13/12/2017

Gabriela Fernández Panizza presenta su nuevo libro

- “HERRAMIENTAS PARA ALFABETIZAR EN EL JARDIN DE INFANTES” -  La docente e investigadora presentará su flamante trabajo el viernes desde las 17.30 en un lugar que conoce mucho: el Instituto de Formación Docente Continua de Bariloche. De interés para el ámbito educativo pero en rigor, para todas las familias.

Gabriela Fernández Panizza presenta su nuevo libro
La autora de “Herramientas…”
La autora de “Herramientas…”

Al envidiable ritmo de un libro por año, Gabriela Fernández Panizza lo hizo de nuevo: el viernes presentará “Herramientas para alfabetizar en el Jardín de Infantes”, su más reciente criatura. “Estoy muy contenta, muy satisfecha... Como digo en una de sus páginas, alfabetizar, es decir, enseñar a leer y escribir, es una tarea muy compleja”, según le dijo la docente, investigadora y cada vez más escritora a El Cordillerano. La cita se pactó a las 17.30 en el Instituto de Formación Docente Continua, suerte de su segunda casa.

Explicó la autora que “a veces, en las escuelas nos ofrecen métodos que parecieran simplificar el hecho de que los chicos aprenden. Distintas técnicas que tratan de simplificar esta complejidad y hacen que la alfabetización pierda su profundidad. Desde esta perspectiva, alfabetizar no es solamente enseñar las letras, tiene que ver con una concepción profunda sobre lo que significa leer y poder escribir lo que uno siente o piensa desde chiquito”.

En las páginas de su nueva obra, “planteo una propuesta didáctica integradora, que reúne las distintas ramas de la investigación en relación a la alfabetización, tanto de la lingüística, como de la sociología o las neurociencias. Hay muchas disciplinas que se ocupan de estudiar la alfabetización y es el maestro con sus niños en el aula el que tiene que digerir todo y convertirlo en una propuesta de enseñanza para que los chicos puedan aprender. Este libro está planteado para el Jardín de Infantes para pensar cuáles son las actividades y de qué manera aprende a leer y escribir un niño que tiene entre 3 y 5 años, qué tipo de actividades se pueden ofrecer que no resulten tediosas y que tengan sentido para él”, añadió.

Fernández Panizza concibió el libro que tenía ganas de hacer pero a la vez, a demanda. ”Estoy publicando para Aique hace muchos años y mi editora me preguntó: bueno, ¿sobre qué tenés ganas de escribir ahora? Sobre alfabetización inicial, le respondí... Como estoy escribiendo para mis pares porque yo fui alfabetizadora, sé qué pasa y con qué dificultades se encuentra el maestro cuando está frente a un grupo de nenes. Entonces, por un lado recuperé mi propia experiencia, por el otro volví a leer los textos teóricos que a mí me sirvieron de sustento cuando daba clases y leí nuevos, entonces incluí una reseña acerca de los diferentes métodos que hay y de las diferentes investigaciones que hay hasta el momento. También tomé una propuesta didáctica como base, planteada por una profesora española: María Clemente Linuesa. Ella propone una forma integradora de plantear la enseñanza en cuatro dimensiones”.

Las 4D

En el resto de la charla, la docente retirada repasó esas cuatro dimensiones. “Una es la funcional… Si yo quiero que un chico aprenda a leer y escribir, le tiene que interesar, tiene que saber para qué le va a servir. En una casa donde se lee y escribe mucho, es más fácil. En una donde no se lee o no se escribe tanto, es más difícil porque no tiene ese modelo, el de alguien que está mirando un libro, pasando las hojas, a veces riendo o a veces llorando y haciendo algún comentario. Tiene que haber un adulto que se siente y le muestre que hay libros que sirven para leer por placer, otros que sirven para aprender, otros para seguir instrucciones como para hacer una torta… Las funciones de la lectura y la escritura en esta sociedad son múltiples, entonces vale la pena llevarlas al aula y explorarlas para que tengan significado para los chicos”, enseñó.

La siguiente en la enumeración “es la comprensión lectora. ¿Cómo hago para comprender un texto? Hay actividades para realizar antes de leer que ayudan a comprender lo que va a leer el nene: conversar sobre el contexto, sobre el género del libro, sobre todo lo que permita darle un sentido a la actividad de lectura que va a venir. Hay actividades para hacer durante la lectura, por ejemplo: parar cuando hay una palabra que no sabemos muy bien qué quiere decir, buscarla en el diccionario, volver a leer la frase a ver si entendemos… Incorporar el hábito de que cuando uno comprende, se puede volver para atrás. Y hay actividades para después de leer: ver de qué se trató, si todos comprendimos lo mismo… Esto es importante porque no hay una sola forma de comprender un texto, cada lector realiza una comprensión diferente de acuerdo a sus intereses, a su propio contexto, a sus saberes previos, a su cultura… Lo interesante es generar una conversación, no comprender lo que la maestra quería que comprendiéramos, como cuando íbamos a la escuela”, recordó Fernández Panizza. Interés entonces, que va más allá de los aspectos meramente técnicos.

El lenguaje como representación

La tercera de las dimensiones que Gabriela Fernández Panizza aborda en su libro “a mí me encanta: es la representacional”, sostuvo. Consiste en apreciar “de qué manera el lenguaje escrito es una representación de algo. En principio, de lo que hablamos... Cada una de las palabras remite a la vez a un objeto o situación concreta, entonces es un lenguaje simbólico de segundo orden, sumamente abstracto. ¿Cómo trabajamos esto con los niños? Ellos entran al mundo de lo simbólico a través del dibujo, por el lado del juego simbólico y por la oralidad. Entonces, qué conexiones podemos hacer a partir de los dibujos de los chicos, de los juegos a la casita, al supermercado… El sólo hecho de que los chicos jueguen simbólicamente y digan: ¿dale que yo era? Esa ya es una forma de estar trabajando la alfabetización porque en el juego los chicos usan un lenguaje en el que contextualizan la acción, formato previo a la lengua escrita”.

En ese marco, “el hecho de que jueguen y mucho es algo que prepara para la escritura. También es muy linda la relación entre el dibujo y la escritura. En un momento aparece el garabato escritural, que representa a la escritura. Esas formas de escritura son sumamente válidas, gracias a ellas los chicos después van a poder escribir más adelante. Entonces, hay que fomentar: ir del juego a la escritura y de la escritura al juego, del dibujo a la escritura y de la escritura al dibujo, pasando por la lectura de imágenes”, sugirió la autora de “Herramientas…”

Finalmente, el texto aborda “la dimensión del aprendizaje del código porque para leer y escribir, necesitamos saber que existen las letras, que se dibujan de tal manera. En el Nivel Inicial trabajamos con la conciencia lingüística, que consiste en primero identificar palabras, porque cuando hablamos lo hacemos de corrido. Un niño no alfabetizado no sabe que lo que estamos diciendo está formado por palabras. Se identifican con juegos, con canciones, con poesías. Este capítulo es muy divertido”, avisó la autora.

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