08/12/2017

Alejandro Fatur transita “Detrás de una estrella”

- NUEVO CD DEL MULTIINSTRUMENTISTA -  Se trata de la decimoquinta edición de su trayectoria, en la que retorna a su faceta estrictamente solista. Su propuesta sigue reconocible pero incluye varias incorporaciones tecnológicas que permiten nuevas posibilidades.

Alejandro Fatur transita “Detrás de una estrella”
Fatur con el EWI.
Fatur con el EWI.

“Detrás de una estrella” es el flamante disco solista de Alejandro Fatur, el decimoquinto de su trayectoria. Si bien su música resultará inconfundible, la obra incluye varios elementos novedosos, como la incorporación de nuevas tecnologías que posibilitaron que tanto como compositor o intérprete, expandiera posibilidades. No tiene prevista presentación inminente pero el CD ya está disponible en formato tradicional y también a través de una aplicación, creación del propio Fatur.

“Este disco es solista, con obras mías. El último había sido hace 10 años, que había dedicado a María Elena Walsh”, recordó el cada vez más multiinstrumentista. “Habíamos seguidos con trabajos con La Fragua y otras cosas, así que es una vuelta a mostrar mis cosas”. Y cuando el vecino del barrio Belgrano dice solista, hay que tomarlo casi al pie de la letra: “en un par de temas hay músicos amigos invitados, Fran Lanfré y Gabriel Ríos, pero en general, toco yo todos los instrumentos, como en mis primeros discos”, recordó.

La lista de temas se compone con “seis obras que habían salido hace un par de año en el disco que salió en Alemania y se completa con otras”. En las 12 composiciones, su creador se vale de “montones de instrumentos… Los que uso siempre y hace unos años estoy estudiando piano, así que lo sumé y también los virtuales que se disparan a través del piano. Otro instrumento raro es el EWI (instrumento de viento eléctrico, por sus siglas en inglés), un controlador MIDI que responde a la sensibilidad del soplido, del vibrato y entonces, uno puede disparar oboes, clarinetes o corno inglés”.

A pesar del despliegue tecnológico, no hay que esperar rupturas considerables porque “a los instrumentos de viento que habitualmente hago, que son siku, quena o flauta, se le suman instrumentos de viento virtuales. Para mí como músico, es un placer poder soplar y que suene un timbre completamente distinto y que nunca hubiera podido tocar. Por ejemplo, ni siquiera sé si hay algún corno inglés en Bariloche. Eso abre un abanico de sonidos nuevos que a mí siempre me apasionó”, señaló Fatur.

”Detrás de una estrella” es un recodo en el camino porque “en los últimos años me dediqué mucho a componer, eso quiere decir poner la cabeza en función de componer… Fue una experiencia muy linda que había dejado de hacer, porque el trabajo en La Fragua era de arreglos. Había creatividad pero desde otro lado. Entonces intensifiqué eso de ir por la calle y llevar un grabadorcito, que ahora es el celular: se me ocurre una melodía y la voy desarrollando en la calle, caminando. Voy en el auto y mientras no choque (risas), voy imaginando una idea y me llevo grabado el germen de la idea. Eso me hizo intensificar el oficio de compositor”, confió.

La melodía perfecta

Pero además, “sigo tomando clases con José Luis Tubert, que es mi antiguo maestro. Yo siempre tenía la idea de que atrás de una composición había una cuestión de intuición, que surgía o no surgía y ahí quedaba… Al no escribir letras, al hacer música instrumental, yo decía: bueno, ¿cómo es la melodía perfecta? ¿Es cuestión de una varita mágica o hay algo que uno pueda investigar y desarrollar? Durante muchos años, para mí era: sale o no sale… Pero hace unos seis años me puse a estudiar otras melodías y a desarrollar, analizar lo que había hecho y volver atrás: cambiar una nota u otra cosa… Eso hizo que por lo menos, yo me sienta más maduro en la composición y me apasione”, confió Fatur.

Dos facetas entonces, que están presentes en su vida musical. “En mi persona se mezcla un poquito lo tecnológico con lo artístico. Yo estudié Física y al tener el estudio (de grabación), siempre estoy aprendiendo a usar las cosas nuevas. Esa mezcla es mi vocación y me gusta, y hace que me pueda meter en terrenos un poco complicados. De hecho, a los instrumentos nuevos hay que estudiarlos y para sacarles buen provecho, hay que entender cómo funciona la tecnología. Y a eso, después hay que hacerlo volar y que no interfiera. Entonces, a algunas de esas cosas las tomo como un desafío, porque no es que comprás el instrumento y listo, ya lo tenés. Hay muchas cuestiones que en estos instrumentos, las controlo con el pie, a través de un pedal que hay que programar”, explicó el músico, para ilustrar algunos de los alcances del reto. El resto, es pura música.

Un cuadro sonoro

El título del nuevo CD de Alejandro Fatur denota una suerte de peregrinar: “Detrás de una estrella”. Ocurre que “en todos los títulos de mis discos solistas está la misma semilla: ir buscando ciertos sueños… Este asunto de perseguir la melodía perfecta, lograr una que tenga magia, algo especial y distinto a otras… En definitiva, es como ir detrás de esos sueños imposibles. Los anteriores se llamaron Un sueño encendido, Una puerta al infinito… Creo que en definitiva, lo que hago con este desafío personal con la música, de lograr una melodía cada vez más perfecta, es una búsqueda del infinito, de la perfección que uno busca y con la que también tropieza por lo que somos”.

La pregunta caía de madura: ¿se acercó Fatur a la ansiada melodía? ”Un poquito más, en algunos casos (sonríe). Creo que es como la zanahoria que se va corriendo… En mi caso, lo cuento en el prefacio del disco, toda mi vida ha sido estar detrás, de una melodía y de una grabación... Le dedico muchas horas a que el sonidito vaya en su lugar, con la intensidad que tiene, con el color… Borrar porque no me gustó, probar con otro. En definitiva, como me dijeron alguna vez, voy pintando un cuadro en la misma grabación. La grabación ya es para mí un cuadro, entonces pienso que acá va una pincelada, acá va otra… Me alejo y la veo mejor. Es como un cuadro sonoro”, definió.

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