06/07/2017

Sabor Latino festejará su octavo cumpleaños

- EL SABADO AUNQUE NIEVE -  La banda que continúa la tradición inaugurada por Los tamales de Olga, convoca a bailar cumbia, vallenato, son cubano y “de todo un poco del folklore latinoamericano”.

Sabor Latino festejará su octavo cumpleaños
El percusionista en la redacción de El Cordillerano.
El percusionista en la redacción de El Cordillerano.

Desde las 21 del sábado Sabor Latino festejará su octavo cumpleaños de la mejor manera posible: pura música caliente de inconfundible sello caribeño. El quinteto convocó a soplar las velas en Araucanía y puede darse por descontada la fiesta. Los anfitriones harán bien en dejar espacio físico que habilite el baile y en recordar recetas de mojito, para hacer caso omiso a las persistentes temperaturas invernales.

Fue Marcos Rosario el encargado de trazar el panorama en El Cordillerano. “Estamos preparando el festejo porque la banda se formó en 2009, una banda de música latina con músicos barilochenses… Hacemos cumbia, vallenato, son cubano, cha-cha-cha, boleros y de todo un poco del folklore latinoamericano. Festejamos ocho años de formación pero cinco integrantes ya venimos de la antigua banda de salsa de Bariloche: Los tamales de Olga”.

Entre ambas agrupaciones se anudan casi dos décadas de sonidos multicolores. “Somos cinco los que venimos de 1998, cuando se formó con Marcelo Ruibal, Atilio Damia y Pepe Palomeque. En 2005 ingresó Raúl Carrasco, que es el bajista que está actualmente y ese mismo año, se sumó Zahira Barcos como cantante. Entonces, la formación hoy día es Atilio Damia en coros, guitarras y armónica, Raúl Carrasco en bajo, coros y sonido, Zahira Barcos en voz, coros y percusión menor, más José Palomeque en voz, coros y percusión menor. Yo soy Marcos Rosario, en percusión”, presentó nuestro interlocutor.

Más allá de la excusa bailable, Sabor Latino se atribuye otros significados. “Al igual que Los tamales de Olga, la banda fue creada con un deseo. Los que la integraron venían del Coral Melipal y un viaje por Cuba terminó por vincular más de cerca la música cubana con ese grupo de personas. Se formaron Los tamales, que estuvieron unos 12 años activos pero tuvimos problemas con los vientos, porque acá en Bariloche no quieren trabajar por las exigencias que sobre todo tiene la salsa”, se quejó Rosario.

Después de esa coyuntura, “seguimos aquellos cinco integrantes con una formación más sencilla, por eso son cubano, porque es más guitarra (en comparación con los vientos anteriores), en reemplazo de lo que sería el tres cubano, el alma del son. Más que todo, hacemos la banda con un sentido más cultural, que es mantener viva en Bariloche una banda que exponga la música latinoamericana, la represente y siga adelante”, señaló el percusionista.

Persistencia

El ritmo de trabajo del grupo es encomiable. “Los tamales de Olga ensayaban martes y jueves y en estos ocho años, siempre seguimos ensayando martes y jueves, haya o no presentaciones. En general, hacemos una al mes, más los eventos privados que salgan. La banda se ha mantenido bien, gracias a Dios. Es una banda de amigos, nos conocemos y es una situación más bien regular, porque somos los mismos integrantes hace mucho tiempo, entonces se nota que todos los temas están muy, muy prolijos”, se enorgulleció Rosario.

Como sello distintivo de Sabor Latino, el músico anotó que “ama la música cubana y fundamentalmente, la latinoamericana. Ese es el mayor color: que somos apasionados. El viernes tocamos en una cervecería, había una gente de Buenos Aires y quedaron enloquecidos porque comentaban que por allá, mucho no se ve este tipo de bandas, más allá de que hay muchos lugares para visitar”.

Las experiencias recientes del grupo invitan a su sonrisa. “Ahí donde estamos tocando en los kilómetros una vez por mes, es un público al que estamos abriendo, un público joven que generalmente escucha reguetón, escucha rock… No escucha este tipo de música, salvo por influencia de los padres… Los chicos quedan enloquecidos y bailan, uno disfruta viendo cómo bailan”. En ese sentido, “también intentamos hacer temas que no son conocidos, porque es fácil armar una banda pensando en temas conocidos para que los argentinos bailen… El argentino no baila, por más tropical y bailable que sea el tema, si no lo conoce. Eso es así, pero los chicos acá van con predisposición. Eso nos alegra mucho”, resaltó.

En el repertorio “tenemos temas propios hechos por Atilio Damia, que es compositor. Los arreglos los hacemos nosotros en temas como Buscando a Adelina, Estoy enamorado, Desocupado y otros tantos”. En el resto de la lista, “sobre todo admiramos mucho a los compositores cubanos y a los clásicos de la música cubana, desde Francisco Repilado (Compay Segundo) a Juan Luis Guerra, que es un compositor dominicano, cantautor de música tropical. También a Juan Formell, de Los Van Van… Ellos son nuestros baluartes y referentes. Igual que el panameño Rubén Blades, de quien hacemos temas como Decisiones”. Para la noche de sábado se prevé una temperatura de 0 grados y hasta chaparrones de nieve, pero de la mano de Sabor Latino, nadie se va a dar cuenta.

Ya saldrá el Sol

Afrocubano de origen, a Marcos Rosario no le quedó otra que acostumbrarse al clima patagónico pero en un punto, él se la buscó. “Nací en Cuba pero a los tres años vivía en Colombia y después en Venezuela, terminé la secundaria en República Dominicana y volví a Sudamérica. Viajé de mochilero y caí en la Argentina en el año 94, así que hace casi 24 años que estoy acá”.

En primera instancia, “me acostumbré de lo más bien, me encantó… Después empecé a recorrerla, me gustó y me quedé. A Bariloche también caí por eso de recorrer, estaba en Trelew y les pregunté a unos amigos peruanos, porque hacía poco había sido la juntada que hacen los presidentes, la Cumbre… Me dijeron que era una ciudad grande, vine a conocer en el 98 y me quedé”, confió el percusionista.

Estaba gris el cielo la tarde que Rosario arrimó a este diario. “Me acostumbré, los días de lluvia me gustan, disfruto de la naturaleza pero igual me encanta el calor. Lo que no disfruto mucho es el viento de la Patagonia (risas del cronista) pero sé que es parte de la naturaleza vivir todas las estaciones. Así que los días grises no me desagradan, en algún momento saldrá el Sol”, avisó el músico.

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