25/02/2018

La cultura autogestiva latió con fuerza en Los Coihues con el Noveno Festival Barrial

En la Biblioteca Carifalquen de Villa Los Coihues se llevó a cabo el Noveno Festival Barrial denominado Carnaval y Rock, contando con la presencia de numeroso público que disfrutó cada una de las propuestas.

La cultura autogestiva latió con fuerza en Los Coihues con el Noveno Festival Barrial
Del Tomate deleitó con sus colores, cánticos y danzas.
Del Tomate deleitó con sus colores, cánticos y danzas.

Por Susana Alegría
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El escenario estaba montado afuera de la biblioteca, en un maravilloso entorno natural, rodeado de árboles centenarios en cuyas márgenes se instalaron los stands que ofrecían repostería casera, comida salada y cerveza artesanal.

Pasadas las 18 horas comenzaron a llegar las familias para disfrutar de una jornada de espectáculos en los que los artistas resaltaron el trabajo de la cultura en manos de la autogestión. El inicio estuvo a cargo de los presentadores, quienes introdujeron en los orígenes del Carnaval, dando paso luego a la primera agrupación murguera, la Murga del Tomate, de Cre-Arte.

Asimismo fueron parte del festival los Herederos de Kazo y los Lunáticos del Viejita, matizando con grupos musicales en vivo y títeres para los más chiquitos.

Con termo y mate en mano las familias se ubicaban en lugares estratégicos para no perderse ninguna de las actuaciones, contando con el acompañamiento de un atardecer con temperatura sumamente agradable.

Marina Ingaramo, una de las integrantes de la comisión organizadora y tallerista de la Carilafquen, comentó a El Cordillerano “es el noveno festival barrial pero el tercero que lo hacemos en conjunto con el Colectivo Al Margen”.

Al referirse a la temática de este año dijo que “el eje que nos convoca es la cultura en manos de la autogestión, para hacer visibles los espacios culturales autogestivos y la situación actual que están viviendo los artistas en Bariloche”.

Es por ello que, dentro de la parte artística estuvieron invitados La Casita Azul y las tres murgas, “queremos mostrar a la gente el adentro de cada organización, el cómo se vive el día a día y las ganas de hacer cosas que tenemos hoy por hoy”.

El dinero recaudado en dicho festival ya tiene su destino, “construir las dos sedes, la de Al Margen, que aún no la tienen y a seguir con la de la biblioteca” contó. Parte de esas obras consisten en la construcción de dos baños para que finalmente la Carilafquen pueda ser habilitada como centro cultural.

“Todo lo que hacemos es autogestivo, no recibimos fondos de ningún lado entonces siempre pensamos y generamos cosas para continuar creciendo”, agregó. Se trata de una ardua labor para ampliar sus instalaciones, porque ya les queda muy pequeño el espacio por la cantidad de actividades que realizan a lo largo del año.

“Este es el primer año que tenemos la habilitación municipal del festival, el año pasado el municipio nos multó por no tenerla”, señaló Ingaramo. Delimitaron el predio del encuentro con banderines de colores, señalizaron dos senderos como salidas de emergencia, ubicaron tachos con bolsas para residuos en distintos sectores, todo estuvo prolijamente preparado para que sea una verdadera fiesta barrial.

La palabra autogestión

Uno de los integrantes de la murga de Cre-Arte al tomar la palabra detalló: “para nosotros la palabra autogestión es muy fuerte, este año la murga cumple diez años, para todas las organizaciones que nos acompañan también ha sido un año muy fuerte pero son cosas que se van a seguir repitiendo”.

Invitó a continuar siendo parte de la cultura autogestiva, “tenemos que ponernos una mano en el hombro y apoyarnos mutuamente”. Detalló algunos escollos que ha debido atravesar Del Tomate para salir a mostrar su arte, “ensayamos en una habitación de 3x4, compramos todos los instrumentos y hace más de cuatro años que estamos haciendo los trajes para cada integrante”.

“Seguimos creciendo y sumando compañeros, algunas veces somos casi 60 en escena y eso habla de un gran esfuerzo” dijo. “Todo implica una gran responsabilidad, cada uno da lo mejor de sí, en Cre-Arte somos muchos y lo que les pedimos hoy es un espejo, queremos reflejarnos mutuamente, vernos en el otro para tener una idea de lo que estamos dando y de lo que podemos llegar a dar”.

Un festival que sirvió de claro ejemplo de lo que se puede lograr con esfuerzo y dedicación, pero básicamente con gestión y ganas de continuar trabajando unidos por el arte de la ciudad.

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