23/06/2017

El barilochense que se propuso llegar a Alaska en moto ya está a México

Javier Fernández brindó detalles de su experiencia. Habló del huracán que tuvo que evitar con desesperación en la Península de Yucatán y de las increíbles playas del Caribe. Reconoció que, más allá de los impactantes paisajes, extraña Bariloche.

El barilochense que se propuso llegar a Alaska en moto ya está a México
Javier pasó por Ecuador en su extenso recorrido. Ahora, en Cancún.
Javier pasó por Ecuador en su extenso recorrido. Ahora, en Cancún.

Por Daniel Pardo
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Un día sorprendió con la decisión. Les contó a todos que había tomado la determinación de cumplir un viejo sueño, atravesar buena parte del continente americano desde su ciudad, Bariloche, hasta Alaska en el extremo noroeste de América del Norte en su moto. Hoy Javier Fernández ya cumplió una generosa porción del objetivo, y registra con precisión los detalles de una experiencia única. En abril se inició el recorrido con algunos miedos e incertidumbre, y hoy disfruta de las playas del Caribe Mexicano, aunque en el viaje carga con inmensa bolsa de historias.

“Fue increíble navegar el caribe. Cruzamos con el velero desde Cartagena a Panamá, fueron cuatro días, con islas de menos de una hectárea, delfines, fue impresionantes”, describió sobre uno de los tramos del recorrido que define como “de los más lindos”. Aunque su paso por América Central fue exigente y estuvo revestido de incómodas complejidades. Javier apuntó, por ejemplo, que las aduanas “son muy complicadas, mucha espera, burocracia. Pagas para entrar y para salir un promedio de 25 hasta 80 dólares”.

Y la insistente e incansable lluvia fue también parte de la decoración en su paso por América Central. En la Península de Yucatán recibió pálido la alerta de un huracán. “Teníamos la desesperación de salir de ahí para evitar al huracán, fue difícil”, explicó. La lluvia provocó que en Guatemala perdiera el equilibrio, provocado por un profundo charco, se cayó y la moto sufrió su golpe más importante en el viaje. 

Javier siente que los múltiples paisajes que retuvo en este extenso recorrido son bellísimos, aunque no se comparan con Bariloche. “Me sorprenden las playas, algunos paisajes, pero a mí me cuesta más que me impacten porque estoy acostumbrado a los de mi ciudad, que es especial”, reflexionó, y reconoció que extraña Bariloche como el primer día. En su parabrisas lleva orgulloso el nombre de su ciudad. “De lo que va del viaje, me impactó la buena predisposición de la gente, siempre”, destacó Javier quién además resaltó que, en cada momento complicado, siempre encontró gente atenta y animada para ayudar.

Con algo de dolor en la cintura, Javier y su moto descansarán los próximos días para emprender el siguiente tramo del desafío. Tuvo que cambiar el recorrido original, que estaba previsto por Acapulco, por las crecientes situaciones de inseguridad. Javier seguirá hacia la Ciudad de México para luego ingresar a Estados Unidos.

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