05/11/2017

Baco Compañía Teatral siempre está en construcción

- GANÓ LA 28° FIESTA PROVINCIAL DEL TEATRO - Sorprenderá saber que el elenco que dirigen Paula Tabachnik y Lihué Vizcaíno afrontó el compromiso de Río Colorado con cambios sobre la marcha en “Hamlet: herencia de la carne”. Para ellas, hasta las funciones son “espacios de experimentación”.

Baco Compañía Teatral siempre está en construcción
El equipo de Baco que recibió el premio. Paula Tabachnik, Michay Fernández Quintero, Emilia Linardi, Emanuel Gallardo, Jorgelina Paravano y Manuel Gutiérrez Arana.
El equipo de Baco que recibió el premio. Paula Tabachnik, Michay Fernández Quintero, Emilia Linardi, Emanuel Gallardo, Jorgelina Paravano y Manuel Gutiérrez Arana.

Por Adrian Moyano
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La 28° Fiesta Provincial del Teatro dejó el más dulce de los sabores para Baco Compañía Teatral, al decidir los jurados que “Hamlet: herencia de la carne” fuera la obra ganadora. El galardón implica que el trabajo que dirige Paula Tabachnik sea el que vaya a representar a Río Negro en la Fiesta Nacional, en mayo próximo. Para celebrar, la compañía se presentará el próximo fin de semana en dos ocasiones, en la sala de la Biblioteca Sarmiento.

Trazaron el balance con El Cordillerano las dos directoras que coordinan el numeroso elenco: la propia Tabachnik y Lihué Vizcaíno quien, en escena, hace las veces de Ofelia. “Yo estoy emocionada y muy feliz”, compartió la primera. “Yo también porque confirma el camino del trabajo, de la constancia, de la actividad autogestiva y de grupo. Me parece que es un reconocimiento a todo eso”, subrayó la segunda.

Abundó la –en este caso- actriz que “en Río Colorado, la obra gustó mucho a los colegas y creo que gusta porque es un verdadero hecho estético. Eso es producto de mucho tiempo de trabajo nuestro puertas adentro. Eso es lo que más me alegra y poder compartir eso con los colegas del país dentro de poco me genera mucho entusiasmo y motivación, aunque no sé si voy a ir yo (risas)”. Vizcaíno irá a ser madre en cercanías del certamen nacional.

El reconocimiento “me deja como muy cebada, pensando en muchas cosas porque, con esta obra en particular, ya llegar al estreno fue un desafío”, señaló Tabachnik. “La primera (Crónicas de una caricia: apretar disimulando el silencio) también tuvo sus desafíos pero Hamlet es una obra clásica y siempre encarar un clásico es un desafío. Fue casi sin descanso porque tuvimos muchísimas conversaciones con Lihué sobre qué y cómo hacer para organizar eso en la escena y de una manera poética”, compartió.

La breve pero intensa historia de la obra dice que “estrenamos y, a partir de ahí, creo que todas las funciones fueron distintas porque siempre había algo que quería cambiar, algo no me cerraba o no me convencía. Al comienzo, mi mirada de directora estaba un poco más abierta, más extendida pero necesitaba que estuviera más intensa. Después de las funciones, yo estaba muy inquieta, principalmente, con las últimas escenas. Hicimos una en la Primavera Teatral y me quedé pensando un montón porque honestamente, no estuvo buena”, admitió.

Espacio chico y humo feo

En esa oportunidad, “era un espacio más chico… Hay que imaginarse que son siete actores en escena, con escenografía y mucho despliegue. El escenario quedó chico y el humo, feo. Entonces, dije: no, me tengo que poner a trabajar para ver cómo… Ahí empecé a hilvanar, por ejemplo, el texto de Ser o no ser con el de (Heiner) Müller, y los chicos se pusieron a trabajar tres días antes de ir al Provincial”, señaló Tabachnik.

Para la directora, “el objetivo es que la obra crezca, que eche raíces, no importa tanto la competencia. Una obra puede estar bien aceitadita pero no llegar a ser lo que uno quiere que sea. El objetivo de nuestro grupo es profundizar y que la obra esté en un nivel más sugestivo. Esa sensación no estaba previamente, así que trabajamos bastante en esos ajustes que fui pidiendo y, realmente, la función del Provincial estuvo increíble”.

En Río Colorado, ayudaron “primero el espacio, que es algo que nos falta en Bariloche: un espacio más amplio, abierto y ancho, en donde ellos (actores y actrices) se puedan desplegar, ver las transiciones, donde una escena invite a la otra... Después, hubo muchos técnicos en la Fiesta y todos en pos de que fuera al mejor nivel. Eso ayuda, porque no es solamente la técnica que trabaja con nosotros. Entonces, fueron muchas cosas que colaboraron para que la obra estuviera de la mejor manera, en la función número 6”.

A esta altura de la conversación, las teatreras dialogaron entre sí, y El Cordillerano se limitó a atestiguar. “Trabajaste para lograr como directora la atmósfera que querías lograr”, le dijo Vizcaíno a Tabachnik. “Función a función nosotros teníamos devoluciones muy amenas, interesantes y movilizadoras de los espectadores, lo que está buenísimo… Pero Paula, como directora, quería ver un lenguaje estético y poético, una atmósfera que todavía no se construía. Entonces, desde que estrenamos hasta la sexta función que fue la del Provincial, en todas se cambiaba algo”. Los resultados están a la vista.

Investigación y experimentación

Para que se dé esa maleabilidad a la que se refiere la directora Paula Tabachnik, “el grupo tiene que estar muy despierto, muy dinámico y activo para aceptar y asumir esos cambios. Fue en la función del Provincial que, como actores, probamos por primera vez esos cambios. Fueron los que hicieron que la obra anclara en la atmósfera que quería Paula y que ahora hay que hacer crecer con las sucesivas funciones. Tiene que ver con el carácter de investigación y experimental que tiene el grupo, que investiga sobre los lenguajes y poéticas teatrales en convivencia con la cartografía en la que está inmerso”, confió Lihué “Ofelia” Vizcaíno.

Precisamente, Baco Compañía Teatral habla desde “Bariloche y la Patagonia. En el medio, pasó lo de Santiago Maldonado y se incluyó de manera sugestiva y poética en el material. Nosotros tenemos que estar preparados para que las funciones también sean espacios de investigación. Es una característica de Baco”, resaltó Vizcaíno. ”Justamente, cuando me acerqué a preguntar después de que nos dieran la grata noticia”, una de las jurados explicó que la terna reparó en esa situación localizada, sumó su compañera.

En efecto, “Cristina Moreira, aparte del trabajo de los intérpretes y de las bufonas, que a todo el mundo les encanta, resaltaba algunas decisiones escénicas y estéticas que en realidad son trágicas, por ejemplo, cómo se usaba el cuchillo durante la obra. Les interesó muchísimo cómo insertamos lo cartográfico, lo local, (la muerte de Carlos) Soria, poéticamente en una obra shakesperiana. Me dijeron que quedaron muy fascinados con ese cruce”, confió Tabachnik. Fascinación que se hizo reconocimiento.

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