17/04/2018

Prisión perpetua para Maldonado por el femicidio de Yésica Campos

Para los jueces no quedaron dudas de que la ultimó y la enterró, adoptando otras precauciones para ocultar el crimen.

La sentencia se conoció a sala llena, sin la presencia del condenado ni su defensor.

 

 

Cristian Héctor Maldonado fue condenado a la pena de prisión perpetua por el femicidio de Yésica “Coco” Campos, su pareja. P

Por esa misma razón, ordenaron que continúe detenido con prisión preventiva hasta que la sentencia quede firme y así asegurar el cumplimiento de la condena.

El fallo condenatorio fue elaborado por el juez Miguel Gaimaro Pozzi, a quien adhirieron sus pares Carlos Mussi y Marcelo Gómez. Más tarde y también de forma unánime, los jueces resolvieron hacer lugar a la petición del fiscal Francisco Arrien y el querellante Nelson Vigueras, desestimando los planteos defensivos y ordenando la prórroga de la prisión preventiva del acusado, hasta tanto la sentencia quede firme.

Luego de repasar extensamente las pruebas reunidas en el legajo y las declaraciones testimoniales escuchadas durante el juicio oral y público, los jueces consideraron que Yésica “hasta el 28 de diciembre de 2014 a la noche estaba viva. Entre ese momento y el 29 a las nueve de la mañana es que la matan” y continuaron “No existe ningún tipo de duda que el autor del homicidio, y no puede ser ningún otro, es Cristian Maldonado”, sosteniendo tal afirmación en base a “abrumadora prueba indiciaria”.

Los magistrados evaluaron la existencia de una serie diversa de indicios que en múltiples fallos y publicaciones doctrinarias fueron clasificados como indicios de presencia de oportunidad física; participación en el delito; capacidad del delincuente y oportunidad personal; indicios de motivo o de móvil delictivo e indicios de actitud sospechosa y describieron la aplicación de cada uno de ellos en las pruebas colectadas.

Sobre el primero destacaron que Yésica había llegado hacía pocos días a El Bolsón y apenas conocía a un puñado de personas del barrio, quienes siempre la veían acompañada del acusado. En relación al segundo, volvieron los jueces a recordar que la última vez que la joven fue vista con vida se presentó en la casa de una testigo para afirmar que al día siguiente a primera hora regresaba a Río Colorado y además, en esta categoría indiciaria, también analizaron que el acusado utilizó el teléfono de la víctima después de su muerte y que en su vivienda había ropa y documentación de la mujer. En la tercera categoría destacaron “Resulta incuestionable la situación de violencia del imputado hacia Yésica. Violencia ininterrumpida que se repetía en Córdoba, Río Colorado y El Bolsón”. En el cuarto tipo indiciario resaltaron una “incuestionable actitud de violencia” y que Maldonado “ejercía un dominio tal que le impedía soportar no tenerla permanentemente bajo su control”, concluyendo que “Sabía Maldonado que Yésica se volvía a Río Colorado y en otra muestra de su intento de control al no poder soportarlo, le dio muerte” y finalmente en la última clase de indicios, destacaron “que el accionar posterior al hecho muestra a las claras que Maldonado se consideraba fuertemente sospechado de haber cometido el hecho”.

Los jueces detallaron más indicios y resumieron: “Indicios. Pero indicios que tienen una concatenación indubitable y son no anfibológicos, es decir no hay posibilidad de producir otro resultado, que no sea la autoría de Maldonado en el hecho” y agregaron “Obviamente Yésica no se fue y mucho menos hubo de tener la remota idea de abandonar a su hija. La mató Maldonado” y siguieron “cabe preguntarse si este caso se trató de un hecho aislado, si era la primera expresión de violencia de Maldonado hacia Yésica Campos. La respuesta es negativa”.

 

 Violencia de género

 “Inequívocamente fue el corolario de toda una violencia del imputado hacia Yésica que se vino suscitando en la pareja, desde los inicios propios de la relación” y más “no existe ninguna duda que Yésica ya era víctima de reiteradas violencias por parte de su pareja y que el último acto violento, fue justamente darle muerte”.

En ese tópico y siguiendo normas nacionales, internacionales y jurisprudencia, los jueces dijeron que “La violencia contra las mujeres abarca una serie de atentados cuyo común denominador no es otro que la presencia de un sujeto pasivo femenino que es objeto de maltrato por su pertenencia a ese género y cuyo agresor se caracteriza por pertenecer al género opuesto. La violencia de género tiene también, además de esta caracterización binaria de sus protagonistas hombre-mujer, un componente subjetivo, misógino, que es el que guía la conducta del autor: causar un daño por el hecho de ser mujer”.

Y siguieron “Consecuentemente con ello, y a manera de conclusión debemos entender que cuando nos referimos a violencia de género, nos estamos refiriendo a la violencia contra la mujer perpetrada por razón de su género, entendiendo que la violencia contra la mujer no es una cuestión biológica ni doméstica sino, reitero, por razón de su género, basado en la discriminación, en las relaciones de desigualdad y de poder asimétricas entre los sexos que subordinan a la mujer”.

 

 ¿Cómo la mató?, ¿dónde la mató? 

