Reconoció un robo armado y fue condenado a tres años de prisión en suspenso

Néstor Simón Velázquez reconoció el hecho atribuido aunque se encargó de explicarle al juez Héctor Leguizamón Pondal que no había sido violento para con la víctima, un hombre que caminaba sólo por Avenida Campanario casi en su intersección con Avenida Bustillo al que a punta de pistola le arrebató poco más de doscientos pesos.

El hecho investigado ocurrió el 11 de enero de 2017 en plena vía pública, poco después de las dos de la tarde. En aquella ocasión, Velázquez exhibió un revólver calibre 38 a la víctima y le arrebató el dinero que portaba.

Poco después, en el marco de intensos procedimientos policiales desplegados por el sector, observaron el vehículo en el que había escapado frente a una vivienda del barrio Don Bosco. Al ver a los uniformados frente a su domicilio, el acusado se entregó voluntariamente, haciendo entrega a los pesquisas del arma y del dinero robado a la víctima.

Para el fiscal Sergio Pichetto, no se pudo determinar que el arma que entregó a los policías era la que efectivamente se utilizó en el hecho. Además, enfatizó que por esa misma cuestión era imposible determinar si el arma usada durante el robo era apta para el disparo. De ese modo, calificó el hecho como constitutivo del delito de robo calificado por el uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudo ser acreditada, en grado de tentativa.

Ofreció en ese contexto una pena de tres años de prisión en suspenso a cambio de la confesión del acusado. Ante el consentimiento del defensor oficial Marcos Cicciarello, el propio acusado reconoció su participación en el hecho y acordó con la pena propuesta, por lo que el juez Héctor Leguizamón Pondal, homologó el acuerdo y dictó la sentencia inmediatamente.