27/12/2017

Club Social y Deportivo Villa Los Coihues: una corta vida, una larga historia

Todo comenzó hace casi 20 años, con una escuelita de fútbol en el barrio. En el 2013, se conformó como club y hoy está integrado por alrededor de 60 chicos. 

Club Social y Deportivo Villa Los Coihues: una corta vida, una larga historia

Por Verónica Lohrmann
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A fines de los 90, con unos doce chicos que se reunían a jugar en el playón de la plaza de Villa Los Coihues, Manuel Chicaval, jugador y entrenador de fútbol -y hoy presidente del club-, organizó un taller de fútbol que continuó creciendo en el barrio, sin interrupción. “Eran pibitos de 8 o 9 años que hoy tienen 28 o 29”, recuerda. “Arrancamos con amistosos. Viajábamos hasta Dina Huapi a veces. Los chicos, chochos por el viaje. Había un papá que tenía una camioneta, así que metíamos a todos atrás en la camioneta y nos íbamos. Así arrancamos”.

Esa escuelita se convirtió en un club con aproximadamente 60 chicos y chicas que compiten en el torneo barrial organizado por la Municipalidad, además de participar de diferentes competencias en la ciudad. Y este año, a principios de diciembre, viajaron por primera vez fuera de la ciudad, a participar de un amistoso en Villa La Angostura.

“Y el club se formó no hace mucho, en 2013”. La iniciativa fue de los padres que querían intentar crecer, ampliar las posibilidades, conseguir indumentaria y materiales, porque era difícil conseguir pelotas o tener un espacio para jugar. En ese tiempo, entrenaban en la canchita de una hostería que les prestaba las instalaciones o en la “pampita”, una zona abierta que está en la entrada del barrio.

Como el club no tiene sede propia, los casi 60 jugadores entrenan fuera del barrio, en la escuela 123, con dos entrenadoras que trabajan con los más chicos, además del propio Chicaval, que sigue como director técnico de los adolescentes. También cuentan con la ayuda de algunos padres que colaboran con los entrenadores.

Todo se logra con la voluntad y el esfuerzo de las personas que integran la comisión y las familias de los chicos. Se hacen algunas actividades para recaudar fondos -como la Fiesta de la Tradición, que organizaron en noviembre-, y además, cada familia aporta una cuota, con lo que se compran los materiales. También consiguieron la colaboración de un comercio del barrio para la indumentaria.

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El deporte: un espacio para los valores

El club participa en todas las categorías del Torneo Barrial, un campeonato organizado por la Municipalidad en el que juegan los chicos de los barrios de la ciudad. “La idea del Barrial, cuando comenzó, era juntar a los chicos adolescentes”.

En ese momento, los convocó el director de Deportes para organizar un torneo con el objetivo de que los chicos tuvieran una actividad que los contuviera. “Y se comenzó a trabajar con chicos de 13 y 14 años en esa época”. Se formó un equipo por barrio y se comenzó a jugar en el gimnasio de Adeful. “También era una forma de que los chicos del Alto se conocieran con chicos de otros barrios. Después terminaron siendo todos amigos y todos se conocían”.

Ahora, hay categorías más chicas en las que se compite de una manera más amistosa a manera de iniciación. Las más grandes ya tienen otras exigencias y juegan por los puntos. Y este año, el equipo de Los Coihues salió campeón de la categoría 2001-2002.

El club tiene jugadores en seis categorías, desde 6 hasta 16 años (2012 hasta 2001) que son todas las que pueden competir en el torneo. Hasta el año pasado, había un equipo femenino. Algunas niñas todavía entrenan y participan del torneo, que admite que los equipos sean mixtos. “Es una integración de los chicos”, señala.

“Esa es la idea, que haya muchas disciplinas de deporte y que puedan participar. Tenerlos entretenidos en algo. Eso es lo bueno de que los chicos hagan algún deporte, cualquier deporte (….) Lo principal es el trato, de compañerismo, trabajar en conjunto. El respeto entre compañeros. Parece que son cositas pero por ahí a los chicos les llega”, expresa Chicaval.

El objetivo de la sede propia

Para seguir y para crecer, “lo principal es tener una cancha propia”. Para el presidente del club, hace falta en el barrio un espacio verde para todos los chicos. Y resalta que los chicos del barrio que practican distintos deportes tienen que viajar al centro para entrenar.

“Yo creo que, para cualquier club, el sueño es la cancha propia”. A través de la comisión, se hicieron y se hacen tratativas para conseguir un predio; también hubo gestiones para construir un gimnasio, pero por ahora sin éxito. “Un predio que incluya todos los deportes que se puedan hacer. Un club no es sólo futbol. Hay un montón de actividades que se pueden hacer. Que sea un espacio que se use exclusivamente para eso. Ojalá se pueda hacer en el barrio”, expresó Chicaval.

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