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Conforman asociación de familiares de víctimas de hechos violentos
- EN LA COMARCA ANDINA - Los hechos de violencia pueden encontrar un denominador común y es el de los familiares de las víctimas, que por lo general se encuentran en soledad. La pérdida de un ser querido, ante circunstancias inexplicables, y todo lo que viene después, requieren de espacios de contención que muy pocas veces se encuentran en la sociedad, a no ser que se trate de un caso específico.
Este sería uno de esos casos. Una asociación de personas que conocen como nadie la violencia, porque la vivieron y siguen, en algunos casos, enfrentándose a situaciones violentas a causa de lo poco comprensibles que resultan los procesos judiciales.
Entender un fallo puede resultar como leer en un idioma que no es el propio. Pero, “para llegar a esa instancia, es necesario contar primero con un abogado que te explique cómo es la ley, en el momento en que estás enterrando a tu familiar”, así se expresan desde el Grupo de Familiares de Víctimas de Hechos Violentos que busca trabajan en la Comarca Andina en forma solidaria y en conjunto, para darse fuerza entre ellos y para abrir la puerta de sus reuniones a todos aquéllos que necesiten de la asistencia, de un consejo o del acompañamiento en todo el proceso judicial. Y desde luego, del pedido de Justicia.
Uno de los integrantes es Luis Albornoz quien, a costa de sacrificio y gran esfuerzo, logró que el juicio por el asesinato de su hijo culminara en apenas un año.
Sin embargo la mediatización del caso, el acompañamiento de íconos de entidades de esta naturaleza, como Madres del Dolor y la presencia constante en las audiencias, hicieron que algo que podría haberse dilatado en el tiempo, terminara con dos condenas ratificadas por la Cámara de Apelaciones.
Albornoz ha podido reconvertir el dolor de encontrar una mañana a su hijo asesinado, en el impulso por construir un espacio que sirva para que otras personas que deben padecer lo mismo, puedan tener al menos esa contención de pares, de luchadores por la vida, de hombres y mujeres inquietos que no se conforman con la muerte violenta.
Ese es el objetivo del grupo y con ello, esperan ser algo que marque un antes y un después frente a todos los hechos de violencia que parecen tener que soportar, por obligación, más violencia, resignación y dolor.
Por el momento se reúnen en la sede de Relaciones Institucionales de la provincia de Río Negro en El Bolsón. Han logrado el padrinazgo de Silvia Irigaray, una de las principales referentes de Madres del Dolor, y también con el apoyo de Gladys Cabezas (hermana de José Luis). En el grupo además “hay periodistas y vecinos que intentan comprender ese dolor y dar una mano”, explica Albornoz. Se reúnen y encuentran cada quince días y se puede contactar con ellos a través de: [email protected] – 2944612142.