“Continuando con la línea de los indicios, teniendo en cuenta su diversidad, correlación y concordancia, podemos dar respuesta al punto”, dijeron los jueces destacando cuatro indicios no anfibológicos: primero la pericia psicológica de la hija de la pareja que contó “papá le pegó a mamá” señalándose con temor el cuello. Segundo el testimonio de una ex pareja de Maldonado en el que recordó un intento de asfixia que sufrió de parte del acusado. Tercero una afirmación de la licenciada en antropología que declaró en el juicio y manifestó que la coloración rosada de las piezas dentales de la víctima puede corresponder a una asfixia y finalmente que en los restos de la joven no se halló ninguna evidencia de golpes, marcas, fracturas ni otra causa posible del deceso.

“De manera que, concatenando debidamente estos claros y precisos indicios, podemos acercarnos a la respuesta”, dijeron los jueces y añadieron “Si bien los profesionales que han declarado en juicio han afirmado que científicamente la causa de muerte no pudo ser establecida, en base a los claros indicios precedentemente detallados, podemos sostener que probablemente la misma pudo ser asfixia por ahorcamiento”.

 

Prisión perpetua

En el rubro de la pena, la sentencia destacó que la prisión perpetua es la única prevista para el delito que le atribuyeron a Maldonado. “Desde la visión del juzgador no podría caber otra sanción que la que el legislador previó para la especie y con la que estoy absolutamente de acuerdo para el presente caso”, expresó Gaimaro Pozzi con la adhesión de sus pares. “El desprecio por la vida ajena, particularmente de una mujer que resulta ser la pareja con la que tiene una pequeña hija en común, la conducta posterior al delito tendiente al ocultamiento de la manera totalmente ofensiva e insultante hacia un ser humano, alejado de los cánones de convivencia de la sociedad, permiten sobradamente aceptar y aplicar la pena de prisión perpetua”, concluyó. 

Un último párrafo, dedicaron los jueces a la actitud del acusado: “No puedo dejar de resaltar la falta absoluta de empatía mostrada por Maldonado. Se lo ha visto en las cuatro jornadas que duró el debate, en una actitud por demás fría y hasta altanera frente al desarrollo de toda la audiencia. Esto por supuesto no tiene vinculación ni con la materialidad, ni con la autoría ni con la responsabilidad del hecho enrostrado. De todas maneras, es una circunstancia que debe ser subrayada, con el objeto de traslucir la realidad acaecida en el debate”.

 

Prisión preventiva

La prisión preventiva con la que Maldonado llegó al juicio oral en su contra, vencía justamente ayer al dictarse la sentencia. Por ello, ante el fallo condenatorio, el fiscal Francisco Arrien y el querellante Nelson Vigueras exigieron la prolongación de la medida cautelar hasta que el fallo quede firme.

Como la lectura de sentencia se realizó sin la presencia del acusado y de su defensa, se realizó un cuarto intermedio y se convocó nuevamente a las partes para realizar otra vez los planteos. Así, ya con Maldonado y el defensor oficial Juan Pablo Laurence en sala, el tribunal resolvió hacer lugar al pedido de la parte acusatoria, desestimando los planteos defensivos y ordenando que el condenado continúe detenido.

Sobre este punto destacaron que la prisión preventiva se le había impuesto a Maldonado oportunamente, para asegurar el desarrollo del juicio y llevarlo a buen puerto. A partir de ahora, lo que persigue la prisión preventiva es el cumplimiento de la pena una vez que quede firme. En ese sentido destacaron que a cualquier persona normal ante una condena a prisión perpetua “se le ocurriría fugarse y para ello no hace falta dinero”.

A partir de ahora la defensa tiene un plazo legal para apelar el fallo condenatorio, lo que seguramente ocurrirá y derivará el trámite de la causa ante el tribunal de Impugnaciones. Posteriormente a ello se renuevan los plazos para llevar el caso ante el Superior Tribunal de Justicia y nuevamente ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, siempre que los argumentos defensivos sean desestimados.

Vencidos los plazos legales sin presentación de la defensa o agotadas las instancias recursivas, el fallo quedará firme y a los efectos legales se habrá quebrado definitivamente el estado de inocencia de Maldonado, por lo que la prisión preventiva impuesta podrá mutar al cumplimiento de la condena a prisión perpetua que le impusieron ayer.

 

“Es lo que vine a buscar y es lo que me llevo” 

 Esas fueron las palabras de Fabiana Córdoba, una madre con una fortaleza admirable que no descansó hasta lograr un fallo que decrete la responsabilidad de Maldonado en la muerte de su hija. “No termino de caer, me duele mucho el estómago, es lo que vine a buscar y es lo que me voy a llevar”, sentenció.

Ante los periodistas que la consultaban agradeció al abogado que la patrocinó, Nelson Vigueras, y a los fiscales Martín Lozada y Francisco Arrien. Además, destacó “la entereza de los jueces, la verdad, muy bien”.

Córdoba, agradeció también el “acompañamiento desde siempre”, reconoció a sus familiares y recordó a Yésica, “Coco estuvo siempre iluminándonos y acompañándonos”. Al nombrarla, un nudo de dolor invadió su garganta y posiblemente también a todo su ser, y se excusó de seguir hablando con la prensa.

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