05/02/2018

Pese al trabajo realizado, la basura sigue siendo un grave problema en el Arrayanes

La basura es un serio problema en algunos barrios de la ciudad. En el Arrayanes hay dos sectores que los vecinos han adoptado para arrojar allí toda clase de residuos.

Pese al trabajo realizado, la basura sigue siendo un grave problema en el Arrayanes
La basura es un tema cultural difícil de solucionar
La basura es un tema cultural difícil de solucionar

Máximo Calfuquir, presidente de la junta vecinal, comentó a El Cordillerano “estuvieron muchos días trabajando y aunque suene algo increíble, en total el camión hizo cerca de 80 viajes, otra vez está sucio”.

Calfuquir indicó que se trata del zanjón que une el Arrayanes con el barrio El Vivero. En un momento se había hablado con algunos funcionarios, para hacer en el medio de la pendiente, una cancha o playón para actividades deportivas. Es la continuación de calle Hermite hasta su intersección con Rivadavia.

“Ahora directamente estamos intentando que se abra como calle para la circulación de vehículos y para un recorrido más seguro para los vecinos”, declaró.

“Es un sector muy oscuro y pedimos más luminarias, pero los vecinos vienen de día a tirar la basura, en camionetas o a pie, delante de todos, no les importa nada”, relató el integrante de la junta vecinal.

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Un mirador por descubrir

Algunas cuadras más arriba, hay una zona de la barda del Ñireco, más precisamente al final de calle Arrayanes, que posee un entorno natural de gran belleza, con vista al Este de la ciudad.

Lamentablemente también se ha convertido en un basural, pero hacia allí apunta ahora el presidente. “Hemos venido a verlo con el responsable de Parques y Jardines y si nos ayudan, después de limpiar queremos hacer una platea con barandas para que los vecinos puedan venir a tomar mates y se apropien del espacio para disfrutarlo”, comentó.

La junta

Hace pocos días, al llegar al edificio de la junta, ubicado detrás del Centro de Salud, se encontraron con que habían violentado la reja y roto la puerta. No se llevaron nada por lo que suponen que ha sido por falta de tiempo o solo por hacer daño. “Nos cuesta mucho cada cosa que hacemos, porque hay que hacer rifas o ventas de comidas para ir arreglando la sede y esto desmoraliza”.

En ese salón, a partir de marzo, comienzan a desarrollarse una serie de actividades, talleres de oficio como manicuría, peluquería, cocina económica y muchos otros. Además funciona un merendero y un comedor nocturno para las familias más necesitadas.

“Este año queremos comenzar con las clases de zumba porque muchas vecinas lo vienen pidiendo”, puntualizó.

El gimnasio

Cuando realizan eventos especiales como la Fiesta del Día del Niño, cuentan con la aprobación de las autoridades de la escuela para utilizar sus instalaciones, pero en lo que respecta al deporte, es de gran necesidad el contar con un gimnasio propio.

“Ya tenemos los planos hechos, íbamos a empezar nosotros como pudiéramos, pero ahora nos dieron su palabra algunos funcionarios, apenas lo tengamos por escrito lo vamos a difundir a todos los medios”, se comprometió Calfuquir.

La construcción del tan anhelado edificio sería en el playón de calles Taique y Frey, “vemos que se comercializa mucho con el deporte y la gente del Arrayanes no puede pagar una hora una cancha privada para poder jugar al fútbol”, dijo.

La plaza

En la parte más elevada del Arrayanes se encuentra la plaza Marcelo Albarracín, fue bautizada así en homenaje a un joven trabajador social que hizo mucho por el barrio.

“Seguimos poniendo el cerco y haciendo barandas nuevas, pero ahora han roto muchas cosas”, señaló Calfuquir. Allí pese a la escasez de agua, se pueden ver ejemplares de flora autóctona que han resistido los fuertes vientos. “Algunos vecinos se ocupan de regarlos y entre todos tratamos de ir mejorándola, estamos tratando de conseguir una hamaca”, detalló.

Un trabajo constante para mejorar el barrio que se ve muchas veces, perjudicado por actitudes de gente de la zona, pero cada día son más lo que colaboran para lograr que el Arrayanes vuelva a ser el barrio tranquilo y prolijo que alguna vez fue.

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