22/12/2017

Solidaridad: 12.528 productos se convirtieron en “panes mágicos"

- EL PARAGUAYO MARTINEZ CUMPLIO OTRA VEZ SU MISION - Con gran éxito, finalizó la 19a edición del Pan Dulce Solidario. Nicolás Martínez -el mentor- organizó, amasó, preparó y por fin, el viernes último, hizo entrega, junto a sus colaboradores, del producto que elaboraron para instituciones benéficas y distintos vecinos de la ciudad. Dentro de su felicidad, el querido paraguayo sostuvo: “Cada año me emociono ya que son panes mágicos”.

Solidaridad: 12.528 productos se convirtieron en “panes mágicos"

Por Juan Carlos Montiel
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La entrega se hizo en el ex Hogar Gutiérrez, donde concurrieron los vecinos para recibir el beneficio de los 12.528 panes dulces que se elaboraron. La tarea de Nicolás Martínez ya trasciende al exterior del país: lo llamaron desde radios de Paraguay para que cuente su trabajo solidario.

Con la energía de siempre, y vestido de Papá Noel, Martínez repartió, junto a sus colaboradores, los productos que llevaron varios días de fabricación, para que lleguen a las mesas de Nochebuena y Navidad, en ayuda de los que menos tienen.

“Es la edición número 19 de esta campaña que comenzó en 1995”, indicó Martínez con sencillez y orgullo, y relató: “Esta tarea fue creciendo con el correr del tiempo. Empezamos con 500 panes”, informó al cronista de El Cordillerano. Asimismo relató: “Este año, nos dimos cuenta de que el bolsillo apretó a los sectores que siempre nos ayudan, pero que tienen menos posibilidades. Y, como contrapartida, comerciantes, empresarios y vecinos con mayor poder adquisitivo fueron los que colaboraron”.

La lista de ingredientes para elaborar los miles de pan dulces incluyó, harina, levadura, sal fina, leche en polvo, huevos, esencia de vainilla, caña común, miel, malta líquida, nueces, pasas de uva, maní, fruta escurrida y pirotines tres cuartos, entre otros.

El viernes último, en la cocina donde se realiza la producción, Martínez expresó: “Sigo sintiendo la necesidad de agradecer por lo que Bariloche me ha dado y, al hacer los panes, también devuelvo a Dios un poquito de todo lo que me da: salud, amor, paz y todas esas cosas que no tienen precio”, comentó emocionado.

En el ex Hogar Gutiérrez, se presentaron distintos referentes sociales para recibir los panes y se retiraban felices al mismo tiempo que agradecían a Nicolás y a sus colaboradores. Además este año, se sumaron turistas franceses que, al enterarse de la solidaria producción, ofrecieron ayuda.

Los ciclistas también accedieron a varios panes para entregar donde los necesiten.

La historia cuenta que todo comenzó en 1994 dentro de la Asociación de Desocupados Bariloche. Desde el municipio, les había llegado la promesa de un adelanto de dinero para solventar los gastos durante las fiestas de fin de año, pero no cumplieron. Entonces Martínez, junto a un grupo de siete amigos, decidió hacer pan dulce y regalarlo, para que la gente pudiera compartir algo en la mesa festiva.

Poco y nada sabían al respecto de la elaboración pero, por medio de la entonces directora de la Escuela de Hotelería, llegaron a tomar contacto con Yolanda Altamirano, quien los fue guiando para la elaboración inicial.

Martínez es oriundo de Paraguay y su infancia estuvo rodeada de una gran pobreza. Recuerda que cuando tenía ocho años, llegó el tren y dejó en la estación dos vagones. Convocaron a todos los nenes del pueblo a ese lugar. “Fue la primera vez que supe lo que era un calzado y un juguete comprado, porque siempre jugábamos con palos y ramas y andábamos en pata por la tierra”.

En los 70, llegó a Bariloche por cuestiones laborales. Había sido contratado para instalar los ascensores en el edificio del Bariloche Center. Se enamoró de la ciudad y aquí se quedó, y formó una familia que está compuesta por 12 hijos, el doble de nietos y ya algunos bisnietos.

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