EN CRE-ARTE A BENEFICIO

| 10/04/2018

Con la presencia estelar de Javier, Joaquín Casalla presenta álbum

Con la presencia estelar de Javier, Joaquín Casalla presenta álbum
Con hijo y padre, la música no se detiene.
Con hijo y padre, la música no se detiene.

Se denomina “Isla” y según su creador, es inclasificable. Música instrumental que contará con el aporte del violinista en el instrumento que más le conocemos y en guitarra. Su hijo, a la batería.

La continuidad del linaje está asegurada: mañana Joaquín Casalla dará a conocer “Isla”, un trabajo que si bien todavía está en proceso, puede decirse que es su primer disco. Álbum, prefiere designar él, con una terminología que no es la de su generación… Para el show contará con la participación inestimable de su padre Javier, el más endiablado de los violines. La cita se pactó en una parada de la gira que Barbarita Palacios desarrolla por la zona: mañana (miércoles) desde las 20 en Cre-Arte, a beneficio de la institución anfitriona.

Un hombre de El Cordillerano dialogó con padre e hijo momentos antes del show que la artista de “Si Va” brindara en Estación Araucanía. “Antes que nada, quiero decir que estoy súper feliz por todo lo que está pasando, tanto con la gira con Barbarita como con lo que vamos a hacer con Joaco, pero le voy a ceder la palabra porque es el lugar donde él trabaja y es la presentación de su disco”, introdujo el sobrino del gran “Chingolo”.

Entonces, su hijo describió: “Isla es mi primer proyecto musical, en el que vengo trabajando hace ya años, aunque le di muy fuerte en los últimos tres. Es muy experimental, música de laboratorio porque lo hice totalmente en soledad, en mi casa, componiendo y arreglando, grabando totalmente libre. Hice un álbum que mandé a Internet por Youtube, de forma muy casera y bueno, ahora lo estoy moviendo y lo voy a presentar”, anunció.

Explicó el joven Casalla que “la fecha surgió a las apuradas. Justo se dio que él venía, lo llamé por teléfono y le dije: che, si hay un día libre, ¿te parece que metamos una fecha? Y surgió Cre-Arte, que es donde trabajo y ahí vamos. Nos juntamos, escuchamos las canciones, las arreglamos y salió el primer boceto de lo que quiero que sea Isla a futuro”, definió. El concierto calzó justo la noche anterior a que Javier y Barbarita retornen a Buenos Aires.

El integrante de Bajofondo explicó que “él compuso la música. Hay un poquito de electrónica, dispara unas pistas y toca la batería. Yo voy a tocar en algunos temas guitarra y en otros violín, con pedales y procesado”, adelantó. “Estaba pensando en qué batea pondría ese disco y se complica, porque realmente es muy original pero para los amantes de los rótulos, podría llegar a ser jazz rock progresivo ambient”.

Indefinible

Mientras su progenitor hablaba, su hijo negaba con la cabeza. “No entra en ninguna clasificación, no sé cómo definirlo… Cuando me preguntan eso, siempre digo que estoy en crisis (risas) porque no sé dónde ubicar esa música.

¿Es jazz, es progresivo? No sé, es un poco de todo. Yo nací en los 90, escuché mucha música de esa época, mucha música electrónica cuando era underground, no se conocía tanto y no era tan comercial. Escuchaba mucha radio y tomaba todo eso, lo incorporé y después, más de grande escuché mucho jazz pero también música clásica, así que me nutrí de muchas corrientes. Tomé todo eso e hice esto”, justificó Joaquín.

El “álbum” lleva ese título porque “una de las canciones se llama así, la compuse cuando tendría 15 años y ahora tengo 23. En ese momento estaba como en otra onda y me surgió esa canción, que era como un boceto no terminado. Le puse Isla porque me sentía así en ese momento: estaba en una isla chiquita como la de los dibujitos: una porcioncita de tierra con una palmerita… Ahí estaba yo haciendo música... A esa canción después la incorporé al álbum y me gustó como nombre para redondear todo el concepto, era lo que mejor le quedaba porque en definitiva, al álbum lo hice en solitario en una isla”, insistió.

Con mal tino, el cronista preguntó qué pensaba Javier de la música de su hijo. “A mí se me cae la baba, no soy un buen crítico”, se disculpó. “Va a tocar con un babero” (risas), bromeó Joaquín. “La verdad, con Joaco hicimos música desde siempre, debo tener grabaciones de sus dos años, cuando tocaba la batería y hacíamos bajo y batería… Tocamos desde hace un montón, la primera vez que lo senté en la computadora y le expliqué un poco cómo funcionaba el programa, él arrancó y hacía dos discos por año a sus 8 años. Una animalada… A mí me encanta, está buenísimo”, definió.

Como no cualquiera tiene de padre a un músico de su talla, “metí algunas cositas, así que dentro de esa isla yo vendría a ser la palmera (más risas). Incluso, metí cosas que no quedaron porque él decidió sacarlas, así que más orgullo todavía porque no hay nada mejor que un hijo que sepa editar y no que quede (la incorporación) porque papá mandó. Orgullo total y desafío grande porque realmente es música complicada, no es a lo que estoy acostumbrado, tiene métricas y cortes, muchos elementos de música clásica impresionista. Un desafío musicalmente, así que entusiasmado por todos esos condimentos”, expresó Javier.

Pareciera que a pesar de su presentación mañana y de su presencia en Youtube, “Isla” aún está en proceso. “También tengo crisis con eso (más risas). Técnicamente está terminado pero el material que logré, tal vez no sea lo que va a quedar al final... Yo pensaba que lo puedo seguir y re-grabar mejor, porque todas las baterías las grabé en mi casa con un microfonito medio malo y lo mezclé de forma casera, por eso no me lancé a editar el disco o a venderlo, siento que no tiene esa calidad de formato vendible. Entonces, lo mandé como una muestra porque todavía faltan hacer un montón de cosas”, aclaró Joaquín. “Es un álbum low fi, digamos”, aportó Javier. “Sí, low cost… Hice un álbum Fly Bondy (risas) pero hasta la Isla llega, lo presentamos el miércoles 11”. Guarda, a ver si en realidad se trata de un archipiélago.

Música de verdad

La música que compuso Joaquín Casalla y que presentará junto con su padre mañana desde las 20 “es toda instrumental. En mi cabeza o en mi ideal quiero llevar esa música a una banda. Yo compuse de forma electrónica pero el ideal sería llevarla a una banda que hay que armar y salir a tocar, pero es a futuro… Este sería un primer paso porque en realidad, yo no quiero hacer música electrónica, quiero hacer música de verdad”, enfatizó el joven. “Pero son los medios de los que dispongo ahora. Esta fecha salió hace dos semanas y como dio el tiempo… Salgo a tocar con computadoras, con pistas y sobre eso, vamos nosotros dos: yo con batería y él con violín y guitarra”, dijo en relación a Javier. “Vamos a jugar e improvisar sobre las pistas que ya están armadas”.

Para hijo y padre será emotivo el concierto a mitad de semana. “Cre-Arte fue para mí como un colegio y ahora es como una casa. Hace muchos años que estoy ahí dando una mano, tengo algo afectivo muy grande con ese lugar, son todos amigos y entonces, tocar en el Ciclo Puertas, es casi natural. Así que vamos a beneficio de Crea-Arte. Es emocionante”, ratificó Joaquín. “Además, no es la primera vez, habíamos hecho uno con toda La Chingolera. Siempre que surge la oportunidad de aportar a causas que están buenas, consideramos que es lo que debemos hacer”, certificó Casalla padre. La dinastía se prolonga.

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