suele ocurrir que cuando enfrentamos situaciones negativas inesperadas, nos paralizamos. Accionar nos permite resolver problemas, activar nuestra creatividad y llevar a la práctica las ideas que tenemos para que dejen de ser ideas y se transformen en realidad.

Para ello, es fundamental saber con qué contamos. Es decir, descubrir ese potencial ilimitado con el cual fuimos equipados al nacer e incluye habilidades que, si no las soltamos, pueden quedar dormidas toda la vida. Solo cuando sabemos de lo que somos capaces y empezamos a movernos, podemos preguntarnos en cuál de estas dos situaciones estamos:

1. ¿Obtuvimos un resultado negativo y decidimos “tirar la toalla” y olvidarnos del sueño?

2. ¿O, a pesar del resultado inesperado, estamos dispuestos a aprender la lección, olvidar los detalles y seguir adelante en pos del sueño?

A nadie le agrada sentir que ha fracasado y nadie lo acepta con entusiasmo. Pero todos tenemos el libre albedrío de decidir si revertiremos lo negativo, o nos resignaremos y nos quedaremos a vivir en el “modo fracaso” para siempre. La decisión es mía, es tuya, es de cada ser humano sobre la faz de la Tierra.

Para ser capaces de elegir la segunda opción, debemos entender que el fracaso no es nuestro enemigo, aunque tenga muy mala prensa. Tampoco implica que nunca más podremos cumplir nuestros objetivos. Muy por el  contrario, el fracaso es una señal de que las estrategias que veníamos utilizando hasta el momento ya no nos resultan útiles y es preciso reemplazarlas por otras.

¿Por qué el fracaso pude ser beneficioso para nosotros?

Principalmente porque nos brinda la posibilidad de replantearnos el error y comenzar a verlo como una oportunidad de acción. Solamente las personas que se atreven a desafiar sus propios errores (y no les temen ni los avergüenza) son capaces de alcanzar el éxito.

El fracaso es una parte esencial en el camino al éxito. Todos los triunfadores que tanto admiramos han fracasado, algunos en más de una ocasión. Tal vez desde pequeño te transmitieron la idea de que está mal visto fracasar y  te sembraron la semilla del perfeccionismo. Pero siempre estamos a tiempo de desafiar nuestro sistema de pensamiento y nuestras creencias. No hay victoria sin fracaso en la vida y todos, tarde o temprano, lo atravesaremos.

Recordá esto: Tener éxito no es sinónimo de hacer todo bien, ni de jamás frustrarse, experimentar dificultades, detenerse y retroceder. Más bien es el resultado final después de una suma de fracasos y obstáculos a superar que nos llevan a empezar de nuevo… todas las veces que sean necesarias hasta lograr lo que tanto soñamos.

Por eso, si te sentís un fracaso total, quizás necesites a partir de hoy comenzar a ver el fracaso como algo a tu favor y no en tu contra. Todos cometemos errores y fracasamos, en algún momento, pero eso no nos hace ni errores ni fracasos. Somos seres humanos con la capacidad de levantarnos, aprender, seguir adelante y nunca darnos por vencidos.

Para concluir, te dejo esta idea para que pienses en ella: Quienes llegan a la cima tienen el coraje y la determinación de correr riesgos, aun cuando se equivoquen; quienes eligen hundirse en la sensación de fracaso y culpar a los demás por ello, no. Los primeros conocen el éxito; los segundos, no.

Si tenés alguna inquietud podés escribirme a [email protected].

Doctor Bernardo Stamateas

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