Sobre Convenio Catedral Alta Patagonia

Todos tenemos en claro que el cerro es una imagen importantísima de nuestra ciudad y es parte del porqué Bariloche, es lo que es.

En los 70 un grupo empresario, visionario, transformó el sentido turístico de nuestra ciudad, incorporando el cerro a su oferta, y creando las empresas de turismo de ski, siendo un boom impresionante. En ese momento, era un monopolio turístico en la ciudad, que explotaba, gran parte del cerro, medios de elevación ladera Norte, restaurantes, hoteles, micros, lanchas, alquileres de equipos y excursiones, no solo de Bariloche, sino también de San Martín de los Andes. También en dicha época buscaba la posibilidad de la cesión de tierras, para el gran negocio inmobiliario.

En aquella época, Bariloche no llegaba a los 50.000 habitantes, y el producido de la actividad turística del cerro en el invierno, movilizaba la ciudad y tenía un nivel de vida, importantísimo. Mantengo un gran recuerdo de que ir al cerro era realmente una odisea, hielo en gran parte del camino del centro a la base y un cerro nevado en su totalidad, gran parte de la temporada. Medios y servicios rudimentarios o que cuando se instalaron ya eran viejos, así el famoso cable carril y un grupo de sillas piloteados por el Grupo Austral y por Robles, que increíblemente hoy siguen funcionando, las sillas de las líneas Cóndor y las de ladera Sur en tres tramos desde la base a Punta Princesa.

Hoy día, Bariloche creció desmesuradamente y con graves problemas de mantener sus servicios y funcionamiento y el cerro no fue distinto. La ciudad creció en la cantidad de visitantes, pero con servicios que no avanzaron en la misma medida que otros centros invernales y la complicación de haber crecido en la urbanización de su base, perdiendo en gran parte el mantenimiento de la preciada manta nívea, esta dura muy pocos días hasta la base, que sería lo importante dado que ahí, es donde disfruta la mayoría de los turistas y donde antes sí, muchos barilochenses, sin posibilidad de comprar los pases de ascenso, disfrutaban del centro invernal. Si bien, para quienes disfrutan del ski, se ha aumentado en la superficie de pistas, no sé si hoy, es menos en la superficie utilizable. Un cerro bajo, con una ciudad muy cerca y una base que creció demasiado, sin el control necesario, provocó que la nieve, elemento necesario para el deporte, dure menor tiempo.

Por eso, algo de lo que quiero decir en esta primer etapa, es mostrar que el centro de ski cerro Catedral, dejó de ser el mejor centro de ski de Sudamérica y que requiere de un estudio ambiental, que nos diga dónde estamos parados. Podrá Catedral, por más inversiones que le haga cualquiera que sea, seguir siendo un centro invernal de categoría, que atraiga esquiadores.
Los proyectos además de viables, deben ser sustentables en el tiempo, y una concesión del Estado es la que más debería cuidar este tipo de hecho.

Jorge Rojas
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