03/05/2017

Natalia Cano comenzó el rodaje de nueva película

- “CHOIQUENILAHUE, EL VALLE DE LOS ANCESTROS” -  A fines del siglo XIX, el “noble” Henry de la Vaulx saqueó el enterratorio de un ancestro de los Sacamata – Liempichun, quienes años atrás iniciaron un pedido de restitución. El documental vincula aquel pasado un tanto tenebroso con el presente de dignidad.

Natalia Cano comenzó el rodaje de nueva película
Una parte del rodaje.
Una parte del rodaje.

Después de “Escondidos al Oeste del Pichi Leufu” y de “Taxi al campo”, Natalia Cano comenzó el rodaje de “Choiquenilahue, el Valle de los Ancestros”, un nuevo documental que temáticamente se vincula con las producciones anteriores. La directora planea finalizarlo al expirar el año aunque existe la chance de que el proyecto se estire, si consigue acceder a financiamiento internacional.

La realizadora le dijo a El Cordillerano que con el esbozo, “empecé a trabajar hace poco más de un año y medio. Va a ser otro largometraje documental, esta vez más al Sur, casi en Santa Cruz. El Valle de Choiquenilahue está entre Alto Río Senguer y Tamariscos”, explicó. La inspiración surgió “a partir de un libro que escribió un noble francés que estuvo en la Patagonia en 1896, sobre su exploración que duró 18 meses entre distintas parcialidades indígenas, después de que fueran corridas de su territorio original”.

Según Cano, “evidentemente para hacerse un lugar en la Sociedad Geográfica”, Henry de la Vaulx “se llevó para los museos de Francia tres toneladas de carga, entre restos óseos, platería, cueros pintados y elementos de la vida cotidiana. Escribió un diario bastante detallado que después transformó en novela: Viaje a la Patagonia. 1901… Es el libro que tomo como base para moverme dentro de ese espacio territorial. Él se asentó ahí, en la casa de un tal Botello, un italiano que tenía un (almacén de) ramos generales”.

La reconstrucción que pudo hacer la directora indica que Botello “había llegado unos años antes como enviado del Museo de Ciencias Naturales, se había casado con una mujer nativa y se había asentado. Ese era lugar de reunión entre las tribus para hacer política y comercio, para cuestiones espirituales… Siempre había mucha gente, era un lugar importante. La gente de la costa traía los productos de allá y se llevaba los de la cordillera, era un lugar de intercambio”, definió.

Al tanto de esa importancia, “de la Vaulx puso ahí su campamento porque supuso que Botello le iba a ser de gran ayuda. Así es como le marca dónde estaba El Gigante, que era el hijo de Liempichun y sobrino del cacique Sacamata. Había sido enterrado recientemente, entonces cuando de la Vaulx lo desentierra, describe todo lo que hay en ese chenque: platería, ofrendas… Está envuelto en un cuero pintado y también cuenta que está en estado de descomposición, porque lo habían enterrado hacía unos meses. Entonces, hace una descripción increíble sobre el proceso de cortarlo y hervirlo para sacarle la carne y cómo sus acompañantes disparaban con cara de pánico y va quedando con un solo paisano que lo ayuda. Al ser tan descriptivo, permite que uno pueda encontrar la zona donde lo desenterró y por eso, la familia hoy en día, pide la restitución de la osamenta y del ajuar funerario, porque su viaje fue interrumpido (el del ancestro) y la gente de su comunidad quiere que sus antepasados estén en su territorio”.

Parte fundamental

La descripción del párrafo precedente encierra en cierto sentido el nudo de la película. El pedido de restitución “es una parte fuerte del documental porque es cuando más claramente podemos vincular el diario del francés con el presente: qué tipo de respuestas o no están recibiendo de Francia, dónde está el esqueleto (un sótano en el Museo del Hombre)… Realmente, hay algo que no es muy fácil, que es la re-vinculación entre esos objetos con los esqueletos, porque todo está dividido en cuatro museos y el diario está extraviado. El trabajo de investigación lo hizo (el historiador) Julio Vezub”, informó la realizadora.

La película que esperamos ver en 2018 “no es docu-ficción pero sí tiene puesta en escena como para que no tenga tanta entrevista”, anticipó. “Hay algunas cuestiones que vi en los dos viajes de investigación que hice y compartí con la familia… Por ahí fuimos al campo, carnearon, comimos y se dio una charla sobre la restitución. Entonces, les pedí que volviéramos a recrear esa situación en un viaje posterior”.

Además, “hay una cierta puesta en escena porque no tengo ganas de hacer un documental de cabezas parlantes: gente hablando a cámara todo el tiempo… A veces se necesita porque muchas veces está bueno que alguien explique y cuente de dónde viene y por qué la búsqueda…Ellos están regresando a una identidad que fue negada por sus padres, historia bastante conocida” en la región, abundó Cano. De hecho, sus películas anteriores giran en torno a esas problemáticas. Persistente la realizadora…

Para reconstruir la geografía

Natalia Cano también se valdrá de herramientas cinematográficas novedosas para “Choiquenilahue, el Valle de los Ancestros”. Anticipó que “habrá un par de animaciones, porque para más el presupuesto no da. Me gustaría que hubiese más… El Valle de Choiquenilahue, cuando hoy se pasa por la Ruta 40, es un páramo, salvo algunas alamedas… Pero eso estaba poblado por tolderías tehuelches hasta 1907, según cuentan los colonos”, enseñó.

El recurso se justifica porque “el relato también está atravesado por la colonización, el Estado loteó el valle con tiras de 5 kilómetros y muchas de esas tiras, estaban pobladas u ocupadas. Entonces, se dio la convivencia entre familias de alemanes con los Kankel y de españoles con los Quilchamal. Más que una convivencia, fue una historia de correrlos y sacarlos, según surgió de las últimas entrevistas… La animación me puede ayudar a mostrar cómo era ese espacio, con los juncos altos”.

Es que la pretendida civilización también trajo la modificación del paisaje. “Ellos dicen que se paraban en las bardas para ver dónde estaban las vacas porque los juncos eran tan altos que no dejaba verlos. Cuando fui la última vez, los ríos traían agua pero las otras veces que fui, estaba completamente seco, así que el paisaje cambió bastante. También estamos tratando de hacer una animación de comienzo: intentamos filmar una noche de estrellas, con paneo y casita donde se prende una luz, pero no dio para video. Así que hicimos fotos y vamos a tratar de animarlo”, anticipó la directora. Con la primera etapa del trabajo lista, postulará a un fondo internacional para explorar posibilidades de continuidad.

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