15/12/2017

CRIMEN DE MIGUEL GARNICA: Testigos volvieron a comprometer a los acusados

Especialistas en criminalística y testigos protegidos volvieron a comprometer a los acusados por el crimen de Miguel Garnica. Por un lado señalando los movimientos que se observaron en la vivienda de la familia Chávez Aguilar en la que fue ultimado el joven, y por otro remarcando que por las características con las que había sido ocultado el cadáver, fue necesaria la participación de varias personas.

CRIMEN DE MIGUEL GARNICA: Testigos volvieron a comprometer a los acusados


Por Mariano Colombo
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El tribunal integrado especialmente por Rubén Marigo, Romina Martini y Jorge Serra, continuó en la tarde de ayer recolectando testimonios en el marco del juicio que sigue a Aníbal Chávez Aguilar, su madre Teresa Aguilar Leuquen, y Maximiliano Bascur, por el homicidio doblemente agravado de Miguel Garnica, ocurrido a fines de enero de 2015 en el barrio Eva Perón.

Como había ocurrido durante la primera jornada del miércoles, testigos volvieron a cargar las tintas contra los acusados. A diferencia del primer día de juicio, quienes declararon lo hicieron bajo el programa de protección de testigos y debieron abandonar la ciudad en función de las amenazas recibidas y el temor. Al punto de que uno de ellos, ayer recibió un mensaje amenazante.

Al momento del hecho eran vecinos del lugar y observaron los movimientos de los acusados y otros miembros del grupo familiar. El siniestro episodio tuvo lugar en el domicilio de la familia Chávez Aguilar, cuando mediante un engaño convocaron a Garnica, para luego ingresarlo por la fuerza a la casa, golpearlo con saña, ultimarlo con tres disparos de arma de fuego y después de atar su cuerpo con cables y envolverlo con bolsas de consorcio, enterrarlo en una letrina que cubrieron con cemento, tierra y hierros.

Los testigos que declararon el miércoles y los que declararon este jueves, pudieron ver gran parte de esos movimientos e identificaron a varios miembros de la familia Chávez Aguilar, participando de la faena.

También declaró ayer el médico forense Juan Manuel Piñero Bauer brindando detalles de la autopsia practicada al cuerpo de Garnica y el por entonces jefe del Gabinete de Criminalística, quien participó de tres allanamientos realizados en el domicilio en que ocurrió el hecho, haciendo una tarea importante en el tercero, cuando se halló el cuerpo enterrado en la letrina. Relató que fue necesario el uso de una retroexcavadora para efectuar las tareas de excavación hasta que se descubrieron ciertos elementos que hicieron pensar en la presencia de un cuerpo: cemento sin fraguar, residuos y bolsas. Explicó que tras descubrir el cadáver notaron que había sido prolijamente atado y envuelto en bolsas y cinta, con el objeto de reducir el volumen del mismo y poder enterrarlo. Además, que el cemento fresco fue tirado sobre el cadáver por lo que al comenzar a fraguar, había quedado moldeado a la forma del cuerpo, lo que generó que el trabajo de rescate sea arduo.

En su opinión, basada en más de veinte años de trayectoria como investigador criminal, el hecho no pudo haber sido cometido por una sola persona, por la contextura del fallecido y además por la prolijidad con la que había sido “embalado”. Y además, que el disparo mortal que recibió Garnica en la cabeza, necesariamente fue efectuado por una persona que estaba a una altura superior. La trayectoria descendente de la bala, indica que al recibir el proyectil, Garnica estaba sentado o acostado, cuando lo ultimaron.

También destacó que cuando llegaron a revisar el lugar, encontraron tres viviendas en el predio, y que una de ellas estaba vacía y totalmente limpia, a diferencia de las otras dos. “Hasta olor a lavandina había”, espetó.

El perito balístico Roberto Nigris por su parte, relató a los jueces la pericia realizada sobre las armas secuestradas y explicó en función de qué parámetros pudo determinar que la utilizada para efectuar el disparo mortal, fue un calibre 38 marca Gecko que las autoridades hallaron en poder de Aníbal Chávez Aguilar.

Al terminar la ronda de testimonios el tribunal y las partes se trasladaron hasta el lugar del hecho para realizar un inspección ocular sobre la vivienda de la calle Michay del barrio Eva Perón, y decretaron un nuevo cuarto intermedio hasta la jornada del día de hoy, en la que se agotará la producción de declaraciones testimoniales para dar paso a los alegatos de las partes.

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