06/12/2017

Flamantes ganadores de concurso literario viajaron a Córdoba a recibir el premio

- ALUMNOS DE TERCER GRADO DE LA ESCUELA CAILEN, DEL BARRIO EL VIVERO - Alumnos de tercer grado de la escuela Cailén del barrio El Vivero participaron del Noveno Concurso Nacional de Relatos, Historietas y Cuentos Cortos denominado “Contemos la ciencia”.

Flamantes ganadores de concurso literario viajaron a Córdoba a recibir el premio
Un viaje inesperado.
Un viaje inesperado.

Por Susana Alegría
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Grande fue la sorpresa al enterarse que habían quedado segundos a nivel nacional, pero mucho mayor fue el haber podido viajar hasta Córdoba para recibirlo personalmente.

El logro se pudo conseguir gracias al esfuerzo de personal directivo, docente, padres y amigos que apoyan incondicionalmente a la escuela.

Los alumnos de la maestra Maribel, basados en la temática “El satélite”, ocuparon el segundo lugar en la categoría Naranja del concurso de la Universidad Nacional de Ciencias de Córdoba.

El cuento, cuyo título es “Problemas en el espacio”, fue escrito por Miguel Luciano Samir Barriga, Blas Gabriel Correa, Antonio Ezequiel Guzmán, Lautaro Nieves, Lautaro Daniel Torres, Abril Amancay Calfuquir, Anahí Mabel Cona, Daira Eluney Huenchul, Candela Belén Mayorga, Saira Solange Miranda Monje, Jaqueline Solange Ortega, Morena Toledo Santana, y Josefina Nara Villalobos.

El Cordillerano compartió el último día de clases con los niños escritores y con su maestra, Maribel Meliñanco, la que orgullosa dijo “desde la Dirección se planteó el concurso, era optativo y decidí plantearles la propuesta a los chicos, que enseguida dijeron que sí”.
Josefina admitió que no le gustaba mucho escribir, pero se sumó al trabajo y está muy feliz. A todos les encanta la idea de salir al espacio y compartiendo ideas llegaron, según ellos, a conclusiones muy rebuscadas.

A Córdoba

Uno solo de los niños había realizado un viaje de larga distancia por lo que la vivencia quedará grabada para siempre en sus vidas. El compartir tantas horas tan solo con la maestra y dos padres, alejarse por primera vez de sus familias, mascotas, amigos y del barrio los llenó de emociones encontradas. “No sabía que se podía pasar por varias provincias en un solo día”, dijo uno de ellos, asombrado de comprobar en la práctica lo que hasta ahora solo habían visto en geografía. “La Pampa es muy muy larga, no se terminaba más”, contó casi a los gritos uno de los compañeros.

 

“En la Academia vimos un cerebro en un frasco” relataron a dúo mientras hacían gestos de asombro.

No tuvieron mucho tiempo para recorrer, apenas llegados fueron hasta el Salón de Actos de la Academia Nacional de Ciencias en avenida Vélez Sarsfield 229 de la ciudad de Córdoba, pasaron la noche en una escuela que consiguieron por gestiones de personal del Colegio Don Bosco de nuestra ciudad y al otro día, emprendieron el regreso.

Maribel dijo que el tema de los satélites es complicado para los niños de esa edad, habían intentado ir a visitar ese sector de INVAP pero no estaba permitido porque no pueden recibir a los tan pequeños, pero gracias al premio recibido, les abrirán las puertas para conocer un satélite real, tan real como el de su cuento.

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Organizaron el viaje en pocas horas

En el momento que la Comisión Directiva de la Asociación Aldea Infantil Bariloche se enteró del resultado del concurso, estaban en reunión. Silvia Debita contó: “fue un lunes a la noche, no sabíamos qué hacer. Primero porque estábamos muy felices, pero queríamos que estuvieran en Córdoba para recibir el premio personalmente”.

“Que de 227 escuelas, salieran segundos, se merecían viajar, pero no contábamos con los medios para hacerlo”, agregó. Amalia, integrante de la nueva comisión, realizó un llamado telefónico y en el momento consiguieron los pasajes, antes de que terminara la reunión habían encontrado alojamiento y juntado el dinero suficiente para cubrir todos los gastos, incluida la combi que los trasladaría. Muchos corazones se unieron para cumplir con un sueño.

Las madres

Mientras escribían el cuento, fueron pidiendo a sus familias materiales reciclados para armar las piezas que creaban en su imaginación, así nacieron los dibujos que acompañaron el original que se presentó en el concurso. “Cuando me enteré que mi hijo se iba de viaje me largué a llorar, ‘es muy chiquitito para irse sin mí’ pensé, pero confiaba en su maestra y por eso permití que viviera esa experiencia” dijo una de las mujeres. Todos los familiares están muy agradecidos a los directivos y docentes de la escuela porque: “lograron algo que ni nosotros, que ya somos grandes, hemos conseguido” comentó otra madre muy emocionada.

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