29/11/2017

Pena máxima para Carabajal Rosciani por el doble homicidio culposo de Celeste y Rodrigo

- NO PODRA CONDUCIR VEHICULOS POR DIEZ AÑOS -  Los jueces Héctor Leguizamón Pondal, Marcelo Barrutia y Miguel Gaimaro Pozzi, aplicaron el máximo de la escala penal -6 años- previsto para el delito atribuido a Matías Carabajal Rosciani quien, conduciendo ebrio y sin estar habilitado, a exceso de velocidad, en contramano y con un vehículo en deplorables condiciones, embistió a los dos jóvenes que circulaban en moto y les ocasionó la muerte. 

Pena máxima para Carabajal Rosciani por el doble homicidio culposo de Celeste y Rodrigo

Por Mariano Colombo
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La última reforma al Código Penal en la materia, fue incorporada en enero de este año. Establecieron los legisladores nacionales que aquel que provocare la muerte a otra persona a causa de la conducción imprudente, negligente o antirreglamentaria, será sancionado con penas de tres a seis años de prisión, si además el conductor se diere a la fuga o no intentase socorrer a la víctima siempre y cuando no incurriere en la conducta prevista en el artículo 106, o estuviese bajo los efectos de estupefacientes o con un nivel de alcoholemia igual o superior a un gramo por litro de sangre, o estuviese conduciendo en exceso de velocidad de más de treinta kilómetros por encima de la máxima permitida en el lugar del hecho, o si condujese estando inhabilitado para hacerlo por autoridad competente, o violare la señalización del semáforo o las señales de tránsito que indican el sentido de circulación vehicular o cuando se dieren las circunstancias previstas en el artículo 193 bis, o con culpa temeraria, o cuando fueren más de una las víctimas fatales.

Matías Carabajal Rosciani (28), transgredió casi todos los agravantes previstos en la norma, no pudo fugarse porque su auto quedó destrozado a causa del violento impacto que mató al instante a María Celeste Domínguez y Rodrigo Pereyra. Por lo demás, su análisis de alcoholemia arrojó una intoxicación severa; conducía a más de noventa kilómetros por hora en un lugar en el que la máxima es de sesenta; estaba inhabilitado pues poco antes había sido sorprendido en otro control de alcoholemia que le dio positivo y su carnet había sido retenido por el municipio e invadió el carril contrario de circulación en un sector de doble línea amarilla.

Su conducta ciertamente fue temeraria. “Una amenaza social” lo calificó la fiscal Betiana Cendón y añadió “hizo de más e hizo de menos, a Carabajal nada le importó, ni siquiera su propia vida” y resumió “no va a alcanzar el monto de una condena para reparar el daño que hizo a las familias de Celeste y Rodrigo y a su propia familia”.

Los jueces coincidieron con el alegato fiscal y aunque evaluaron a favor del acusado su escasa edad, su situación cultural y el arrepentimiento, la transgresión a todos los agravantes de la norma, los llevó a aplicar el máximo de condena establecido por el Código Penal. “Tiene razón la fiscalía, ha sido una conducta temeraria que ha vuelto inevitable lo evitable”, resumieron los jueces en el dictado de sentencia que se dio en el mismo acto, luego de que las partes acordaran realizar el juicio de imposición de pena en el mismo momento en que se lo declaró culpable.

A Carabajal Rosciani se le atribuyó el hecho acontecido el sábado 9 de septiembre aproximadamente a las 3.25 cuando conducía su vehículo en sentido Oeste - Este. Al llegar al kilómetro 4,256 de la Avenida Bustillo, circulando a 93,49 kilómetros por hora y luego de invadir el carril contrario, colisionó con el ciclomotor que circulaba en sentido Este-Oeste, transportando a Rodrigo Pereyra y Celeste Domínguez y que habían ingresado a la cinta asfáltica apenas 500 metros antes, al salir del bar en el que trabajaban.

El acusado, conducía un automóvil con neumáticos en pobrísimas condiciones, a una velocidad superior a la permitida, atravesando su carril de circulación hacia el contrario en una zona de doble línea amarilla, bajo los efectos de una fuerte intoxicación alcohólica, sin poseer carnet de conducir pues se lo habían retenido en junio por una prueba positiva de alcoholemia, y sin poseer el seguro reglamentario del vehículo.

Durante la jornada había prestado declaración testimonial varios policías del Cuerpo de Seguridad Vial, peritos en accidentología y criminalística, bomberos voluntarios y vecinos. Todos ellos estuvieron en la zona del siniestro poco después de ocurrido el mismo. Además, declaró una compañera de trabajo de los fallecidos.

