10/10/2017

Violento incidente durante un juicio abreviado

- UN DETENIDO Y UN CUSTODIO RESULTARON HERIDOS -  Una audiencia de juicio abreviado que se presentaba como un caso menor, terminó abruptamente tras el comportamiento pendenciero que adoptó Sandro Fabián Bonnefoi, de 20 años de edad. Aceptó su culpa por balear a un hombre con un arma tumbera pero no quiso esperar la resolución del tribunal y agredió a un agente del Servicio Penitenciario. En el forcejeo y entre golpes, el detenido también sufrió heridas.

Violento incidente durante un juicio abreviado
La división Criminalística realizó trabajos de recolección de pruebas de los incidentes producidos en la sala 5.
La división Criminalística realizó trabajos de recolección de pruebas de los incidentes producidos en la sala 5.

El tribunal de la Cámara Criminal Segunda, integrado por Héctor Leguizamón Pondal, Gregor Joos y Rubén Marigo, no pudo dictar sentencia y homologar el acuerdo de juicio abreviado alcanzado entre las partes, luego de dictar un cuarto intermedio para deliberar. Cuando los jueces se retiraron de la sala, Bonnefoi no quiso esperar la resolución, y le pidió a los agentes del Servicio Penitenciario que lo trasladen al Penal 3 en el que se encuentra detenido. Mientras intentaban convencerlo, se produjo un intercambio verbal que acabó con un violento cabezazo por parte del detenido a uno de los agentes.

El golpe hirió al uniformado en el tabique nasal y provocó la fractura de una pieza dentaria. Se produjo entonces un intenso forcejeo entre el detenido y los dos custodios que lo habían trasladado hasta la sala de audiencias en la que se desarrollaba el juicio abreviado.

Aun con las esposas colocadas, los agentes penitenciarios debieron esforzarse al máximo para reducirlo, cayendo los tres involucrados al piso, repitiéndose los golpes y forcejeos.

El saldo evidente del incidente fue la pérdida de una pieza dentaria por parte de Bonnefoi, que quedó en el piso de la sala de audiencias y una aparente fractura del tabique nasal por parte de uno de los uniformados, además de una pieza dentaria rota y de un notorio estado de nerviosismo y alteración en los presentes en la sala. La consecuencia directa fue la suspensión del dictado de sentencia, hasta tanto Bonnefoi esté en condiciones de presentarse ante el tribunal y firmar la confesión que había manifestado verbalmente ante los jueces.

En el lugar, se originó un trámite judicial de oficio dándose paso a la intervención de la fiscalía en turno y al Gabinete de Criminalística para que desarrolle las prácticas de rigor en la sala de audiencias, cuyo piso quedó con abundantes marcas de sangre y un diente solitario.

Previo al desenlace violento, Bonnefoi había increpado al denunciante y víctima del hecho investigado diciéndole: “Decí la verdad chilote, dejate de mentir”. Bonnefoi no acató la orden del presidente del tribunal de guardar silencio y ello motivó que el magistrado levante la voz. Bonnefoi respondió “Usted no me grite que no es nadie para venir a gritarme”. Con paciencia el juez le explicó que si no respetaba el orden en la sala ordenaría su expulsión de la misma y finalmente el acusado volvió a una aparente calma, aunque lucía seriamente contrariado. Más tarde, cuando los agentes penitenciarios intentaban convencerlo de esperar en la sala el regreso de los jueces para el dictado de la sentencia, la defensora oficial Romina Martini le pidió que se calme e idéntica posición adoptó el fiscal jefe Eduardo Fernández. “Usted no me hable”, respondió distante apenas segundos antes de que comiencen los forcejeos.

Previo a todo, Sandro Fabián Bonnefoi (20) y Leandro Curaqueo (21), habían admitido su responsabilidad por un hecho ocurrido el 5 de agosto de 2014 en una vivienda de la calle Fagnano al 600. En esa ocasión se presentaron en el domicilio de Ricardo Soto Fuentes y comenzaron a lanzar piedras para instantes después, efectuar un disparo con un arma de fabricación casera que impactó en el abdomen de la víctima, ocasionándole lesiones de carácter grave.

Como parte del acuerdo, ambos serían condenados a la pena de un año y cuatro meses de prisión, imponiéndose una restricción de acercamiento hacia la víctima y además, la obligación para Curaqueo de reparar los daños ocasionados a la puerta de la vivienda. Sin embargo a partir de los graves incidentes, la finalización de la audiencia quedó trunca y podría tener otra solución para Bonnefoi, si no acepta firmar la sentencia.

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