14/11/2017

Nani Franzgrote indaga en “Lo que murmura en el monte”

- OBTUVO UNA BECA A LA CREACION DEL FNA -  El proyecto reunirá cerámica, orfebrería y una modalidad muy llamativa de fotografía experimental. La idea de la artista es que su trabajo redunde en una exposición. Tiene un año para desarrollar sus planes.

Nani Franzgrote indaga en “Lo que murmura en el monte”
La artista en su visita a El Cordillerano.
La artista en su visita a El Cordillerano.

”Lo que murmura en el monte”… Ese es el título que Nani Franzgrote eligió para denominar al proyecto con que obtuvo una de las Becas a la Creación del Fondo Nacional de las Artes. La iniciativa reúne tres lenguajes distintos: cerámica, orfebrería y fotografía documental, tres disciplinas en las que incursiona la artista. Si bien aún es prematuro, su idea es que el trabajo se canalice en una muestra en la que puedan dialogar los tres ámbitos creativos.

En la redacción de El Cordillerano, la flamante becaria describió su particular iniciativa. “Presenté un proyecto de artes visuales al que llamé Lo que murmura en el monte. Se divide en tres partes: piezas cerámicas, piezas pequeñas hechas en metal y fotografías experimentales”, sintetizó Franzgrote. “A las cerámicas las vengo trabajando hace un tiempo en el taller de Caro López, ella trabaja con cerámica gres. Son piezas pequeñas de gres esmaltadas en negro que hacen alusión al sotobosque y a los elementos que uno encuentra en la naturaleza”, describió.

En tanto, “en la parte de orfebrería o metal también van a ser piezas muy parecidas y la parte de la fotografía habrá antotipias. La antotipia es una técnica fotográfica muy antigua y experimental: se emulsionan papeles de acuarela, aunque puede ser con cualquier tipo de papel. En este caso, se emulsionan con jugos de frambuesa, jugos de moras, michay… La idea es esa: emulsionar con frutos de la zona y poder exponerlas al Sol de la estepa o el bosque para que quede una imagen plasmada en ese papel. Esta es una parte más experimental, que juega con lo efímero porque queda una imagen que es muy efímera, al no tener después un tratamiento de fijado en el papel. Entonces, no sabríamos cuánto puede durar esa imagen en ese papel. Esta es la parte técnica”, redondeó.

En términos conceptuales, “el título alude a las sensaciones que a mí me provoca ir al medio del bosque o al medio del monte: encontrarme frente a la naturaleza abismal, gigante y también efímera… Los materiales que elijo para mí tienen que ver con esto de transmutar: son elementos muy vinculados a la alquimia, a la magia. Por ejemplo, de ser barro se convierte en cerámica y se vitrifica, cambia su estado… El metal también: la técnica que voy a utilizar es el fundido así que pasará por el fuego, se derretirá y convertirá en una pequeña pieza. Trabajo constantemente con la idea de transmutar los materiales. Es lo que a mí me provoca la naturaleza”, realzó Franzgrote.

Desde los bordados

La última vez que El Cordillerano había dialogado con la artista, fue en ocasión de unos bordados que expuso en Farrarons Fenoglio Arte Contemporáneo. Como puede advertirse, amplios abanicos… “Siempre me pasa cuando me preguntan qué hago cuando hago arte… Me resulta difícil definirlo porque en realidad no dibujo ni pinto, hago un poco de todo. Soy muy curiosa en cuanto a las técnicas y los oficios. En Buenos Aires estudié Joyería Contemporánea cuando viví allá y estudiaba Bellas Artes. También estudié Cerámica y Fotografía en una escuela… Siempre fui muy curiosa en cuanto a cómo se hacen las cosas. Antes trabajaba con el bordado, por eso es difícil definir lo que hago porque no soy ni pintora ni dibujante. Va mutando según mis intereses y según lo que yo quiera explorar en términos de lenguaje visual en ese momento. Así que son técnicas que siempre exploré de alguna manera”, dijo en relación a la cerámica, la orfebrería y la fotografía.

Para el final del trayecto que recién se inicia, “son obras que hablan de lo mismo y que dialogan entre sí, entonces más bien imagino una exposición en la que estos trabajos puedan vincularse. Todavía no sé pero las cerámicas podrían aparecer sobre el papel… Es algo que está en proceso, eso es lo que busca el Fondo Nacional de las Artes cuando promueve estos proyectos: que no sea algo cerrado y finalizado sino que uno pueda transitar y ellos puedan ayudar en el desarrollo. Así que todavía no sé exactamente cómo va a terminar”. Como los murmullos del bosque…

Feliz incredulidad

Cuando Nani Franzgrote describió su idea al FNA lo hizo “básicamente, de manera muy similar a lo que conté recién. Lo que murmura en el monte son unas piezas que básicamente indagan sobre las sensaciones que tienen lugar al encontrarse con lo enorme y lo inconmensurable de la naturaleza, en vinculación con la transmutación de los materiales, la magia y la alquimia. De la vida misma, de la vida y la muerte, de las vanitas… Cuando uno presenta un proyecto hay que justificar tanto los materiales como lo que uno va a hacer, en qué va a utilizar los fondos y qué te mueve, así que tuve que escribir un texto y eso es interesante, porque te ayuda a darle forma a las ideas que cuando están sólo dentro de nuestras cabezas, por ahí están un poco confusas”, advirtió.

Para finalizar el trabajo “el plazo es de un año y no sé mucho más. Todavía estamos comunicándonos pero nada muy específico, sólo lo administrativo. Espero que más adelante cambie un poco la dinámica...”, apuntó la artista. “Yo soy de las que nunca se anima a mandar nada… Siempre le digo a todo el mundo: mandá, mandá y yo nunca mando porque pienso que mi material es pobre o está en proceso y no está finalizado. El año pasado, Lorraine Green salió seleccionada y ella me insistió en que me anime. Me animé y por suerte, quedé, así que estoy contenta”, señaló. ”Cuando me enteré, me avisó un amigo. Yo no lo podía creer, todavía no termino de creer que me la vayan a dar a mí (risas)”.

Desde que finalizó el proyecto de la galería Bosque Neón que compartió con Daniela Gineste, “soy madre, así que me dedico el 90 por ciento de mi tiempo a mi niño”, sostuvo la artista. “Tengo el estudio de artes visuales donde doy clases hace siete años, desde que volví a Bariloche. Y estoy tratando siempre de producir obra, de estar en contacto con amigos artistas y mover un poco aunque sea en lugares no formales. Generando redes y buscando que pasen cosas en Bariloche”, argumentó Franzgrote, que suele cumplir con esos objetivos.

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