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No sólo las calles tienen baches: el sistema también

Carlos Catini, director de Tránsito y Transporte Municipal, fue uno de los testigos que declaró ante el tribunal. Su presencia no parecía a priori tan importante, aunque el contenido de su declaración, no dejó de sorprender.

Matías Carabajal Rosciani ya había sido infraccionado por conducir bajo una severa intoxicación alcohólica: el 6 de abril de 2014, el tribunal de Faltas municipal lo condenó a pagar las multas de rigor y lo inhabilitó para conducir: arrojó 0,88 gramos de alcohol por litro de sangre al momento de ser sorprendido al volante de un Renault Clio. Pagó la multa y recuperó su automóvil. El 11 de junio de este mismo año, fue nuevamente sorprendido al volante en estado de ebriedad: el alcoholímetro marcó 1,36 gramos de alcohol por litro de sangre. Nuevamente le quitaron el carnet y el automóvil y le impusieron una multa.

Pero el sistema tiene baches. “Es una debilidad del sistema” dijo Catini ante los jueces al admitir que Carabajal Rosciani no pagó la multa ni recuperó su carnet de conducir, pero pagó el costo del acarreo del vehículo hasta el Playón Municipal y se llevó su Fiat Uno.

Como un arma cargada, meses después volvería a manipularla en la misma condición, para matar. Por ello, al momento del hecho, estaba impedido para conducir.

Un video estremecedor

Los distintos testigos que actuaron en las peritaciones de la causa aportaron fotografías e infografías para ilustrar sobre la mecánica del accidente. El proceso de selección de las imágenes fue bastante cuidadoso a fin de no exhibir en la audiencia el cruel destino de las víctimas. Rodrigo yacía a un costado de la Avenida Bustillo, mientras que María Celeste voló varios metros, pasó por encima de una cerca de madera y a su paso quebró varias ramas de un árbol tupido ubicado en lugar.

Pero el elemento más contundente de todos los exhibidos, fue un breve registro obtenido por la cámara de seguridad de una vivienda ubicada en la zona del siniestro. Captó el paso veloz del automóvil de Carabajal Rosciani, totalmente en contramano y lo alcanzó a registrar hasta unos pocos metros antes del siniestro.

“La paz del alma hay que buscarla en otro lado”

Hugo Pereyra, papá de Rodrigo, habló con la prensa al conocerse la sentencia y manifestó que en los días previos había elaborado una carta con la intención de leerla durante el juicio, aunque los tiempos del procedimiento no dieron para ello.

Ante los micrófonos, repasó el contenido de la misma y enfatizó “Sí, hoy hay un responsable por la muerte de los chicos, pero creo que cada uno desde su lugar somos corresponsables, y desde el lugar que nos toque creo que podemos hacer mucho” y remarcó la necesidad de profundizar los mecanismos para evitar la repetición de episodios trágicos: “Alguien posiblemente si supiera que no estaba en condiciones de conducir en ese momento, podría haberlo denunciado, informado y así evitar esto. Que se hagan las mejoras necesarias para que haya mejor tránsito, mayor seguridad”.

Pidió a los jueces para que trabajen con los legisladores “en cómo mejorar las penas o lo que sea necesario para minimizar este tipo de causas” y subrayó: “Yo soy un hombre de fe, en realidad en lo personal seis años, dos o doscientos, la paz del alma no se busca por ahí, hay que buscarla por otros lados”.

Y cerró su alocución: “Este muchacho, Dios quiera, el día de mañana ordena su vida, forma una familia, tiene hijos ¿Saldría a manejar con su familia alcoholizado, o recién ahí tomaría conciencia de su responsabilidad?”.

“Nunca tuvo la dignidad de mirarnos a nosotros”

El hermano de Celeste, por su parte, enfatizó que “Semejante daño no lo va a corregir nada, nos da cierta tranquilidad de que marcamos cierto ícono de lo que es la Justicia en Bariloche. Seis años no devuelven una vida, no devuelven dos, mil años tampoco, pero dan una tranquilidad, saber que Matías va a cumplir lo que tiene que cumplir por el error que cometió”.

En relación al arrepentimiento que manifestó Carabajal Rosciani indicó “Se le aceptó el arrepentimiento, se le aceptó la disculpa. Pero ni a mi familia ni a la de Rodrigo nos pidió disculpas, siempre miró a los jueces, les pidió disculpas a los jueces. Nunca tuvo la dignidad, la cara o la valentía de mirarnos a nosotros y decir perdonen por lo que hice”.

 

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