Con una gran peña folklórica, Nelly Tezanos tuvo un emotivo y merecido homenaje

Se realizó en el gimnasio de Adeful una gran peña denominada “Sentires de mi pueblo”, llena de folklore, baile y emociones, pero sobre todo de alegría. El objetivo de la velada era homenajear a una persona muy especial, que durante toda su vida ha enseñado pasos de baile, pero también ha instruido a cientos de niños (hoy adultos) a ser buenas personas, con todo su amor y calidez tan característicos en ella.

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Esa persona es Nélida Tezanos, la querida Nelly, quien con su hermoso ser pudo meterse en el corazón de todos. Su logro más evidente fue su mayor creación: el inigualable ballet Tolkeyen, que consiguió poner a Bariloche en el primer nivel en lo que a danzas folklóricas respecta, con bailarines subiéndose a los escenarios más importantes de la Argentina, como es el caso del Atahualpa Yupanqui de Cosquín, en numerosas ocasiones.

Pero sin dudas, su logro más importante no es lo que ha hecho con su trabajo, aunque seguramente ella no lo considera como tal. Su sencillez y su entrega incondicional, hablan por sí solos. “Dar de corazón”, eso significa Tolkeyen, nombre que además lleva uno de sus nietos. Sin dudas ese será su gran legado, todo lo que ha dado de corazón, desde aquel día que decidió dar un espacio de contención a los chicos de los barrios, a través de las clases de folklore.

Quién iba a pensar que calzarse las botas, zapatear y zarandear, iba a cautivar a cientos de chicos barilochenses. Y así fue, los cautivó ella con su entrega mayúscula y los llevó a ser grandes bailarines de gatos, chacareras y zambas. Pero Nelly logró que todos esos niños, que pasaron durante tres décadas por sus ojos, se convirtieran en personas, que encontraran un refugio y un lugar donde ser y sentir.

Hoy, a sus noveles 80 años está cosechando tanto amor brindado. Así fue como los integrantes del ballet El Gauchaje (casi todos ex alumnos de Nelly), con Andrés Huinchaqueo a la cabeza, decidieron ponerse a trabajar en organizar una peña, que no fue una más de tantas, sino que homenajeara a esta gran maestra de la vida.

Y así fue, la gente respondió con ganas y fue hasta el barrio La Cumbre a emocionarse, agradecer y a aplaudir de pie a la agasajada de la noche, quien recibió muchas flores, regalos y se llevó una montaña de besos y abrazos.

En lo artístico, se sumaron al festejo los pequeños de El Gauchaje, que por primera vez bailaron ante el público. Le siguieron el grupo de danzas andinas Tusuy Songo, Andrés Acuña, Fran Lanfré, Jazmín de Luna, La Simple, El Gauchaje y por supuesto, su ballet: el Tolkeyen, que desde hace algunos años, ya de la mano de Javier Bravo, continúa su destacada labor. 

Hubo mucho baile de los presentes y pañuelos al viento en cada chacarera o escondido que se tocaba. No faltaron el malambo, ni las incontables zambas y hasta se bailó la jota cordobesa.

Pero el plato fuerte de la noche estuvo a cargo del músico santiagueño Daniel “El cuervo” Pajón. Heredero de una pasión por la música y la danza, tanto como por la esencia espiritual del misticismo indígena, Pajón le puso la frutilla del postre a la velada.

Por supuesto, no faltó el momento de las palabras de la homenajeada, quien recibió una plaqueta de reconocimiento. Ella estuvo acompañada por su familia y recibió el afecto de todos sus ex alumnos y de muchísimos vecinos que no quisieron perderse el agasajo, quienes de corazón le dijeron: ¡Gracias Nelly!

Que se repita

La organización de la peña, estuvo a cargo del ballet El Gauchaje, un grupo de incansables bailarines, ex alumnos de Nélida Tezanos, que están haciendo su propio camino en el mundo de la danza. Incluso, inculcándole su legado a los más chicos, dando clases y trasladando la tradición folklórica a las nuevas generaciones.

Al respecto, Andrés Huinchaqueo recalcó que la idea es repetir este tipo de actividades en los años venideros, con el firme objetivo de que los artistas locales del género puedan mostrarse y compartir gratos momentos. Asimismo, agradeció a quienes colaboraron en el éxito del evento, como la senadora nacional Silvina García Larraburu, la legisladora Silvia Paz y el Concejo Municipal, además de las empresas que hicieron su desinteresado aporte.