09/11/2017

Emilio Kropff: “Crecí andando en bicicleta en el Centro Atómico y con osciloscopios en casa”

- RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL - El barilochense doctor en neurociencia cognitiva será galardonado por el Centro Internacional de Física Teórica Abdus Salam por sus aportes en el área de la neurobiología. El reconocimiento es por las contribuciones a entender cómo funciona la parte del cerebro que ayuda a orientarnos. Destacó el valor de la intuición en la ciencia. Sus desafíos.

Emilio Kropff: “Crecí andando en bicicleta en el Centro Atómico y con osciloscopios en casa”
Emilio Kropff recibirá el galardón en el verano europeo.
Emilio Kropff recibirá el galardón en el verano europeo.

Por Daniel Pardo
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Se fue de Bariloche cuando tenía 18 años para estudiar física en la Universidad de Buenos Aires, y en la pintura aún nítida de su infancia surgen incontables horas arriba de la bicicleta en el predio del Centro Atómico. La ciencia fue algo natural en su casa de padres físicos. Para Emilio Kropff, los muebles de la casa eran las sillas, las mesas y los osciloscopios (aparato que sirve para registrar oscilaciones de ondas). Hace poco tiempo cumplió 40 años y recibió la noticia de que será galardonado por el Centro Internacional de Física Teórica -ICTP- Abdus Salam por sus aportes en el área de la neurobiología.

Emilio, además de barilochense, es licenciado en física y doctor en neurociencia cognitiva. El reconocimiento llegó por el aporte de sus investigaciones en el área de la neurobiología. Según Kropff, el galardón se explica por “las contribuciones a entender cómo funciona la parte del cerebro que nos ayuda a orientarnos y a llegar todos los días a donde tenemos que llegar”. Este trabajo permitió elaborar mejores diagnósticos en los que padecen Alzheimer. “Es una enfermedad complejísima y estamos lejos aún de una solución”, aclaró Emilio, investigador adjunto del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA, CONICET- Instituto Leloir).

En cada palabra resulta evidente cómo Emilio disfruta del apasionante universo que se esconde detrás del cerebro, aunque aclara que se sabe muy poco sobre el tema. Dijo que “se habla del cerebro en los medios como si fuera un órgano más, y no lo es. Quizá nunca lleguemos a entenderlo con las herramientas que tenemos hoy, hay que pensar en otras”. Y aprovechó para resaltar el valor de la intuición en las investigaciones de la ciencia.

El investigador del CONICET está enfocado ahora en la neurogénesis, otro campo apasionante. Explicó que sabemos que las neuronas no se reproducen, se van muriendo. Eso sucede en casi todo el cerebro, salvo algunas excepciones, aclaró. “Y esas excepciones son muy interesantes”, porque el desafío es comprender por qué en algunas partes sí, y en otras no; por qué en algunas partes del cerebro hace falta que haya nuevas neuronas. “Si pudiéramos entender el mecanismo, podríamos desarrollar terapias y agregar nuevas neuronas a pacientes”, dijo, aunque aclaró que aún estamos muy lejos de esa posibilidad. Para Kropff hay que dar pequeños pasos y marcar el camino.

La experiencia Moser

“Fue un orgullo trabajar con ellos”, reconoció Emilio Kropff cuando se refirió a la experiencia junto a la pareja de científicos noruegos May-Britt y Edvard Moser, entre 2008 y 2011. En 2014 los Moser fueron galardonados con el premio Nobel en Fisiología y Medicina 2014 otorgado “a los descubridores de neuronas que constituyen un sistema de posicionamiento en el cerebro”. Para el joven barilochense fue una “inmensa alegría”.

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