28/02/2018

“Aquí no hay terroristas, hay un pueblo harto que se defiende con lo que tiene a mano”

- NO VOY A PEDIR PIEDAD -  Facundo Jones Huala, con la verborragia que lo caracteriza, realizó dos extensas alocuciones en las que detalló la lucha de las comunidades mapuches y su parecer como lonko. “Yo no elegí esto, me tocó. Estoy obligado por mi gente”, describió. 

“Aquí no hay terroristas, hay un pueblo harto que se defiende con lo que tiene a mano”

Por Mariano Colombo
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Reconoció haber sido “combatiente del Movimiento Mapuche Autónomo Pilmayquen, integré la RAM y estuve en la Coordinadora Arauco Malleco. Participé de acciones de autodefensa y situaciones de sabotaje, pero no estuve en este caso específico que me atribuyen”.

“Nos impusieron un sistema ajeno a ambos lados de la cordillera”, expresó y añadió: “jamás voy a negar mi militancia, ni las reivindicaciones ni los métodos de mi pueblo”. Y describió que el conflicto en Chile es de antigua data.

Añadió que el pueblo mapuche “representa un peligro para el sistema capitalista, para las multinacionales, los terratenientes y latifundistas” y tildó de “asqueroso” al empresario inmobiliario Van Ditmar, concluyendo que “tienen miedo a nuestra cultura porque son ignorantes”.

“Ser mapuches lleva obligaciones y derechos. Estamos obligados a defender la tierra y mantener el equilibro armónico que es roto por las multinacionales”, sostuvo y en una misma línea agregó: “no nos importa que nos sigan matando o encarcelando. Queremos una solución política y no nos dan respuestas, no nos dejan alternativas porque las mesas de diálogo son una mentira”.

“Quieren pasarnos como terroristas”, cargó y destacó: “No hemos matado a nadie, los muertos somos nosotros”, mencionando varias veces a Rafael Nahuel, Santiago Maldonado y otros integrantes de comunidades mapuches torturados y heridos por las fuerzas de los Estados argentino y chileno. “Aquí no hay terroristas, hay un pueblo harto que se defiende con lo que tiene a mano. Qué burla para la sociedad, y encima hablan de arsenales”, ironizó.

“El pueblo mapuche ejerce más soberanía que los argentinos, nadie hace nada contra Benetton, Lewis y los turcos, solo nosotros”, enfatizó y se defendió: “Yo no maté a nadie, estoy por un hecho menor y agradezco a los penitenciarios que me han tratado muy respetuosamente”.

“Por qué tanto despliegue, por qué tantos agentes. Este es un despliegue fantasmagórico. Antes me llevaron en avión, ahora vine en helicóptero. Yo lo agradezco porque por la condición social que tengo nunca lo podría haber hecho”.

“Seguiré incentivando a mi gente, si tengo que tirar piedras lo seguiré haciendo”, declaró y siguió “Somos los hijos y nietos de Inacayal, Pincen y Calfucura, no me importa morir, no me importa hacer huelga de hambre, ese es el ejemplo que nos dejaron”. Para concluir marcó: “Esta fue una guerra de 300 años, con una pausa de 130, pero la resistencia mapuche renació y vamos a seguir recuperando tierras”, haciendo alusión a la Conquista del Desierto encarada por Julio A. Roca en Argentina y a la Pacificación de la Araucanía en Chile.

También señaló que “A los 11 años conocí las celdas de la comisaría Segunda por ser un indio pobre de los barrios de Bariloche” y disparó, “no me importa lo que hagan conmigo, sino ser un ejemplo para mis hermanos y las generaciones futuras”.

En su segunda intervención durante el juicio aseveró: “No voy a pedir piedad. Jamás. Ni aquí ni en Chile ni en ningún lado. Quien les habla les habla en lugar de los que siempre ocupamos esta tierra, los verdaderos dueños de esta tierra. Están instalados en un conflicto político que va a seguir escalando”.

Atacó al juez Villanueva al decirle: “Usted tiene responsabilidad en la muerte de Rafael Nahuel y Otranto en la de Santiago Maldonado” y exhibió pruebas que no fueron admitidas para la audiencia señalando “vamos a tener que filtrarlas a la prensa” para que se sepa la verdad. Y otra vez se dirigió al juez Villanueva al decirle “Lo que ocurre aquí es evidente a los ojos del país y a los ojos del mundo. Está en sus manos iniciar un proceso de reparación histórica”.

Finalmente se dirigió a su comunidad: “No se amedrenten, no se detengan, no se dejen vencer hasta el último día de su vida. Tenemos que morir con el coraje con el que nos parieron nuestras madres, somos mapuches, marichiweu, venceremos”.

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